Nevenka Astudillo, autora de «Voces desde el vientre»
Le dijeron que su bebé era un feto inviable, hoy tiene 9 años y está sano: contra el aborto en Chile
En el diario Publimetro de Chile Daniel Inostroza cuenta el testimonio de Nevenka Astudillo, la madre de Etián, que hoy es un niño sano y alegre de nueve años pero que podría haber sido abortado porque alguien dictaminó en su momento que era una feto inviable.
Nevenka es autora del libro Voces desde el Vientre, que narra la historia de su hijo y de otros niños que fueron declarados fetos inviables, pero que finalmente nacieron con capacidades diferentes. Oriunda de Antofagasta, emigró a Santiago de Chile producto del nacimiento de su hijo para que fuera atendido en el hospital Calvo Mackenna.
Nevenka habla contra los intentos de despenalizar el aborto en Chile.
Contra el supuesto de aborto por "inviabilidad del feto" afirma: “con este proyecto se presume que todos los fetos inviables mueren, pero definitivamente no es así, porque son miles y miles los fetos inviables que no mueren y que tiene una calidad de vida aceptable y buena”.
Bajo su experiencia, cuando estos miles de niños nacen “podemos ver que son nuestros niños de la Teletón, que tienen hermosas historias de vida, que son unos seres entrañables que cuentan con el apoyo y con la historia de toda una familia detrás”.
Nevenka critica el egoísmo que hay tras el proyecto abortista, que en vez de dar más recursos a madres y hospitales prefiere financiar abortos.
“En lugar de invertir en aborto, debería invertirse en inyectar recursos al Hospital Calvo Mackenna, por ejemplo, o en rehabilitar a estos millones de niños que nacen diferentes, pero que tienen derecho a vivir, porque la experiencia nos dice que los médicos se equivocan. Una vez, un médico me preguntó que para qué quería a mi hijo si estos niños eran una planta cuando nacían”.
Sobre el caso de riesgo para la vida de la embarazada, muy infrecuente con la medicina moderna de un país como Chile (el segundo país de América con mejor salud maternal, sólo después de Canada), Nevenka señala que la ley chilena actual, que se opone a todo aborto, ya recoge el llamado Principio de Doble Efecto (cuando el aborto no es querido ni como fin ni como medio, y es sólo un resultado no querido y secundario de un tratamiento imprescindible que buscaba proteger a la madre).
Nevenka argumenta que estos casos, muy escasos y de hecho ya cubiertos en la práctica médica chilena ética, ha sido magnificados por los abortistas, que se “le ha puesto dramatismo porque se supone que esta es una ley que reivindica a las mujeres y esto ha sido muy emblemático a la hora de sumar puntos y de subir en las encuestas, pero no debiera ser causal”.
Sobre despenalizar que se aborte a los bebés hijos de violación también tiene cosas que decir.
Por supuesto, que se viole a una mujer o una joven, dice, le “duele en el alma, porque también soy madre de niñitas. Pero hay que entender que en Chile también hay niños violados y el efecto no es embarazo, obviamente, y tampoco hay un efecto social porque no se genera el mismo impacto”.
Sin embargo, agrega que esto es un “preservativo legislativo para los violadores”, porque esta ley “no persigue al violador, lo deja impune y como sabemos en nuestro país no hay pena de muerte. Entonces, el único que es sentenciado a muerte es la segunda víctima del violador, el feto inocente”.
Nevenka cree que un Estado, en vez de matar a los bebés enfermos, debe trabajar por prevenir la enfermedad. “Miles de niños nacen al año con malformaciones congénitas producto de la contaminación, pero nadie castiga a las grandes industrias responsables de esto”, considera.
Nevenka espera que el aborto no se implante en Chile. “Espero que no se apruebe y que los recursos se inviertan directamente en recuperar a los niños y a sanar esas ‘taras’ de las que habla el proyecto, porque son muchos los aciertos que se hacen en los hospitales, pero sin recursos es muy difícil tener buenos resultados”, concluye Nevenka.
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