Trevijano alerta de la ideología de género: «He escrito este libro para despertar a la sociedad»

La ideología de género es un concepto que poco a poco va siendo cada vez más visible en los medios de comunicación y en el ámbito escolar. Pero son pocos los que podrían definir qué es esta nueva ideología.

Por eso el sacerdote y escritor Pedro Trevijano ha escrito este libro que lleva por título: Relativismo e ideología de género, ha sido editado por  Voz de Papel,
y tiene un objetivo divulgativo para el gran público. Con él hablamos...

- ¿Qué recuerdo le ha quedado de la presentación?
- Evidentemente muy bueno. Cuando haces una presentación, nunca sabes si va a ser un éxito o un fracaso rotundo. Tenía bastantes esperanzas, especialmente desde que D. Juan José Omella, aceptó encantado, no se lo hizo decir dos veces, hacerse cargo de la presentación.

El ser una de sus últimas actuaciones al frente de la diócesis, contribuyó a que la gente viniese con ganas a oírlo. Por otra parte el prólogo del prologuista y editor, Álex del Rosal, me pareció muy bueno, especialmente su presentación de lo que es la ideología de género.

- ¿Por qué ha escrito este libro?
- Hace un mes respondí a esta pregunta así: He dedicado mi vida a dar clases a adolescentes y jóvenes, que, junto con los niños son las grandes víctimas de la ideología de género. Para desmontar esta trama ideológica, para despertar a la Sociedad, para poner mi granito de arena contra lo políticamente correcto y para tranquilizar mi conciencia, diciéndome: “he hecho lo que tenía que hacer”, he escrito este libro. Estas razones siguen siendo totalmente válidas para mí.

- ¿Añadiría hoy alguna otra razón?
- Fundamentalmente una: Cuando era niño leí un cuento que consistía en que un par de sinvergüenzas convencieron a un rey para hacerle un traje que tenía la cualidad que sólo podían verlo las personas inteligentes. Todo el mundo se deshizo en elogios sobre el traje del rey hasta que un niño preguntó: “¿Mamá, por qué el rey va desnudo?”.

Creo que la ideología de género, aparte de lo mucho que tiene de maldad, es tan estúpida y antinatural que acabará pinchándose como un globo que explota, porque si hay algo que no puede permitirse un político, es hacer el ridículo y con la ideología de género, lo están haciendo a fondo.



- ¿Puede explicarnos por qué la ideología de género hace el ridículo?
- La primera noticia, todavía indirecta, que tuve de la ideología de género fue cuando leí que una Universidad, creo que sueca, había hecho un trabajo en el que demostraba que para la buena educación de un niño no había nada como una familia monógama, estable y que se quisiesen. No pude por menos de pensar que para ese viaje no eran necesarias muchas alforjas.

Pretender que un niño está mejor en líneas generales, con una pareja de homosexuales que con un matrimonio normal bien avenido, me parece de chiste. Afirmar, como leí hace unos días, que un Colegio de Psicólogos de Chile, sostenía que no se da el síndrome postaborto, me dejó alucinado. Un niño sabe perfectamente que es varón y que su hermana es mujer. Y podría seguir con toda o casi toda la lista de afirmaciones de la ideología de género. Otras cosas son peores, como la corrupción de menores y alentar la promiscuidad sexual.

- ¿Por qué se opone usted al relativismo?
- No saber distinguir o creer que soy yo el que decide lo que está bien o está mal, lo que es verdad o mentira, me parece gravísimo.

- ¿Por qué?
- Porque mis derechos pienso son propiedad inalienable mía, debidos a mi dignidad intrínseca de ser humano, y, en consecuencia, el que el relativismo nos diga que son una concesión graciosa del Estado que lo mismo que me los da, me los puede quitar, me parece una aberración. Lo malo que en Política, a eso se llama totalitarismo.

- ¿Cuál es el fundamento de mis derechos?
- Mis derechos provienen de la Ley o del Derecho Natural, instituida por Dios que me ha concedido la inteligencia para razonar y la voluntad para que actúe con libertad y responsabilidad.

- ¿Se considera usted un pionero?
- Cuando cincuenta mil padres han objetado a la asignatura “Educación para la Ciudadanía”, o se han escrito libros como los de Jesús Trillo Figueroa, es indiscutible que haría el ridículo pretendiendo ser un pionero en estas materias. Pero estoy contento de haber escrito el libro porque supongo servirá a que más de uno se dé cuenta a qué abismos nos quieren llevar algunos idiotas o malvados y refuercen el frente de los que queremos que nuestra Sociedad esté al servicio del Bien y del Sentido Común.

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