Akihiko Kondo ha contraído matrimonio con Hatsune Miku, un holograma, aunque dada la imposibilidad de llevar al holograma del brazo para la ceremonia, la novia acudió en forma de peluche. Una nueva forma de familia comienza así su lucha contra el estigma de la holofobia y la secular opresión del tangio-patriarcado o dominación de los objetos tangibles sobre aquellos que no-hay-por-dónde-cogerlos.