También en China
Los niños rusos solo pueden ser adoptados por parejas de padre y madre
Las parejas españolas que aspiran a adoptar un niño en Rusia han visto paralizados sus procesos por las exigencias del nuevo Código de Familia ruso, que quiere garantizar que los niños solo serán entregados a familias a cargo de un padre y una madre. La situación es más ardua si tenemos en cuenta que Rusia es uno de los principales países de origen de las adopciones internacionales en España.
En España hay más adopciones de niños extranjeros que de nacionales. Las de niños españoles fueron 775 en 2011. Pero las adopciones internacionales, que alcanzaron un máximo de 5.541 en 2004, han ido cayendo hasta 1169 en 2012, según datos del Ministerio de Sanidad. Y no por falta de solicitudes sino por escasez de niños adoptables. De los países con los que España tiene acuerdos en la materia, aquel en el que más menores fueron adoptados el año pasado fue Rusia, de donde llegaron 479 niños.
Pero a raíz de que varios países europeos –entre ellos España– dieran el derecho a adoptar a parejas de homosexuales, Rusia quiere controlar mejor en manos de quién quedan los niños rusos. El pasado junio la Duma aprobó por unanimidad unas modificaciones al Código de Familia por las que los niños rusos solo podrán ser adoptados por parejas formadas por un hombre y una mujer. Las parejas homosexuales extranjeras y los solteros de los países que han reconocido el matrimonio gay no podrán ser candidatos.
Esto ha hecho que los procesos de adopción de unos quinientos solicitantes españoles –según estimaciones del Ministerio de Sanidad– hayan quedado paralizados, a la espera de que se firme un nuevo convenio bilateral entre España y Rusia (cfr. El País, 12-09-2013).
A menudo este problema se atribuye a la “legislación homófoba de Putin”. Pero –aparte de que la votación de la Duma indica un sentimiento muy compartido– cada país es muy dueño de poner unos requisitos para las adopciones pensando en lo que es mejor para el niño. En este aspecto, Rusia se atiene a la idea –bien asentada jurídicamente– de que la adopción imita la naturaleza. Y por eso estima que lo mejor para el niño adoptado es que tenga un padre y una madre.
Cuando en 2005 España aprobó que las parejas homosexuales pudieran casarse y adoptar niños, no le pidió opinión a Rusia. Por su parte, Rusia ha decidido lo que considera bueno para los niños rusos, independientemente de lo que crean otros países.
Pero el rechazo no proviene solo de Rusia. También China, otro de los principales países de origen de adopciones internacionales, ya solo concede niños a las parejas de marido y mujer con varios años de matrimonio.
De este modo, el reconocimiento de la adopción por parte de parejas homosexuales en países europeos se ha convertido en un obstáculo para todas las parejas en las adopciones internacionales.
En España hay más adopciones de niños extranjeros que de nacionales. Las de niños españoles fueron 775 en 2011. Pero las adopciones internacionales, que alcanzaron un máximo de 5.541 en 2004, han ido cayendo hasta 1169 en 2012, según datos del Ministerio de Sanidad. Y no por falta de solicitudes sino por escasez de niños adoptables. De los países con los que España tiene acuerdos en la materia, aquel en el que más menores fueron adoptados el año pasado fue Rusia, de donde llegaron 479 niños.
Pero a raíz de que varios países europeos –entre ellos España– dieran el derecho a adoptar a parejas de homosexuales, Rusia quiere controlar mejor en manos de quién quedan los niños rusos. El pasado junio la Duma aprobó por unanimidad unas modificaciones al Código de Familia por las que los niños rusos solo podrán ser adoptados por parejas formadas por un hombre y una mujer. Las parejas homosexuales extranjeras y los solteros de los países que han reconocido el matrimonio gay no podrán ser candidatos.
Esto ha hecho que los procesos de adopción de unos quinientos solicitantes españoles –según estimaciones del Ministerio de Sanidad– hayan quedado paralizados, a la espera de que se firme un nuevo convenio bilateral entre España y Rusia (cfr. El País, 12-09-2013).
A menudo este problema se atribuye a la “legislación homófoba de Putin”. Pero –aparte de que la votación de la Duma indica un sentimiento muy compartido– cada país es muy dueño de poner unos requisitos para las adopciones pensando en lo que es mejor para el niño. En este aspecto, Rusia se atiene a la idea –bien asentada jurídicamente– de que la adopción imita la naturaleza. Y por eso estima que lo mejor para el niño adoptado es que tenga un padre y una madre.
Cuando en 2005 España aprobó que las parejas homosexuales pudieran casarse y adoptar niños, no le pidió opinión a Rusia. Por su parte, Rusia ha decidido lo que considera bueno para los niños rusos, independientemente de lo que crean otros países.
Pero el rechazo no proviene solo de Rusia. También China, otro de los principales países de origen de adopciones internacionales, ya solo concede niños a las parejas de marido y mujer con varios años de matrimonio.
De este modo, el reconocimiento de la adopción por parte de parejas homosexuales en países europeos se ha convertido en un obstáculo para todas las parejas en las adopciones internacionales.
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