En La vocación de San Mateo, Caravaggio (1571-1610) expresó algo más que un momento del Evangelio: también toda la intensidad y la fuerza de la vocación y de la llamada de Dios. Así lo ha entendido el Papa Francisco, de quien es una de las obras de arte favoritas. El original se encuentra en la iglesia de San Luis de los Franceses de Roma. Fuente: Rome Reports.