Madrid intenta que el expediente matrimonial no sea «papeleo» sino una «ocasión pastoral»
La archidiócesis de Madrid ha elaborado un nuevo expediente matrimonial, tras constatar la necesidad de ayudar a los novios que han decidido casarse por la Iglesia a que lo hagan de un modo más consciente.
El nuevo expediente matrimonial, centrado en el diálogo con los contrayentes, busca ser más pastoral que administrativo.
Se aplicará desde el próximo mes de octubre
Según el modelo de Juan Pablo II
La preparación al matrimonio tiene varias etapas, según explicaba Juan Pablo II en la Exhortación apostólica Familiaris consortio.
Desde pequeños, debemos ser introducidos en el misterio del amor conyugal, con una preparación remota.
Con el paso a la edad adulta, los jóvenes son ayudados con una preparación próxima, en la que profundizan en el sentido del matrimonio y de la relación entre el hombre y la mujer.
Por último, en los meses cercanos a la boda, tiene lugar la preparación inmediata, en la que destacan los cursillos de novios y el expediente matrimonial, que es un procedimiento que realiza el párroco de los contrayentes para que conste que nada se opone a la celebración válida del matrimonio.
¿Un papeleo? Mal entendido
Muchas veces, el expediente ha sido mal entendido como un papeleo, en el que los novios aportan los documentos de su nacimiento y Bautismo, y muestran que son capaces para contraer matrimonio.
Sin embargo, se trata de mucho más que de un simple acto burocrático y administrativo.
Ya lo pedía Benedicto XVI
«El expediente matrimonial -dijo Benedicto XVI ante los miembros del Tribunal de la Rota romana, en 2011- es una ocasión pastoral única, que debe valorarse con toda la seriedad y la atención que requiere, en la que, a través de un diálogo lleno de respeto y de cordialidad, el pastor intenta ayudar a la persona a ponerse seriamente ante la verdad sobre sí misma y sobre su propia vocación humana y cristiana al matrimonio».
La Iglesia en Madrid ha tomado la iniciativa, y presentará, en las Vicarías y en la Universidad San Dámaso, el nuevo expediente, que se empezará a aplicar en las parroquias en octubre.
La clave es un formulario
El cambio principal de este nuevo expediente es la introducción de un diálogo más profundo del párroco con los contrayentes, a través de un completo formulario, que asegure que el proyecto de los novios es verdaderamente matrimonial.
«El cambio es para ayudar a los que se casan a prepararse mejor -explica don Roberto Serres, Vicerrector de la Universidad San Dámaso, y Decano de la Facultad de Derecho Canónico-. La concepción secularizada de la familia exige a la Iglesia un esfuerzo para ayudar a los contrayentes a tomar conciencia más clara de lo que van a hacer».
Tres bloques de preguntas
Hasta ahora, el expediente sólo contaba con dos preguntas. Ahora la entrevista con los novios será más amplia, articulando las preguntas en tres grandes grupos.
Por un lado, se intenta asegurar el estado libre de los novios, es decir, que no están casados ya.
Por otro lado, se abordará el tema del consentimiento, esencial para el matrimonio: se busca constatar que los novios son capaces de casarse, y entienden el matrimonio tal como lo hace la Iglesia (indisoluble, fiel, y abierto a la transmisión de la vida).
En tercer lugar, se preguntará acerca de los impedimentos que podrían llegar a hacer nulo un matrimonio.
Que los párrocos dediquen tiempo
Desde la archidiócesis de Madrid, se subraya la importancia de este momento de la preparación al matrimonio, y se invita a los párrocos a acoger bien a los novios y a los testigos, dedicándoles el tiempo necesario para el diálogo.
«El expediente matrimonial tiene una finalidad pastoral, no es un acto burocrático de recogida de documentos», afirma el profesor Serres, quien reitera que el nuevo formulario es una oportunidad única de ayudar a los novios a prepararse mejor.
El nuevo expediente matrimonial, centrado en el diálogo con los contrayentes, busca ser más pastoral que administrativo.
Se aplicará desde el próximo mes de octubre
Según el modelo de Juan Pablo II
La preparación al matrimonio tiene varias etapas, según explicaba Juan Pablo II en la Exhortación apostólica Familiaris consortio.
Desde pequeños, debemos ser introducidos en el misterio del amor conyugal, con una preparación remota.
Con el paso a la edad adulta, los jóvenes son ayudados con una preparación próxima, en la que profundizan en el sentido del matrimonio y de la relación entre el hombre y la mujer.
Por último, en los meses cercanos a la boda, tiene lugar la preparación inmediata, en la que destacan los cursillos de novios y el expediente matrimonial, que es un procedimiento que realiza el párroco de los contrayentes para que conste que nada se opone a la celebración válida del matrimonio.
¿Un papeleo? Mal entendido
Muchas veces, el expediente ha sido mal entendido como un papeleo, en el que los novios aportan los documentos de su nacimiento y Bautismo, y muestran que son capaces para contraer matrimonio.
Sin embargo, se trata de mucho más que de un simple acto burocrático y administrativo.
Ya lo pedía Benedicto XVI
«El expediente matrimonial -dijo Benedicto XVI ante los miembros del Tribunal de la Rota romana, en 2011- es una ocasión pastoral única, que debe valorarse con toda la seriedad y la atención que requiere, en la que, a través de un diálogo lleno de respeto y de cordialidad, el pastor intenta ayudar a la persona a ponerse seriamente ante la verdad sobre sí misma y sobre su propia vocación humana y cristiana al matrimonio».
La Iglesia en Madrid ha tomado la iniciativa, y presentará, en las Vicarías y en la Universidad San Dámaso, el nuevo expediente, que se empezará a aplicar en las parroquias en octubre.
La clave es un formulario
El cambio principal de este nuevo expediente es la introducción de un diálogo más profundo del párroco con los contrayentes, a través de un completo formulario, que asegure que el proyecto de los novios es verdaderamente matrimonial.
«El cambio es para ayudar a los que se casan a prepararse mejor -explica don Roberto Serres, Vicerrector de la Universidad San Dámaso, y Decano de la Facultad de Derecho Canónico-. La concepción secularizada de la familia exige a la Iglesia un esfuerzo para ayudar a los contrayentes a tomar conciencia más clara de lo que van a hacer».
Tres bloques de preguntas
Hasta ahora, el expediente sólo contaba con dos preguntas. Ahora la entrevista con los novios será más amplia, articulando las preguntas en tres grandes grupos.
Por un lado, se intenta asegurar el estado libre de los novios, es decir, que no están casados ya.
Por otro lado, se abordará el tema del consentimiento, esencial para el matrimonio: se busca constatar que los novios son capaces de casarse, y entienden el matrimonio tal como lo hace la Iglesia (indisoluble, fiel, y abierto a la transmisión de la vida).
En tercer lugar, se preguntará acerca de los impedimentos que podrían llegar a hacer nulo un matrimonio.
Que los párrocos dediquen tiempo
Desde la archidiócesis de Madrid, se subraya la importancia de este momento de la preparación al matrimonio, y se invita a los párrocos a acoger bien a los novios y a los testigos, dedicándoles el tiempo necesario para el diálogo.
«El expediente matrimonial tiene una finalidad pastoral, no es un acto burocrático de recogida de documentos», afirma el profesor Serres, quien reitera que el nuevo formulario es una oportunidad única de ayudar a los novios a prepararse mejor.
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