El Cardenal Turkson pide un mayor compromiso con las personas con trastorno autista y sus familias
Con motivo de la Jornada Mundial de Concienciación sobre el Autismo, el prefecto del dicasterio para el Desarrollo Humano Integral, el cardenal Peter Turkson envió un mensaje de esperanza tanto a aquellas personas que sufren trastornos del espectro autista como a sus familias, al tiempo que animó a un “mayor compromiso y nuevas fuerzas para poder responder adecuadamente a esta tendencia, que parece haberse convertido en una emergencia”, señala la agencia AICA.
El cardenal ghanés advirtió el aumento en los últimos 50 años de personas con el trastorno y la posibilidad de que esta tendencia continúe en aumento. Al mismo tiempo destacó cómo “la Iglesia, con sus obras, da testimonio de su atención y preocupación por las personas con trastornos del espectro autista” y reconoce la dificultad de “practicar la verdadera inclusión” pese a celebrar la actitud general de acogida en las comunidades cristianas.
Seguidamente el prefecto del dicasterio para el Desarrollo Humano Integral hizo un reconocimiento y admiración por las familias de las personas con trastorno del espectro autista: “Aceptar con amor el difícil juicio de un niño afectado por este trastorno, manejando y elaborando decisiones difíciles”. Destacando que, a pesar de las dificultades, ellos sigan “cuidando a sus seres queridos con ternura y perseverancia, ofreciendo un extraordinario testimonio de amor por la persona humana”.
El prefecto invitó a ser “proactivos a la hora de apoyar a los afectados por trastornos del espectro autista y a sus familias”, porque “sus expresiones de malestar y sus peticiones de ayuda deben escucharse y convertirse en acciones y actividades concretas y apropiadas”. No quiso olvidarse de los otros niños en las familias que no sufren el trastorno autista pero que comparten espacios, destacando que “requieren la máxima atención y cuidado” para no sentirse inadecuados, infelices y frustrados.
Para evitar el aislamiento y, “en muchos caso, el estigma” con el que están marcadas las personas que sufren el trastorno autista, el cardenal Turkson pidió un mayor desarrollo de las leyes, tanto a nivel nacional como internacional, para que las familias no tengan que “cubrir las carencias y fracasos de las instituciones y del sistema de atención médica“. Para ello pidió una “alianza sólida entre el sector sanitario, el socio sanitario y el educativo para garantizar la continuidad de la atención y el tratamiento a lo largo de toda la vida”.
También añadió la importancia de ofrecer oportunidades de inclusión social que permitirán promover “una cultura de encuentro y solidaridad, a pesar de la cultura de exclusión y rechazo, que los relega a los márgenes de la sociedad”, afirmó el purpurado.
Para terminar, confió a los “hermanos y hermanas con trastornos del espectro autista” a María, Madre de la ternura, pidiendo que nos inspire a todos para “emprender acciones concretas de verdadera solidaridad y apoyo”.
El cardenal ghanés advirtió el aumento en los últimos 50 años de personas con el trastorno y la posibilidad de que esta tendencia continúe en aumento. Al mismo tiempo destacó cómo “la Iglesia, con sus obras, da testimonio de su atención y preocupación por las personas con trastornos del espectro autista” y reconoce la dificultad de “practicar la verdadera inclusión” pese a celebrar la actitud general de acogida en las comunidades cristianas.
Seguidamente el prefecto del dicasterio para el Desarrollo Humano Integral hizo un reconocimiento y admiración por las familias de las personas con trastorno del espectro autista: “Aceptar con amor el difícil juicio de un niño afectado por este trastorno, manejando y elaborando decisiones difíciles”. Destacando que, a pesar de las dificultades, ellos sigan “cuidando a sus seres queridos con ternura y perseverancia, ofreciendo un extraordinario testimonio de amor por la persona humana”.
El prefecto invitó a ser “proactivos a la hora de apoyar a los afectados por trastornos del espectro autista y a sus familias”, porque “sus expresiones de malestar y sus peticiones de ayuda deben escucharse y convertirse en acciones y actividades concretas y apropiadas”. No quiso olvidarse de los otros niños en las familias que no sufren el trastorno autista pero que comparten espacios, destacando que “requieren la máxima atención y cuidado” para no sentirse inadecuados, infelices y frustrados.
Para evitar el aislamiento y, “en muchos caso, el estigma” con el que están marcadas las personas que sufren el trastorno autista, el cardenal Turkson pidió un mayor desarrollo de las leyes, tanto a nivel nacional como internacional, para que las familias no tengan que “cubrir las carencias y fracasos de las instituciones y del sistema de atención médica“. Para ello pidió una “alianza sólida entre el sector sanitario, el socio sanitario y el educativo para garantizar la continuidad de la atención y el tratamiento a lo largo de toda la vida”.
También añadió la importancia de ofrecer oportunidades de inclusión social que permitirán promover “una cultura de encuentro y solidaridad, a pesar de la cultura de exclusión y rechazo, que los relega a los márgenes de la sociedad”, afirmó el purpurado.
Para terminar, confió a los “hermanos y hermanas con trastornos del espectro autista” a María, Madre de la ternura, pidiendo que nos inspire a todos para “emprender acciones concretas de verdadera solidaridad y apoyo”.
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