El apostolado acompaña a personas atraídas por su mismo sexo: «Transmitimos el amor y la verdad»
«En Courage logran cambiar de vida: no porque abandonen una atracción, sino porque eligen la virtud»
El apostolado Courage acompaña espiritual y pastoralmente a personas —de 18 años en adelante— que experimentan atracción al mismo sexo (AMS) y desean vivir en castidad según las enseñanzas de la Iglesia Católica (puedes acceder aquí a la página web de Courage).
Este acompañamiento está fundamentado en las Cinco Metas de Courage que consisten en: vivir la castidad; tener una vida sacramental activa y oración frecuente; vivir la hermandad, compartiendo los retos en la vida cristiana; apoyarse unos a otros a través de amistades castas y dar al mundo testimonio de vida cristiana.
Rossana Goñi-Cuba es consagrada peruana, vive desde hace casi 25 años en Estados Unidos, y en el 2016 fue invitada a servir en Courage Internacional como coordinadora de esta pastoral en el mundo de habla hispana. Ella y su equipo al completo atienden a Religión en Libertad para hablar de la gran misión que realizan.
-¿Cómo es su modo de obrar?
-El acompañamiento espiritual y pastoral que realizamos se lleva a cabo, concretamente, a través de capítulos (grupos) dirigidos por sacerdotes capellanes, asignados por su obispo local, que acompañan a nuestros miembros a vivir en coherencia y comunión con las enseñanzas de la Iglesia Católica sobre su identidad, que está profundamente fundamentada en su calidad de hijos adoptivos de Dios, creados a Su imagen y semejanza.
»Durante estas reuniones semanales o quincenales con los miembros que experimentan AMS, los capellanes ofrecen reflexiones espirituales en torno a las Cinco Metas de Courage, o sobre algún otro tema relacionado a la vida de fe y la perseverancia en el camino de la virtud. Además, en las reuniones hay momentos de oración y espacios para hablar, escuchar y compartir, todo en un ambiente de respeto y confidencialidad.
»Cuando es posible, durante estas reuniones también se ofrece el sacramento de la reconciliación y dirección espiritual individual. Los capellanes de Courage aportan su paternidad espiritual y acompañamiento pastoral, y ayudan a nuestros miembros a reconciliarse con Dios y a vivir castamente en el mundo.
-A veces está presente esta confusión: ¿ayudan para dejar la homosexualidad o a vivir con ella desde la fe?
-La Iglesia distingue entre la inclinación y el acto homosexual, por consiguiente, la Iglesia enseña que el experimentar atracción homosexual no es en sí mismo pecado ni un impedimento para vivir la santidad. Partiendo de esto, la misión de Courage no consiste en hacer que la persona que se acerca al apostolado deje de experimentar la atracción al mismo sexo, sino acogerla, escucharla, acompañarla y ayudarla a vivir la castidad y a cooperar con la gracia de Dios para crecer en santidad.
»Algunos de los primeros miembros de Courage, que se unieron al apostolado hace más de 40 años, aún experimentan atracciones hacia el mismo sexo, pero su estilo de vida es muy diferente a lo que era —no porque fueron a terapia o porque alguien los "liberó de sus atracciones con una oración", sino porque han elegido una vida de virtud, que es el camino de Jesucristo.
Los capellanes de Courage aportan su paternidad espiritual y acompañamiento pastoral.
-No pocas personas homosexuales creen que la Iglesia los rechaza. ¿Es esto cierto?
-Tristemente, muchos de nuestros hermanos que experimentan AMS se han distanciado de la Iglesia al pensar que ésta los rechaza, pero no es así. La Iglesia, como tal, no rechaza a nadie, por el contrario, su misión es acoger a todos los hijos de Dios y proclamar el amor, la misericordia y la Verdad de Jesucristo, Camino y Vida, que nos ha sido revelada. La Iglesia, que es Madre y Maestra, enseña que hemos de acoger a nuestros hermanos que experimentan AMS, "con respeto, compasión y delicadeza", evitando respecto a ellos "todo signo de discriminación injusta".
»Desafortunadamente, en ocasiones, la ignorancia respecto a estas enseñanzas y este tema, en general, impide o interfiere en esta acogida a la luz del amor, la verdad y la misericordia. Sin embargo, siempre será injusto excluir a una persona de la Iglesia, o marginarla o maltratarla, solo porque experimenta atracciones hacia el mismo sexo. Todos somos responsables de nuestras acciones y todos necesitamos conversión. Y una persona que experimenta atracción al mismo sexo y se está esforzando para vivir según el plan de Dios, es tan capaz de recibir la gracia de Dios, de participar en los sacramentos y de vivir una vida cristiana plena, como todos los demás.
-¿Qué otros mitos cree que hay sobre la Iglesia y la homosexualidad?
-Otra confusión o mala interpretación respecto a lo que enseña la Iglesia sobre la homosexualidad es que al referirse a las atracciones homosexuales como "intrínsecamente desordenadas", la Iglesia está diciendo que la persona es intrínsecamente desordenada en su totalidad, pero no es así.
»Como explica la Conferencia Episcopal de los Estados Unidos, "el desorden está en esa inclinación particular, que no está ordenada hacia la realización de los fines naturales de la sexualidad humana. Por eso, actuar según esa inclinación, simplemente no puede contribuir al verdadero bien de la persona humana. Sin embargo, aunque las atracciones homosexuales sean desordenadas, la persona conserva su dignidad y valor humanos intrínsecos".
»También existe la creencia de que, con sus enseñanzas, la Iglesia quiere limitar la libertad de quienes experimentan AMS, sin embargo, "cuando la Iglesia rechaza las doctrinas erróneas en relación con la homosexualidad, no limita, sino que más bien defiende la libertad y la dignidad de la persona, entendidas de modo realista y auténtico", con tal de promover su realización y felicidad según la sabiduría creadora de Dios.
»Finalmente, a menudo se cree que la Iglesia tiene que "modernizarse" y dejar de imponer lo que piensa, sin embargo, la verdad, el amor y la misericordia de Cristo son los mismos ayer, hoy y siempre. La Iglesia no impone nada, pues como explica la Gaudium et spes, "Dios ha querido dejar al hombre en manos de su propia decisión para que así busque espontáneamente a su Creador y, adhiriéndose libremente a éste, alcance la plena y bienaventurada perfección".
-¿Cómo cree que debe ser desde la Iglesia la acogida a las personas homosexuales?
-En pocas palabras, esta acogida debe estar llena de misericordia, teniendo siempre en cuenta a la persona, con plena consciencia de que estamos entrando en terreno sagrado. Contrario a lo que muchos creen, comenzar recitando la doctrina de la Iglesia, pocas veces es la mejor idea. Si nos acercamos a una persona que experimenta AMS recitándole los mandamientos y una lista de exigencias, lo más probable es que la conversación termine antes de que comience.
»Asimismo, si comenzamos suponiendo que la otra persona "sufre de" o "tiene el problema de" la atracción al mismo sexo, es probable que responda con una actitud defensiva o de rechazo. No es posible abordar realidades tan personales e íntimas de la vida de una persona sin confianza de por medio y no se puede confiar en alguien que no se conoce.
»La verdadera acogida comienza con el encuentro y la disponibilidad de escuchar atenta y sinceramente la historia de la persona, sin tratar de abarcar todo en una sola conversación, ni preocuparse demasiado de si esta primera conversación concluye en vacilación, escepticismo o incluso un rechazo total. En vez de eso, debemos confiar en la Divina Providencia y responder a la apertura, confianza y buena voluntad de la otra persona con tres verdades simples: "te quiero", "creo que Dios tiene un plan para ti" y "quiero escuchar tu historia".
»Después de escuchar (y volver a escuchar), cuando llegue el momento (varía según cada persona) de compartir la verdad de las enseñanzas de la Iglesia, es fundamental hacerlo como nos enseña el Papa Francisco, "comenzando con el primer anuncio, con el anuncio de la salvación": "Jesucristo te ama, dio su vida para salvarte, y ahora está vivo a tu lado cada día, para iluminarte, para fortalecerte, para liberarte".
»Debemos comenzar con la realidad de que la ley moral que nos viene de Dios a través de la Iglesia es, sobre todo, una expresión del amor de Dios por nosotros, y que Cristo y Su Iglesia le ofrecen a cada persona la ayuda que necesita para entenderla, abrazarla y vivirla. Luego podemos proponer la doctrina y sus exigencias. No es cuestión de elegir entre la caridad o la verdad, sino una cuestión de prioridad. Debemos hablar claramente sobre la ley moral, pero solo les llegará el mensaje cuando se lo presentemos en el contexto del amor de Dios y su plan para nuestra felicidad. Necesitan saber que es bueno, que es posible y que serán capaces de vivirlo.
»Esta acogida y acompañamiento, según el "método de Jesús", como lo llama uno de nuestros miembros de Courage, no es sino un reflejo de lo que nos enseña el Evangelio en el pasaje del encuentro de Cristo con los discípulos de Emaús. En el Evangelio leemos que, en la tarde del Domingo de Pascua, el Señor Resucitado se encuentra con dos discípulos que van caminando a casa desde Jerusalén, afligidos por los eventos del Viernes Santo. En vez de revelarse ante ellos en un destello de luz, camina a su lado hasta el momento en que puede invitarlos a compartir su historia con Él. Ellos lo hacen con una actitud defensiva al principio, sorprendidos de que no supiera la fuente de su sufrimiento.
»Él los invita nuevamente, con paciencia, a compartir su historia y surge todo el drama: expectativas no cumplidas, decepción, abandono, dolor, confusión, incertidumbre. Habiéndolos escuchado, tomándolos en serio y habiéndose acercado a ellos con compasión, el Señor, entonces, se ofrece a contarles el resto de la historia: las predicciones y las promesas que habían escuchado de Jesús pero que habían descartado por su perspectiva limitada sobre los eventos recientes.
»Jesús los lleva a través de las Escrituras, explicándoles el plan y las promesas de Dios y su cumplimiento en la Pasión, y les da la esperanza de que su sufrimiento actual no es en vano, y de que encontrarán la alegría cuando Dios cumpla sus promesas para con ellos. Ellos admiten que sus corazones "ardían dentro de sí mientras les hablaba por el camino y les explicaba las Escrituras". Como resultado, los discípulos lo invitan su casa, son renovados por los sacramentos y reconocen al Señor Resucitado en medio de ellos. Después, dan testimonio ante sus amigos sobre "lo que había pasado en el camino y cómo le habían reconocido".
»Esta es la acogida y el acompañamiento que la Iglesia y Courage, fiel a la Escritura, la Tradición y el Magisterio, ofrece a nuestros hermanos con atracción al mismo sexo.
'Necesitan saber que es bueno, que es posible y que serán capaces de vivirlo'.
-¿Debemos renunciar a nuestra fe y acercarnos a movimientos LGTB para ofrecer esta acogida o se puede hacer plenamente desde la Iglesia?
-Esta acogida se puede hacer plenamente desde la Iglesia, que es Madre y acoge a todos. Como escribió la Congregación para la Doctrina de la Fe, "sólo lo que es verdadero puede finalmente ser también pastoral. Cuando no se tiene presente la posición de la Iglesia se impide que los hombres y las mujeres homosexuales reciban aquella atención que necesitan y a la que tienen derecho".
-¿Dónde están los límites para los miembros de la Iglesia en este sentido? ¿Qué línea diferencia la acogida de una persona que puede tener una tendencia o una debilidad con aceptar una ideología o movimiento?
-Como cristianos, estamos llamados a acoger a todas las personas, pues todos somos hijos de Dios y también todos somos pecadores —"el que esté libre de pecado que tire la primera piedra" (Jn 8, 7). Recordemos que así, pecadores, Dios nos recibe siempre en Su Corazón y en la Iglesia, y ahí nos invita a conocerlo y amarlo cada vez más para descubrir la verdad de nuestra existencia, la maravilla nuestra humanidad.
»Dicho esto, no hay límite para la misericordia de Dios, de la que tratamos de ser un humilde instrumento. Lo que siempre debe haber es discernimiento y esto es únicamente posible a través de la relación personal e íntima con el Señor en la oración y los sacramentos. La fe y la persona están antes que cualquier ideología o corriente política.
-¿Tiene éxito Courage? ¿dónde cree que reside?
-En la pastoral Courage no solemos ver las cosas en términos de "éxito". Jesús no buscó ser exitoso, sino cumplir la voluntad del Padre proclamando siempre la verdad con amor, por lo que muchas veces fue incomprendido e incluso rechazado. Quien se dispone a seguir a Cristo tiene que estar preparado para tomar su cruz (Mt 16, 24). Para el mundo, "el mensaje de la cruz es necedad", pero para nosotros que tenemos fe, "es fuerza de Dios" (1Co 1, 18). Quienes tenemos fe, sabemos que la cruz nos lleva a la resurrección y que no hay forma de llegar a esa plenitud de la resurrección más que a través de la cruz.
»Desde que comencé a servir en Courage Internacional me llenó de admiración ver que no hacíamos proselitismo ni buscábamos llenarnos de seguidores ni lograr éxitos a través de grandes campañas; la única motivación que vi y sigo viendo es acoger a cada persona que se nos acerca libremente, para ayudarle a ir, poco a poco, hacia el encuentro con Jesucristo en la Iglesia.
»En varias ocasiones, al comunicarse con nosotros y compartirnos sus historias, quienes buscan acompañamiento en nuestro apostolado, nos dicen: "nunca había compartido esto que vivo con nadie, tú eres la primera persona en saberlo". ¿Te imaginas el gozo de Dios al ver que su hijo tiene la oportunidad de descansar su corazón en alguien? ¿Te imaginas nuestro gozo al ser esos instrumentos del Padre para acoger a sus hijos? ¿Te imaginas el gozo de ese hijo que finalmente encuentra el agua que estuvo buscando para saciar la sed de su alma? ¡Eso es la vida cristiana, ese es nuestro verdadero gozo!
»El escuchar con amor, atención, discernimiento y reverencia a cada hijo de Dios que se acerca buscando el acompañamiento de la Iglesia, respetando su libertad y confiando en los tiempos de Dios, caminando juntos con la cruz a cuestas, es lo que hace de Courage una pastoral que únicamente busca ser fiel al plan del Padre y a la Iglesia de Cristo, todo para gloria de Dios y la salvación de las almas.
-Muchas de las personas que cuentan sus testimonios de Courage afirman que "están mejor" tras recibir este acompañamiento. ¿Por qué están mejor y por qué cree que antes no lo estaban tanto?
-Cada vida cristiana es una peregrinación única y, como tal, tiene sus altibajos. Cualquier persona—independiente de sus atracciones sexuales— que vive un encuentro personal con Jesucristo y desea seguirlo sinceramente porque se sabe amado por Él, sabrá que el camino no será fácil, pero con la gracia de Dios será posible, pues Él no nos pedirá algo que no podemos realizar.
»Quizás quienes buscan el acompañamiento de Courage se sienten mejor porque en el apostolado encuentran un espacio donde se saben acogidos por la Iglesia, un espacio donde pueden ser libres viviendo su fe acompañados por capellanes que son verdaderos padres espirituales que les muestras un atisbo del amor del Padre.
»En el apostolado, también encuentran un espacio donde cultivar amistades castas con otras personas que comparten no solo la misma experiencia de la atracción al mismo sexo, sino también el deseo de vivir la castidad y cooperar con la gracia de Dios para alcanzar la perfección en Cristo Jesús. En definitiva, se debe al hecho de que en el apostolado Courage estos hermanos se encuentran con la gracia de Dios y la esperanza que les genera la convicción de saberse hijos amados de Dios.
-¿Cómo describiría las diferencias que hay entre antes de acudir a Courage y después de hacerlo?
-Muchos de nuestros miembros nos han compartido que antes de buscar el acompañamiento de la Iglesia a través de Courage, su vida estaba marcada por la soledad, el rechazo, la desesperanza y un sentimiento de insatisfacción y falta de sentido o dirección en su vida. En el apostolado Courage encontraron una comunidad de fe que los comprende y, con ello, el sentido de su identidad como hijos de Dios. Ya no están solos, pues cuentan ahora con amistades castas y con padres espirituales que no solo les muestran el camino a Dios, sino que también las acompañan en él. Conocen y viven la castidad, la paz y la libertad de los hijos de Dios.
-¿Qué le diría a un homosexual católico que nos puede estar leyendo y que se hace algunas de las preguntas sobre los temas de los que hemos hablado?
-Le diría a ese hermano que experimenta atracción al mismo sexo y que nos puede estar leyendo, que Dios lo ama infinitamente, mucho más de lo que pueda imaginar. Que la Iglesia, que es Madre y Maestra está aquí para recibirlo con los brazos abiertos, acogerlo, escucharlo y para enseñarle con amor y delicadeza la verdad de su existencia y lo bello de su humanidad y sexualidad. Que no está solo en sus luchas, que todos las tenemos y estamos aquí para ayudarnos.
»Finalmente, le diría que Dios no nos da deseos irrealizables ni mandamientos imposibles de cumplir. Dios quiere que seamos santos y felices —que, en definitiva, es la misma cosa— Y quiere esto mucho más que nosotros, así que siempre nos dará la gracia y la dirección que necesitamos para conseguirlo si estamos dispuestos a recibirla y cooperar con ella.
Puedes ver aquí una entrevista en español al Director Internacional de Courage.
-¿Le gustaría añadir algo?
-Citando el documento de la Congregación para la Doctrina de la Fe de 1986 sobre la pastoral dirigida a personas que experimentan atracción al mismo sexo, quisiera añadir que "toda persona tiene la misma identidad fundamental: el ser creatura y, por gracia, hijo de Dios, heredero de la vida eterna". Cuando esto está claro y genuinamente en el centro de nuestra acogida y acompañamiento, no solo transmitimos amor, sino verdad, permitiendo así que la persona comprenda y viva su identidad de hijo de Dios más plenamente.
»Quisiera, finalmente dirigirme a obispos y sacerdotes que puedan estar leyendo estas líneas, que no tengan miedo de proclamar la verdad con caridad y respecto a la sexualidad humana, porque es un don maravilloso dado por Dios desde la creación. Que tampoco teman ejercer su paternidad espiritual acogiendo con misericordia a nuestros hermanos que experimentan atracción al mismo sexo, acompañándolos junto al Señor por el camino que ha marcado para ellos con su propio ejemplo y entrega.
»Si algún sacerdote se siente llamado a ser capellán de esta pastoral, o si alguna persona que experimenta atracción al mismo sexo desea vivir en castidad, según las enseñanzas de la Iglesia Católica y encontrar apoyo y acompañamiento espiritual para perseverar en el camino de la santidad y encontrar en Jesucristo su libertad y felicidad, escríbanos al correo electrónico: oficina@couragerc.org.
Para contactar con Courage en español (absoluta confidencialidad):
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