Laura Mascaró, divulgadora y madre que educa en casa a sus hijos, aclara algunos conceptos
Homeschooling y confinamiento: verdades, confusiones y más familias interesadas en cambiar de vida
Durante estas semanas el interés por el homeschooling, es decir, por la educación en el hogar, ha crecido de manera considerable debido al confinamiento provocado por el coronavirus.
Hasta ahora, en España no son muchos los que hasta ahora habían elegido educar a sus hijos fuera de los colegios. Una de ellas es Laura Mascaró, que ha educado así a sus dos hijos.
El homeschooling, una apuesta poco implantada en España
Esta abogada de formación y licenciada también en Pedagogía decidió apostar por el homeschooling en 2008 cuando empezó esta educación con su hijo mayor. Actualmente, es un referente en España para las familias que están interesadas en seguir sus pasos. Para ello, ha escrito libros, artículos, ha impartido conferencias sobre el aprendizaje sin escuela.
En un momento en el que los colegios en España llevan ya más de dos meses cerrados, Laura Mascaró ha hablado en el blog Mamá Valiente sobre qué se ha aprendido sobre el homeschooling durante el confinamiento.
En primer lugar, Mascaró aclara que lo que se ha producido durante estas semanas no es homeschooling. “Lo que yo hago normalmente no tiene nada que ver con lo que todos hacen ahora”, explica. Por ello, recuerda que la educación en el hogar “es una opción” y una “decisión de familia”, nunca “una imposición por circunstancias excepcionales”.
"Lo de ahora es una situación de supervivencia"
Las familias “homeschoolers” no hacen educación a distancia normalmente. Esto contrasta con lo que están pasando millones de familias estas semanas. En su opinión, “lo de ahora es una situación de supervivencia y un sálvese quien pueda. Las escuelas y los profesores no estaban preparados para trasladar su trabajo al entorno digital, no tuvieron tiempo para prepararse. Y los padres, tampoco.
“¿De verdad la gente cree que educar sin escuela es estar todo el día encerrados en casa sin ver a nadie? ¡No! Incluso mi hijo mayor, que es introvertido y poco sociable por naturaleza, dice que lo que más le cuesta del confinamiento es la falta de socialización. Él iba a algunas clases fuera de casa, quedaba con sus amigos, salía a pasear por el monte… ahora no tiene nada de eso”, agrega Mascaró.
Interés de las familias por el homeschooling
Esta madre de familia reconoce que durante estas semanas ha recibido numerosos mensajes de familias que se plantean seriamente optar por el homeschooling en el futuro. “Al parecer había muchas familias que se planteaban desescolarizar pero, por algún motivo, no lo hacían. Algunos porque no se sentían capaces, o por el qué dirán, o por el miedo a ser perseguidos (que, de verdad, no pasa mucho) o porque no sabían cómo lo llevarían sus hijos. Y ahora resulta que están todos más relajados”, explica.
Esta experta recalca también que pese a la gravedad de la situación y el sufrimiento también es cierto que en este confinamiento obligatorio “muchas familias están redescubriéndose”. Pese a las dificultades propias que ello implica “se han dado cuenta de todo lo que ganan si pasan tiempo juntos y si pueden vivir sin prisas. Si no hay prisas, no hay llantos, decía una madre el otro día”.
El problema estructural
Esto lleva irremediablemente a muchos padres a replantearse la cuestión laboral. En su opinión, “el problema de la escuela no se resuelve reformando el sistema escolar, sino reformando el sistema laboral, porque ésa es la madre del cordero”.
Estas semanas han hecho evidente para algunas familias que “la escuela no es más que un parking razonablemente barato donde pueden dejar a los niños mientras ellos van a trabajar. Y hay mucha gente que ya no quiere eso. Por eso en esta cuarentena se han disparado las inscripciones en mis cursos de libertad financiera. Porque hay gente que ha perdido el trabajo, pero hay gente que no lo ha perdido pero no quiere volver. No en las mismas condiciones que antes, al menos”.
Con respecto a los horarios de los niños durante estas semanas y la relación con el homeschooling, Laura Mascaró asegura que según las reacciones que le han ido llegando “lo que más ha aprendido la gente es que es muy importante que los niños tengan una vida relajada y duerman lo suficiente”.
Cómo aplicarlo
Y va más allá: “Ahora que no sólo no hay colegio sino que tampoco hay comedor escolar, ni extraescolares, ni tardes de parque, los niños están mucho más tranquilos y felices (por lo general, ojo, que sé que hay circunstancias complicadas también y niños que estaban mejor en el colegio)”.
Sobre el ratio de alumnos, pero también sobre educar a varios niños en casa, Laura Mascaró cuenta que “una familia numerosa puede personalizar el aprendizaje si entiende que el aprendizaje no es lo mismo que la escolarización. Lo que se está haciendo estas semanas es replicar el sistema escolar en la casa. ¡Eso nunca va a funcionar!”.
“Personalizar el aprendizaje no significa hacer una cosa diferente con cada uno. Yo cuando leo en voz alta, leo para mis dos hijos, que sólo son dos pero tienen edades muy diferentes (4 y 15). Pero les leo lo mismo. Y cada uno entiende según su edad y su capacidad, pero la actividad es compartida. Y así con muchas otras cosas, como visitar un museo o ir a un concierto. Pero si tú pretendes trabajar exclusivamente con asignaturas, con libros de texto o fichas, por niveles escolares, te vas a volver loca porque para eso tendrías que trabajar sólo con un niño cada vez”, añade.
Algunos "errores" del sistema educativo
Por otro lado, considera que el principal error del sistema escolar “es separar el conocimiento en asignaturas que rara vez se cruzan, especialmente en Primaria. Más adelante, por supuesto la especialización es lo más adecuado. Pero en Primaria y, si me apuras, secundaria, debería estudiarse todo junto, porque todo está relacionado”.
También habla de la psicomotricidad. A su juicio, “es como una broma macabra. Los tienen todo el día sentados en una edad en lo que lo que más necesitan es moverse y estar al aire libre, ¿y luego les ponen 1 hora o 2 de psicomotricidad completamente dirigida? No, los niños no necesitan clases de psicomotricidad ni sesiones de mindfulness. Lo que necesitan es movimiento libre, juego libre y tiempo libre”.