«Yo soy muy realista. Yo me hice un intervento, pero yo soy un hombre, y el día que me vayan a hacer la cuenta en el otro lado me van a llamar Daniel. Yo me llamo Daniel Humberto»: es como se presenta Astrid Daniela, transexual, una vida de sufrimiento extraordinario, marcado por el suicidio de su madre, violaciones frecuentes, una temprana iniciación en la prostitución, alcoholismo, drogas y una violencia que incluye varias cuchilladas y tres disparos. Hasta que conoció a Nacho Sánchez, de la Asociación Santa María Magdalena, quien le habló de la Virgen María. Éste es su relato, con Jordi Bosch de anfitrión en el espacio barcelonés de diálogo Punt BCN