Ir a abortar de un país a otro cuesta un tiempo... y eso salva vidas: la historia de Gavin y Mary

¿En qué cambia que un país sea provida si siempre es posible abortar en el país vecino? El testimonio de muchas personas que se alegran de no haber sido abortadas o de no haber abortado a sus hijos en momentos de mido y confusión señala que cuando el aborto es más difícil de contratar, obligando a pensar más tiempo, yendo a otra ciudad o país, etc... es más difícil abortar bajo presión y bajo confusión. Hacer ilegal el aborto salva muchas vidas.

Que el aborto "libre" no es muy libre es algo bien conocido: coacciones sociales, jefes, parejas, miedos, trastornos de ansiedad... todo lleva al aborto como salida fácil. 

Un estudio del Medical Science Monitor de 2004 dirigido por David Reardon recogía que el 64% de las mujeres que abortan sienten que fueron presionadas o coaccionadas para hacerlo. En España, la Memoria 2006 de la Fundación pro-aborto "Salud y Familia", que financiaba los abortos en Cataluña con dinero de la Generalitat, recogía que el 22% abortó "sintiéndose confusa".

Hablamos de una decisión mortal, gravísima, de vida o muerte... "sintiéndose confusa" y bajo presiones. 

En Irlanda, la campaña provida a favor de mantener la enmienda provida en la Constitución ha querido destacar estos casos. Ganar tiempo ayuda a pensar y a salvar vidas. 



Gavin Boyne, a la derecha, ha querido difundir su testimonio acerca de cómo se salvó de ser abortado por su asustada familia

El testimonio de Gavin Boyne: salvado por poco
Gavin Boyne es un joven irlandés que ha hecho campaña a favor de mantener el aborto ilegal. Su familia estuvo a punto de abortarle en Inglaterra, pero salvó la vida por una pregunta de sus abuelos: "¿por qué en Irlanda es ilegal?"

"La 8ª enmienda salvó mi vida. Mi historia empieza ANTES del 8 de marzo de 1998, cuando mi madre me dio a luz a los 16 años, ya que meses antes ella estaba en Inglaterra donde planeaba abortar. De hecho, fueron mis abuelos los que decidieron que abortar era lo mejor para su hija de 16 años, mi madre", explica.

"Les parecía claro, ya que había poco dinero y su hija era muy joven, que lo mejor era interrumpir el embarazo, que significaba interrumpir mi vida. Eran tiempos duros, por supuesto, para mis abuelos y mi madre. Mi padre no estaba por ahí. Durante semanas mis abuelos debatieron exactamente todo lo que implicaba el aborto, lo que se le pedía a mi madre. Por suerte para mí, mis abuelos llegaron a la conclusión de que acabar con mi vida estaba mal". 

"La pregunta que se hicieron mis abuelos en 1998 fue: ¿por qué es ilegal el aborto en Irlanda? Esto les hizo estudiar la razón por la que había una 8ª Enmienda en la Constitución Irlandesa. La razón es que nuestra constitución reconoce la individualidad, importancia y potencial de cada niño no nacido. Por suerte, mis abuelos reconocieron que yo, aunque aún no había nacido, era un ser humano único y no podían, en conciencia, participar en acabar con mi vida". 



"El hecho de que mi madre no pudiera abortar en Irlanda y que tuviera que viajar a Inglaterra significaba que había tiempo para tener estas discusiones, tiempo para planear un viaje. Este tiempo no habría existido si el aborto a petición estuviera disponible en Irlanda".

"Las personas como yo estamos aquí porque la Constitución protege nuestro derecho a la vida y mantiene a los políticos y sus amigos del lobby del aborto lejos de nuestros derechos. Cualquiera que piense que Irlanda no perderá miles de bebés no nacidos cada año si el aborto a petición se introduce se enagaña a sí mismo".

"Cuando votéis este viernes, pensad en mí. Mi nombre es Gavin Boyne, soy estudiante, tengo 20 años. No soy la elección de nadie, soy un ser humano".


 "El tiempo que me costó planear el viaje para abortar en Inglaterra fue el que necesitaba para cambiar de opinión"; Mary ha contado su testimonio en vallas publicitarias

El testimonio de Mary Kenny
Mary Kenny es una joven mamá de Limerick con experiencia en el activismo provida, compartiendo su testimonio en la campaña irlandesa. 

“La campaña contra la 8ª Enmienda dice básicamente que yo debería haber sido libre de abortar a mi hermosa hija Hollie en una clínica abortista en la calle de enfrente durante un embarazo de crisis”, explica Mary.

“El tiempo que me tomó planear el aborto en Inglaterra fue el tiempo que necesitaba para cambiar de opinión.  La 8ª Enmienda fue un salvavidas para mí y Hollie. Hay incontables padres que han estado en una situación similar a la mía que dan gracias por la vida y el amor de los niños que tienen hoy”. 

“Algunos dicen: ‘eso está bien para ti pero la posibilidad de elegir debe estar ahí para otras mujeres”. Yo respondo que no es realmente una elección. En mi caso, yo solo necesité que una persona me dijera:  ‘puedes superarlo, Mary, yo estaré contigo’. Eso bastó para que me diera cuenta de que podía hacerlo. Y no soy tan especial. Veo que otras muchas mujeres cuentan lo mismo”.

“Pero los defensores del aborto no dejan que se cree ese espacio en que la madre y el bebé salgan en la foto. La retórica de la ‘elección’ manda el mensaje equivocado. Dejan al bebé fuera del asunto en vez de decir: ‘podéis hacerlo juntos, y estaremos con vosotros”.

“Es realmente triste y me enfada porque conozco mujeres que abortaron y ahora se arrepienten. Fueron traicionadas por un eslogan que tiene más de política e ideología que de preocupación real por las mujeres”. 

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