«Que mi padre fuera así no define mi vida»
Nacida tras una violación y dada en adopción...ahora reza por sus padres y es una militante provida
La historia de Mónica es dura pero sin ella no estaría en este mundo. Según ella, que su padre fuera un violador no marca su propia existencia. Ella es una activa militante provida y reza por su padre. Esta es su historia contada por ella misma:
“Como bombero y paramédico, prácticamente he visto de todo. Presenciar emergencias y catástrofes como parte de mi trabajo trae consigo muchas emociones. Pero la crisis emocional más grave que tuve en mi vida fue cuando me enteré de que fui concebida en un acto de maldad. Jamás pensé escuchar las palabras “concebida en una violación”, cuando me puse en contacto con mi madre biológica hace algunos años. Escuché el terrible relato de aquella noche oscura de 1972, sentada en la sala de mi madre, tomada de la mano de mi esposo.
Fruto de una violación
Ella salía de un restaurante cuando aceptó que un hombre y su amigo la llevaran a casa. El hombre la llevó a una carretera oscura a las afueras de la ciudad y la violó, después la dejó sola. Ensangrentada y herida, mi madre caminó hasta su casa, entró en su habitación y se echó a llorar. Esa noche comenzó su infierno.
Al día siguiente le confió lo acontecido a su propia madre y ambas fueron a la estación de policía a presentar cargos.
Cuando finalmente la vida de mi madre comenzó a regresar a la normalidad, se enteró de que estaba embarazada. Se sentía devastada. Se preguntaba qué dirían los demás. ¿Sería conocida como la chica fácil del pueblo, todo por un crimen que ella no cometió? Me contó que cayó en una profunda depresión. Lloró durante semanas. Más tarde acudió a una clínica abortiva clandestina, siguiendo los consejos de su madre.
La posibilidad del aborto
Me dijo que quería “recuperar su vida”. Pensaba que si se deshacía de mi vida, entonces podría continuar la suya como si nada hubiera pasado. Y le parecía que un aborto ilegal era la solución para que todo llegara a la normalidad. Pero al llegar a la clínica y ya sentada en la plancha en la cual me quitarían la vida, cambió de parecer. Dejó ese lugar y nunca miró hacia atrás.
Su madre la escondió del mundo. Cuando me dio a luz ni siquiera me miró. Pero me dio el regalo más grande que jamás he recibido. Y encima de darme la vida, me regaló una familia adoptiva increíble. Por eso, estoy eternamente agradecida.
El don de la vida
Comencé a compartir esta historia hace varios años, y entre más la comparto, más me siento bendecida por haber recibido este regalo que es la vida. Empecé a cuestionar también quién soy y el sentido de mi propia vida. Mi madre y yo seguido hablábamos por teléfono, y cada vez que lo hacíamos yo tenía más preguntas que necesitaban respuesta. Para algunas respuestas no estaba preparada, pero para yo poder sanar y encontrar mi propio valor, necesitaba escucharlas.
El día 6 de marzo de 2013, mi madre biológica falleció por una infección de vías urinarias que se volvió séptica. Durante sietes días luchó por su vida, y durante esos siete días estuve sentada junto a ella, pidiendo a Dios que nos diera más tiempo. Pero Dios tenía otros planes para ella. Ella estuvo conmigo cuando yo respiré por primera vez, y yo estuve con ella cuando respiró por última vez.
Rezar y pedir por sus padres biológicos
Estoy muy agradecida con su familia por haberme dejado ser parte de sus vidas durante esos últimos siete días. Me permitieron estar con ella para mostrarle cuánto aprecio los sacrificios que tuvo que hacer para traerme al mundo y darme vida.
Encontré cuánto valgo a través de su historia y he conciliado el hecho de que mi padre biológico sea un violador.
He contactado a mi padre biológico. Le pedí su historial médico y una prueba de ADN, a lo cual accedió. Más tarde contrató a un abogado y me pidió que me mantuviera alejada de el y de su familia. Desde entonces he comenzado a rezar por el para que algún día pueda encontrar paz, como lo he hecho yo.
Su madre, una heroe
Por ahora, continúo a compartir la historia de valentía, amor y fe de madre biológica. Ella es el héroe y yo quien recibió el precioso regalo. Antes de fallecer me dijo que le maravillaba como algo tan hermoso podía salir de algo tan horrible. Yo estoy de acuerdo en que mi relación con ella fue una cosa hermosa.
Como bombero, paramédico y partidaria de la causa pro-vida, voy a continuar en la lucha por salvar muchas vidas, pero especialmente aquellas de los bebés concebidos por violación”.
Puedes seguir la historia de Monica (en inglés) en: www.facebook.com/mkprolife o www.monicakelsey.com
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