En la iglesia del Sacro Cuore de Roma se reúne una pequeña pero sorprendente colección de huellas físicas de la presencia de almas del purgatorio, recopiladas por el padre Victor Jouët (1839-1912). Son un llamado más a la oración por los fieles difuntos que esperan su liberación de ese lugar para entrar en el paraíso que ganaron en vida.