La noche del viernes, la basílica de la Sagrada Familia de Barcelona se iluminó de rojo para recordar a los mártires víctimas de la actual persecución contra los crisitanos en todo el mundo, cuya libertad religiosa está en peligro en numerosos países, como recuerda el Informe Libertad Religiosa en el Mundo 2018 de Ayuda a la Iglesia Necesitada, organizadora de un evento que presidió el cardenal Juan José Omella, arzobispo de Barcelona. Fuente: