Como es tradición, la colecta recogida en los oficios de Viernes Santo celebrados en todo el mundo se consagra íntegramente a las necesidades de Tierra Santa: no solo las del culto y las de conservación de los Sagrados Lugares, sino también la ingente obra social y de caridad que lleva a cabo la Iglesia allí, como esta Escuela Helen Keller que dirige la Custodia franciscana para mejorar la situación de los ciegos. Fuente: Christian Media Center.