Blanca Manchón muestra al mundo que se puede ser madre y deportista
Quería ser madre y sus patrocinadores huyeron: 7 meses después de dar a luz es campeona del mundo
Recientemente, la exatleta y campeona olímpica Sanya Richards hacía una desgarradora confesión asegurando que había abortado un día antes de viajar a Pekín para competir en los Juegos Olímpicos. La presión a la que estaba sometida le hizo tomar la peor decisión de su vida, tal y como aseguraba ella misma.
Pero además hacía otra revelación. No conocía a prácticamente ninguna otra atleta de élite que no hubiera abortado. Hoy por hoy ser madre en el deporte de élite es una rareza puesto que incluso estas mujeres tienen que firmar clausulas antiembarazo. Se arriesgan a perder patrocinadores y el entorno no las ayuda.
“Muchas de las mujeres que conozco en atletismo han tenido al menos un aborto. En este mundo, priorizar los objetivos deportivos y la competencia sobre un bebé es casi una norma”, aseguraba.
Romper el muro con contundencia
Sin embargo, una deportista de élite española se ha enfrentado a este muro, ha sufrido lo indecible por ello pero finalmente ha salido triunfante abriendo camino a muchas mujeres deportistas que quieren ser madres.
Ella es Blanca Manchón, campeona del mundo hasta en seis ocasiones de Windsurf, diploma olímpica e incluso ha llegado a ser elegida mejor regatista del año. A sus 30 años esta andaluza se ha proclamado como la mejor del mundo en su modalidad habiendo sido madre hace apenas siete meses, tiempo en el que ha vivido la mejor experiencia de su vida, la maternidad, y un sufrimiento enorme por todo el daño que ha sufrido en su profesión por haber sido madre.
Esta joven regatista parecía destinada a romper todos estos esquemas. Y es que su madre estaba embarazada de ella de cinco meses cuando compitió en una prueba del campeonato de España consiguiendo la victoria.
Quiso ser madre sabiendo que no sería fácil
Ahora Blanca ha abierto el camino a otras deportistas que están deseando ser madres y no se atreven. En ningún momento pensó en abortar. Quería ser madre y sería madre. Ahora es la mujer más feliz del mundo y ha demostrado al mundo que con hijos también se puede llegar a lo más alto en el deporte. Pero antes ha tenido que dejar en evidencia la hipocresía y la presión que se somete a las mujeres.
En una entrevista con El Confidencial aseguraba que “me quedé embarazada en 2016. Fui al campeonato del mundo y no me encontré bien. Estaba embarazada sin saberlo, fue cuestión de días. Competí y justo cuando terminé la competición, a mi vuelta, supe que iba a ser madre. Pensé que era el mejor momento, justo terminaba la temporada. Mis patrocinadores estuvieron informados desde el minuto uno y supuestamente les pareció bien”.
Se quedó sin patrocinadores dos días antes de dar a luz
En teoría, porque de repente todos sus patrocinadores desaparecieron uno tras otro. “Dos días antes de dar a luz, mi principal patrocinador no me renovó el contrato y el resto de marcas dejaron de apoyarme también. Con el embarazo me quedé sin patrocinadores. Ahora mismo no tengo ni económico ni de material", contaba al diario Marca.
Las cláusulas de embarazo
De hecho, cuenta que “para muchas deportistas de élite, que no era mi caso, hay cláusulas de embarazo, si te quedas en estado directamente se rescinde tu contrato. Es la visión que hay. Se cree que cuando una mujer deportista es madre ya no va a volver a ser lo que era, no va a competir igual, se piensa que ya su carrera ha terminado. Es lo que está instalado. Y además coincide que los mejores años para ser madre son los mejores para competir a alto nivel a pleno rendimiento, de los 25 a los 35 años”.
Ella también sintió la presión pero ser madre era algo que le apetecía pese a las consecuencias en su profesión. Así que después de dar a luz se puso manos a la obra. “Estuve a punto de tirar la toalla, pero me apetecía mucho y seguí. Empecé por mi cuenta, me presenté a las pruebas de selección y se me dio bien. Fueron unas pruebas que parecían a mi medida, a las doce semanas de haber dado a luz. Si no estaba no entraba en el equipo. Hice el esfuerzo y pasé. Me clasifiqué”.
Empezó a competir hasta con velas prestadas
Al no tener ningún apoyo, tuvo que tirar de sus ahorros, de dinero prestado por sus padres e incluso con velas que le habían dejado amigos suyos. Era empezar de cero y en completa desigualdad con sus competidoras. Así llegó al campeonato del mundo el pasado mes de junio.
“A través de un amigo me dejaron una de las mejores velas. Tenía que conseguir mi plaza, sabía que tenía que salir a ganar, era mi objetivo”. Y ganó. Dominó de principio a fin un campeonato en el que desbancó al segundo puesto a la favorita, la finlandesa Tuuli Petaja. Y eso que compitió en la clase Raceboard, que no es su modalidad habitual.
Campeona del mundo siete meses después de dar a luz
Era campeona del mundo pero seguía sin patrocinadores, por lo que no podría competir en las siguientes pruebas que dan acceso a los Juegos Olímpicos. Sin embargo, cuando todo parecía perdido para ella, este pasado lunes aparecía un patrocinador para ella, que le dará su apoyo hasta los JJOO de Tokio en 2020. Y lo ha hecho, no sólo por sus éxitos, sino por su superación y por sus ganas de ser madre.
Se trata de la empresa de perfumería y cosmética Instituto Español. "Para mí, este nuevo patrocinador es algo increíble que llega en el momento adecuado. Se han fijado en mí no solo por mis resultados, sino por la historia que hay detrás y el proyecto tan bonito que tengo por delante. Les agradezco muchísimo su apoyo y creo que vamos a hacer un equipo maravilloso. Es algo que te da mucha tranquilidad y, sobre todo, que te iguala con tus rivales y con eso se navega mucho más tranquila y crea una motivación que es fundamental", agrega.
Y mirando atrás confiesa que todo el sacrificio que ha hecho para ser madre merece la pena. No cambiaría a su hijo Noah por nada del mundo.
Pero además hacía otra revelación. No conocía a prácticamente ninguna otra atleta de élite que no hubiera abortado. Hoy por hoy ser madre en el deporte de élite es una rareza puesto que incluso estas mujeres tienen que firmar clausulas antiembarazo. Se arriesgan a perder patrocinadores y el entorno no las ayuda.
“Muchas de las mujeres que conozco en atletismo han tenido al menos un aborto. En este mundo, priorizar los objetivos deportivos y la competencia sobre un bebé es casi una norma”, aseguraba.
Romper el muro con contundencia
Sin embargo, una deportista de élite española se ha enfrentado a este muro, ha sufrido lo indecible por ello pero finalmente ha salido triunfante abriendo camino a muchas mujeres deportistas que quieren ser madres.
Entrenar y atender a Noah.
— Blanca Manchón (@BlancaManchon) 23 de mayo de 2017
Is posible!!!!!😃 pic.twitter.com/f4itYdFc9B
Ella es Blanca Manchón, campeona del mundo hasta en seis ocasiones de Windsurf, diploma olímpica e incluso ha llegado a ser elegida mejor regatista del año. A sus 30 años esta andaluza se ha proclamado como la mejor del mundo en su modalidad habiendo sido madre hace apenas siete meses, tiempo en el que ha vivido la mejor experiencia de su vida, la maternidad, y un sufrimiento enorme por todo el daño que ha sufrido en su profesión por haber sido madre.
Esta joven regatista parecía destinada a romper todos estos esquemas. Y es que su madre estaba embarazada de ella de cinco meses cuando compitió en una prueba del campeonato de España consiguiendo la victoria.
Quiso ser madre sabiendo que no sería fácil
Ahora Blanca ha abierto el camino a otras deportistas que están deseando ser madres y no se atreven. En ningún momento pensó en abortar. Quería ser madre y sería madre. Ahora es la mujer más feliz del mundo y ha demostrado al mundo que con hijos también se puede llegar a lo más alto en el deporte. Pero antes ha tenido que dejar en evidencia la hipocresía y la presión que se somete a las mujeres.
En una entrevista con El Confidencial aseguraba que “me quedé embarazada en 2016. Fui al campeonato del mundo y no me encontré bien. Estaba embarazada sin saberlo, fue cuestión de días. Competí y justo cuando terminé la competición, a mi vuelta, supe que iba a ser madre. Pensé que era el mejor momento, justo terminaba la temporada. Mis patrocinadores estuvieron informados desde el minuto uno y supuestamente les pareció bien”.
Se quedó sin patrocinadores dos días antes de dar a luz
En teoría, porque de repente todos sus patrocinadores desaparecieron uno tras otro. “Dos días antes de dar a luz, mi principal patrocinador no me renovó el contrato y el resto de marcas dejaron de apoyarme también. Con el embarazo me quedé sin patrocinadores. Ahora mismo no tengo ni económico ni de material", contaba al diario Marca.
Las cláusulas de embarazo
De hecho, cuenta que “para muchas deportistas de élite, que no era mi caso, hay cláusulas de embarazo, si te quedas en estado directamente se rescinde tu contrato. Es la visión que hay. Se cree que cuando una mujer deportista es madre ya no va a volver a ser lo que era, no va a competir igual, se piensa que ya su carrera ha terminado. Es lo que está instalado. Y además coincide que los mejores años para ser madre son los mejores para competir a alto nivel a pleno rendimiento, de los 25 a los 35 años”.
Ella también sintió la presión pero ser madre era algo que le apetecía pese a las consecuencias en su profesión. Así que después de dar a luz se puso manos a la obra. “Estuve a punto de tirar la toalla, pero me apetecía mucho y seguí. Empecé por mi cuenta, me presenté a las pruebas de selección y se me dio bien. Fueron unas pruebas que parecían a mi medida, a las doce semanas de haber dado a luz. Si no estaba no entraba en el equipo. Hice el esfuerzo y pasé. Me clasifiqué”.
Empezó a competir hasta con velas prestadas
Al no tener ningún apoyo, tuvo que tirar de sus ahorros, de dinero prestado por sus padres e incluso con velas que le habían dejado amigos suyos. Era empezar de cero y en completa desigualdad con sus competidoras. Así llegó al campeonato del mundo el pasado mes de junio.
“A través de un amigo me dejaron una de las mejores velas. Tenía que conseguir mi plaza, sabía que tenía que salir a ganar, era mi objetivo”. Y ganó. Dominó de principio a fin un campeonato en el que desbancó al segundo puesto a la favorita, la finlandesa Tuuli Petaja. Y eso que compitió en la clase Raceboard, que no es su modalidad habitual.
Campeona del mundo siete meses después de dar a luz
Era campeona del mundo pero seguía sin patrocinadores, por lo que no podría competir en las siguientes pruebas que dan acceso a los Juegos Olímpicos. Sin embargo, cuando todo parecía perdido para ella, este pasado lunes aparecía un patrocinador para ella, que le dará su apoyo hasta los JJOO de Tokio en 2020. Y lo ha hecho, no sólo por sus éxitos, sino por su superación y por sus ganas de ser madre.
Se trata de la empresa de perfumería y cosmética Instituto Español. "Para mí, este nuevo patrocinador es algo increíble que llega en el momento adecuado. Se han fijado en mí no solo por mis resultados, sino por la historia que hay detrás y el proyecto tan bonito que tengo por delante. Les agradezco muchísimo su apoyo y creo que vamos a hacer un equipo maravilloso. Es algo que te da mucha tranquilidad y, sobre todo, que te iguala con tus rivales y con eso se navega mucho más tranquila y crea una motivación que es fundamental", agrega.
Y mirando atrás confiesa que todo el sacrificio que ha hecho para ser madre merece la pena. No cambiaría a su hijo Noah por nada del mundo.
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