El 10 y 11 de octubre, IV Encuentro Napro, una ayuda para matrimonios con problemas de fertilidad

El próximo fin de semana del 10 y 11 de octubre se celebrará e IV Encuentro Napro que se celebra en España de la mano de Naprotec. Esta edición contará con expertos en esta técnica acorde con la doctrina cristiana de México y Paraguay además de los de España.

Debido a la situación actual provocada por la pandemia todo el Encuentro se emitirá en directo por medio del Canal de Youtube Naprotec España. También se propondrá un lugar presencial para la tarde del sábado en Córdoba, pues este año es esta diócesis la que acoge este evento.

El congreso de este año contará con profesionales de la naprotecnología con varios años de experiencia y de reconocimiento internacional. De España participará la Dra. Helena Marcos, que lleva desde 2015 llevando este tipo de consultas y ayudando a decenas de matrimonios. También hablará la Dra. Angélica Sarmiento desde Paraguay, que explicará la llegada de la Napro a su país. Desde México intervendrán los Doctores Miguel Ángel Domínguez, Joaquín Ruiz y Víctor Topete, ambos con una reconocida y dilatada trayectoria experiencia.

Además de varios testimonios de España, matrimonios de Costa Rica y Perú compartirán también su experiencia durante el congreso.

El primer día estará orientado al público joven para que conozcan la verdad sobre la píldora anticonceptiva y sean conscientes de lo ventajoso que es reconocer el ciclo menstrual para una vida saludable y salvaguardar la fertilidad.

La inscripción es gratuita aunque es necesario registrarse para poder ofrecer una emisión de calidad. Este es el formulario de inscripción.

La naprotecnología llegó a España en 2014 proveniente de Estados Unidos, y desde entonces decenas de matrimonios que no podían tener hijos de manera natural han acudido a esta técnica y han logrado concebir un hijo.

Es revolucionaria porque se basa en diagnosticar las causas de la infertildiad respetando la naturaleza del acto conyugal y el ciclo femenino. Por ello, es moralmente aceptable y recomendable para las parejas cristianas que no pueden tener hijos, pero que se niegan a utilizar técnicas de reproducción artificiales.