Prohíben a un médico ayudar a las mujeres a revertir el aborto químico: salva al 50% de los bebés
La reversión del aborto químico es cada vez más conocida y son bastantes las mujeres que al arrepentirse de haber tomado la píldora abortiva intentan dar marcha atrás. Médicos y sanitarios provida, apoyados por una red de organizaciones en defensa del no nacido, han ido con los años dando a conocer una práctica que en muchos casos puede lograr salvar a más de la mitad de los niños que de otro modo serían definitivamente abortados.
Sin embargo, el éxito de la reversión del aborto químico tampoco ha pasado desapercibida para la propia industria abortista. Desde hace un tiempo están intentando torpedear y prohibir que los médicos puedan impedir el aborto químico puesto en marcha por estos centros abortistas.
Reino Unido es ahora el campo de batalla. Tal y como informa Michael Cook en Bio Edge, el tribunal médico de este país ha prohibido a un doctor ayudar a las mujeres a revertir los efectos de sus abortos químicos. Y esta decisión ha sido tomada tras la queja presentada por una empresa que realiza abortos.
Durante el primer confinamiento del Reino Unido, la patronal abortista presionó a las autoridades para que les permitieran enviar por correo postal a las mujeres las pastillas para los abortos químicos. No tendrían que ver a un médico. Sólo deberían tomar dos píldoras y esperar para expulsar el feto.
Sin embargo, algunas mujeres lamentaron la decisión que habían tomado tan pronto como tomaron la primera pastilla. Para estos casos, el doctor Dermot Kearney les recetó progesterona en un intento de cancelar los efectos del abortivo mifepristona. Y este sería, según el organismo de los médicos, un uso no autorizado de progesterona.
El doctor Kearney es cardiólogo, médico de urgencias y presidente de la Asociación Médica Católica de Reino Unido.
Un 50% de éxito
El doctor afirma que de 73 mujeres a las que recetó progesterona una vez que habían tomado la primera píldora abortiva, 38 lograron salvar a sus bebés, una tasa de éxito de casi el 50%.
Según el Daily Mail, la enorme patronal abortista, MSI Reproductive Choices, antes conocida como Marie Stopes International, llamado así por su fundadora y de la que ahora reniegan por su racismo y posturas eugenésicas, presentó esta denuncia.
La patronal del aborto denunciaba que el Dr. Kearney "prescribió progesterona inapropiadamente a una paciente para un uso no respaldado por pruebas, no presentó una imagen equilibrada de sus beneficios y riesgos, e impuso sus creencias contra el aborto en ella".
Andrea Williams, directora ejecutiva del Christian Legal Center, responde a estos ataques asegurando “los bebés están vivos hoy porque las madres se acercaron al Dr. Kearney y él brindó un rescate del aborto efectivo y seguro. Este fallo castiga al salvador, es profundamente erróneo y debe ser anulado".
Pero desde hacía meses en Reino Unido se venía fraguando un ataque contra aquellos que han ayudado a revertir abortos. El pasado mes de marzo, Religión en Libertad se hacía eco de cómo una organización satélite de Soros atacaba duramente a una asociación provida que ayudaba a mujeres a salvar la vida de su hijo.
Incluso diputadas británicas afirmaban que era inconcebible la reversión del aborto químico y que estas prácticas deberían ser prohibidas en Reino Unido.
Para ello, Para ello, activistas de Open Democracy se hicieron pasar por mujeres que habían tomado la píldora llamando a las líneas de Heartbeat Internacional. Durante las 24 horas del día atienden a mujeres que piden ayuda y de inmediato se movilizan para revertir los efectos del aborto químico, pues el tiempo corre en contra de la mujer que desea seguir con el embarazo.
Tal y como recogía LifeNews, Heartbeat International ha salvado ya la vida de 2.000 bebés tras lograr revertir el aborto químico. “George Soros, así como otras organizaciones proaborto, financian Open Democracy, que se describe a sí mismo como periodismo de investigación feminista en la lucha de primera línea, y están buscando formas de luchar contra aquellos que están en contra de lo que ellos llaman derechos de las mujeres”, denuncia la portavoz de Heartbeat, Andrea Trudden.
Así, explica que las enfermeras escucharon a estas activistas encubiertas y les explicaron lo que tenían que hacer para obtener la reversión del aborto. “Cada una de ellas (las activistas), justo antes del paso final de ponerlas en contacto con una clínica, decían: ‘no, ¿sabes qué? He cambiado de opinión’”. Y colgaban.
Trudden se lamentaba de que estas mujeres quitaran tiempo a las enfermas y que personas que sí necesitaban esa ayuda pudieran quedarse sin atención. Pero pese a que Open Democracy no encontró nada contra la reversión publicó un estudio atacándolo por poco ético y peligroso. Aunque para ello tuvieran que citar a políticos y grupos abortistas.
Pese a que se llevan años revirtiendo abortos y son miles de mujeres las que han salvado así las vidas de sus hijos, Open Democracy había hecho creer que es algo experimental. En el reportaje de esta plataforma abortista, la diputada laborista Nadia Whittome decía estar sorprendida de que esto estuviese ocurriendo en Reino Unido y afirmaba que “las mujeres no deben ser utilizadas como conejillos de indias por los activistas antiaborto. La línea directa debe cerrarse de inmediato".
"Es completamente inaceptable", agregaba también Munira Wilson, diputada y portavoz de los demócratas liberales para la atención médica y social. "Los reguladores deben investigar esto con urgencia y poner fin a esta práctica nociva".