«Si decide abortar a su bebé, primero deberá escuchar el latido», se añade en la ley húngara provida
"Soy un asesino de masas, responsable de la muerte de 75.000 niños inocentes", afirmó en una ocasión el doctor Bernard Nathanson. Si el que fuera director de una de las clínicas donde más abortos se practicaron en todo Occidente hubiera vivido en la Hungría del siglo XXI, probablemente, hoy no se arrepentiría de lo que hizo.
Porque, como él mismo reconoció, lo que le abrió los ojos, a este futuro converso al catolicismo, fue la tecnología. Las técnicas para monitorizar al feto fueron avanzando tanto, que, cada día que pasaba, le iba quedando más claro que lo que allí dentro había era una vida humana. Nathanson abjuró del aborto y abandonó su clínica de Nueva York.
Un paso más por la vida
Influido o no por la historia del doctor Nathanson, el Gobierno de Hungría no quiere que se repitan casos como el suyo, y da un paso más en sus políticas provida. Para ello, desde el 15 de septiembre, las mujeres que quieran abortar en el país, tienen que escuchar antes el latido de su bebé.
La modificación de la ley tiene como base una circular interna del Colegio de Médicos.
El ministro del Interior húngaro, Sándor Pinté, firmó recientemente un decreto por el que queda modificada la Ley de Protección de la Vida Fetal. Así mismo, se ha añadido un nuevo requisito en la solicitud para abortar. Las mujeres que quieran hacerlo deberán presentar un documento de un ginecólogo que certifique que se les presentó antes una clara "identificación de los signos vitales del feto".
En un comunicado emitido por su ministerio, Pinté justifica la modificación de la Ley en respuesta a unas directrices del Colegio Profesional de la Salud, que iban en el mismo sentido. En la guía de los facultativos se recomienda emplear dispositivos para detectar las palpitaciones y poder ofrecer así más información a las mujeres.
"Leyes del latido del corazón"
Aunque se trata de un gran avance para la defensa de la vida, el aborto en Hungría sigue estando bastante protegido, y las normas actuales lo permiten hasta la semana 12 de embarazo. Algo muy distinto de lo que ocurre en su vecina Polonia, donde en 2020 se restringió el aborto sólo a casos de violación o de riesgo para la vida de la madre.
El latido del bebé está más de actualidad que nunca desde que la Corte Suprema de Estados Unidos derogara recientemente Roe vs. Wade, la sentencia que abrió el aborto en el país. Con este fallo, los estados retomaron la facultad de legislar sobre el aborto. Muchos de ellos lo han restringido aprobando las conocidas como 'leyes del latido del corazón', prohibiéndolo a partir del momento en el que este se puede escuchar, a las seis semanas de gestación.