Da un bofetón a su hijo de 13 años por llegar de madrugada: le condenan a seis meses alejado de él
Tres meses de cárcel y medio año de alejamiento. La Audiencia de Alicante ha confirmado esta condena a un padre de Aspe que propinó un bofetón a su hijo de 13 años por llegar tarde a casa [a la una y media de la madrugada], publica el diario alicantino Información.
Los hechos ocurrieron el 21 de junio de 2014 después de que el chaval, de 13 años de edad, que vivía con su padre y los abuelos paternos, se fuera a cenar con unos amigos. A pesar de las advertencias para que llegara a casa a las once de la noche, el menor regresó a la una y media.
La sentencia considera probado que el padre le propinó un bofetón en la cara, provocando que el menor se raspara el codo contra la pared como consecuencia del impacto.
Éste se marchó corriendo a casa de su abuela materna que fue quien le animó a presentar una denuncia ante la Guardia Civil. La abuela se personó en el proceso como acusación particular.
La condena impone al padre tres meses de prisión que no tendrá que cumplir puesto que se trata de una persona sin antecedentes. Sin embargo, establece una orden de alejamiento que le impide acercarse a su hijo durante seis meses a una distancia inferior a 200 metros. Tampoco podrá comunicarse con él por cualquier medio.
En la apelación, el padre había pedido que se le quitara la orden de alejamiento al considerar que no procedería su aplicación por ser perjudicial para el propio menor y subrayando su deber de corrección para con su hijo. La Audiencia ha rechazado estos argumentos señalando que el Código Penal prevé este tipo de medidas "en los casos de lesiones contra determinados parientes o personas con vínculos especiales, entre los que se encuentran los hijos".
"La abuela me comió la cabeza"
Durante el juicio, el menor trató de retractarse y afirmó que entendió la bofetada como una corrección, no como una agresión.
Añadió que "en realidad" nunca quiso denunciarlo pero que fue su abuela "la que le comió la cabeza y le llevó a la Guardia Civil".
La Audiencia explica que las diferencias entre padre e hijo no explican la decisión de presentar una denuncia falsa "y no se debería responsabilizar al menor de aquello de lo que es responsable el mayor".
Para el magistrado, la versión del joven quedó probada con el parte de lesiones y las declaraciones del propio acusado que llegó a gritar y a amenazar a su hijo, según explica en la sentencia.
Los hechos ocurrieron el 21 de junio de 2014 después de que el chaval, de 13 años de edad, que vivía con su padre y los abuelos paternos, se fuera a cenar con unos amigos. A pesar de las advertencias para que llegara a casa a las once de la noche, el menor regresó a la una y media.
La sentencia considera probado que el padre le propinó un bofetón en la cara, provocando que el menor se raspara el codo contra la pared como consecuencia del impacto.
Éste se marchó corriendo a casa de su abuela materna que fue quien le animó a presentar una denuncia ante la Guardia Civil. La abuela se personó en el proceso como acusación particular.
La condena impone al padre tres meses de prisión que no tendrá que cumplir puesto que se trata de una persona sin antecedentes. Sin embargo, establece una orden de alejamiento que le impide acercarse a su hijo durante seis meses a una distancia inferior a 200 metros. Tampoco podrá comunicarse con él por cualquier medio.
En la apelación, el padre había pedido que se le quitara la orden de alejamiento al considerar que no procedería su aplicación por ser perjudicial para el propio menor y subrayando su deber de corrección para con su hijo. La Audiencia ha rechazado estos argumentos señalando que el Código Penal prevé este tipo de medidas "en los casos de lesiones contra determinados parientes o personas con vínculos especiales, entre los que se encuentran los hijos".
"La abuela me comió la cabeza"
Durante el juicio, el menor trató de retractarse y afirmó que entendió la bofetada como una corrección, no como una agresión.
Añadió que "en realidad" nunca quiso denunciarlo pero que fue su abuela "la que le comió la cabeza y le llevó a la Guardia Civil".
La Audiencia explica que las diferencias entre padre e hijo no explican la decisión de presentar una denuncia falsa "y no se debería responsabilizar al menor de aquello de lo que es responsable el mayor".
Para el magistrado, la versión del joven quedó probada con el parte de lesiones y las declaraciones del propio acusado que llegó a gritar y a amenazar a su hijo, según explica en la sentencia.
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