Un decálogo para afrontar con éxito una relación
10 consejos prácticos para vivir un buen noviazgo
Conocer a tu amado; crecer los dos; matar al egoísmo que dificulta el amor; no hacer vida de casado; no utilices el sexo para enganchar a tu novio; no tener miedo a terminar con el noviazgo y no dejar a Dios fuera de tu relación, son algunos consejos del Profesor Felipe Aquino.
Felipe Aquino, profesor universitario y miembro del carisma Canço Nova, pujante movimiento carismático católico de Brasil, ha publicado en su blog Prof. Felipe Aquino, un espacio de artículos y noticias sobre la Iglesia y la fe católica, unos consejos para afrontar el noviazgo con garantias de discernir adecuadamente esa antesala al matrimonio. Los ha traducido Aleteia:
1 – Sólo empieza un noviazgo cuando tengas claro que quisieras llegar a casarte con esa persona. Sin un objetivo en la vida, todo lo que hacemos queda vacío: el noviazgo también, si no tiene una meta, no tiene sentido.
2 – Antes de empezar a salir con alguien, conócelo bien a través de una buena amistad. Es en la amistad donde surge el noviazgo, y ella sirve también como un pre-noviazgo. No tengas prisa, no empieces a salir con alguien sólo porque el otro tocó tu corazón. Conócele primero.
3 – Haz de tu noviazgo un tiempo de conocimiento del otro y una ocasión para que el otro te conozca. Sin eso, no será posible saber si el noviazgo debe continuar o no. No se ama quien no se conoce. Entonces, que cada uno se revele al otro con sinceridad.
4 – No tengas miedo de mostrar al otro tu realidad y la de tu familia. Si él o ella no te acepta como eres, y tampoco a tu familia, con todas sus cualidades y defectos, es porque no te ama de verdad.
5 – Deja crecer al otro. El noviazgo es tiempo de crecer los dos, por el fermento del amor, de la renuncia y del sacrificio por el otro. Una relación en la que ambos no crecen humana y espiritualmente, por estar juntos, está vacía y mejor que se termine.
6 – No dejes que el egoísmo se adueñe de vuestra relación, pues un matrimonio egoísta es como dos bolas de billar, que sólo se encuentran para chocar y separarse. El egoísmo mata el amor y destruye la relación.
7 – No hagas de tu noviazgo una vida de casado, con vida sexual e intimidades conyugales. Mañana, el noviazgo puede terminar y la herida quedará en ti, sobre todo en la mujer. Sólo tiene sentido entregarse a alguien que, antes, puso una alianza en tu mano y te juró amor y fidelidad hasta el último día de tu vida. No minusvalores tus decisiones, tu cuerpo y tu vida.
8 – No “enganches” a tu novio o novia a través del sexo, no hagas un “arma” de él, porque la “víctima” puedes ser tú. ¡Cuántos han ganado un vientre antes de tiempo, sin tener una cuna y un techo para su hijo! Vuestros hijos merecen mucho más que esto.
9 – No tengas miedo a terminar un noviazgo en el que solo hay peleas y reproches; no empeores el problema con un embarazo. El noviazgo es tiempo de conocer y escoger sin prisa y sin la pasión que ciega la razón. Es mejor llorar una separación hoy que después de casados.
10 – No dejes a Dios fuera de tu noviazgo, pues fue Él quien os creó, fue Él quien instituyó el matrimonio entre un hombre y una mujer, y será Él quien os una para siempre. Deja que la mano fuerte de Cristo esté entre vuestras manos débiles.
1 – Sólo empieza un noviazgo cuando tengas claro que quisieras llegar a casarte con esa persona. Sin un objetivo en la vida, todo lo que hacemos queda vacío: el noviazgo también, si no tiene una meta, no tiene sentido.
2 – Antes de empezar a salir con alguien, conócelo bien a través de una buena amistad. Es en la amistad donde surge el noviazgo, y ella sirve también como un pre-noviazgo. No tengas prisa, no empieces a salir con alguien sólo porque el otro tocó tu corazón. Conócele primero.
3 – Haz de tu noviazgo un tiempo de conocimiento del otro y una ocasión para que el otro te conozca. Sin eso, no será posible saber si el noviazgo debe continuar o no. No se ama quien no se conoce. Entonces, que cada uno se revele al otro con sinceridad.
4 – No tengas miedo de mostrar al otro tu realidad y la de tu familia. Si él o ella no te acepta como eres, y tampoco a tu familia, con todas sus cualidades y defectos, es porque no te ama de verdad.
5 – Deja crecer al otro. El noviazgo es tiempo de crecer los dos, por el fermento del amor, de la renuncia y del sacrificio por el otro. Una relación en la que ambos no crecen humana y espiritualmente, por estar juntos, está vacía y mejor que se termine.
6 – No dejes que el egoísmo se adueñe de vuestra relación, pues un matrimonio egoísta es como dos bolas de billar, que sólo se encuentran para chocar y separarse. El egoísmo mata el amor y destruye la relación.
7 – No hagas de tu noviazgo una vida de casado, con vida sexual e intimidades conyugales. Mañana, el noviazgo puede terminar y la herida quedará en ti, sobre todo en la mujer. Sólo tiene sentido entregarse a alguien que, antes, puso una alianza en tu mano y te juró amor y fidelidad hasta el último día de tu vida. No minusvalores tus decisiones, tu cuerpo y tu vida.
8 – No “enganches” a tu novio o novia a través del sexo, no hagas un “arma” de él, porque la “víctima” puedes ser tú. ¡Cuántos han ganado un vientre antes de tiempo, sin tener una cuna y un techo para su hijo! Vuestros hijos merecen mucho más que esto.
9 – No tengas miedo a terminar un noviazgo en el que solo hay peleas y reproches; no empeores el problema con un embarazo. El noviazgo es tiempo de conocer y escoger sin prisa y sin la pasión que ciega la razón. Es mejor llorar una separación hoy que después de casados.
10 – No dejes a Dios fuera de tu noviazgo, pues fue Él quien os creó, fue Él quien instituyó el matrimonio entre un hombre y una mujer, y será Él quien os una para siempre. Deja que la mano fuerte de Cristo esté entre vuestras manos débiles.
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