En la audiencia general de este miércoles, Francisco comparó la eliminación de una vida humana mediante el aborto, para supuestamente «resolver un problema», con la actividad criminal de los sicarios de la mafia, que hacen exactamente lo mismo. La comparación no puede ser más ajustada, y a buen seguro ha dolido en los entornos económicos e ideológicos de la cultura de la muerte, que disfrazan con bellas palabras («libertad de elección», «disposición sobre el propio cuerpo», «derechos reproductivos», etc.) una sórdida matanza. Pincha aquí para conocer con mayor detalle