El Senado redefine el matrimonio
Y España y Zerolo exportaron el matrimonio gay a Uruguay (con una derecha que se desentiende)
El Senado uruguayo, controlado por la izquierda, aprobó este martes, con 23 votos a favor y 8 en contra, un proyecto de ley que redefine el matrimonio, elimina las categorías "esposo y esposa" para sustituirlo por "cónyuges" (copiando lo que Zapaterio hizo en 2005 en España) y legisla la entrega de niños a parejas del mismo sexo, impidiendo así que puedan ser educados en la complementariedad hombre-mujer, paternidad-maternidad.
Así, el Senado del país más laico de Sudamérica ratifica lo que ya estableció la Cámara de los Diputados en diciembre, con 81 votos a favor sobre un total de 87, bajo el impulso del presidente José Mújica, antiguo guerrillero tupamaro (un grupo violento armado de extrema izquierda que practicaba secuestros y asesinatos "selectivos" entre 1968 y 1972).
Solo queda una última ratificación de la Cámara de Diputados y Uruguay habrá redefinido el matrimonio para que no importe el género de los contrayentes (pero sí el número, nadie explica por qué).
Zerolo exportó técnica gay a Uruguay
La conexiones del matrimonio homosexual en Uruguay con la ideología gay española son claras.
En septiembre de 2011, el activista homosexual y político socialista Pedro Zerolo, concejal entonces del Ayuntamiento de Madrid y secretario de Movimientos Sociales del PSOE, visitó Uruguay para marcar las líneas a seguir, reuniéndose con Sebastián Sabini, legislador del Frente Amplio uruguayo y con Silvia Augsburguer, diputada del Partido Socialista Argentino, una de las principales artífices de la aprobación del matrimonio en Argentina.
El proceso legal empezó cuando la Justicia uruguaya reconoció el matrimonio celebrado en 2010 en España entre un uruguayo y un español, aunque posteriormente la fiscalía apeló el fallo. Era un paso para que la España de Zapatero exportase el matrimonio gay a Hispanoamérica. El lobby del homosexualismo político "Colectivo Ovejas Negras" diseñó el proyecto uruguayo.
La derecha uruguaya no defendió la familia
La derecha uruguaya se ha mostrado tan relativista y laicista como la izquierda. El proyecto contó con los votos a favor de todo el oficialista Frente Amplio, mayoritario en la cámara, tal y como se preveía, además de siete legisladores de los opositores Partido Nacional y Partido Colorado.
El presidente del "conservador" Partido Nacional, Luis Alberto Heber, señaló que los integrantes de su bloque tenían libertad de voto porque el suyo "no es un partido que acepte los dictados de la Iglesia".
Incoherencia "liberal"
Durante el debate, el senador nacionalista Jorge Larrañaga justificó su voto a favor porque como "hombre liberal" no podía permitirse "regular un acto tan íntimo" como el amor entre dos personas (pero no explicó por qué le parece bien que el Estado regule que sean solo dos y no tres o cuatro o uno solo los miembros de un matrimonio). "El Estado no debe prohibir ni cercenar la autonomía de la voluntad de sus ciudadanos", añadió... aunque limita las edades y número de contrayentes, los derechos que aporta el matrimonio, etc...
La redefinición del matrimonio
El primer artículo del proyecto señala que el instituto del matrimonio «implicará la unión de dos contrayentes, cualquiera sea la identidad de género u orientación sexual de estos, en los mismos términos, con iguales efectos y formas de disolución que establece hasta el presente el Código Civil».
La norma, denominada Ley de Matrimonio Igualitario, señala expresamente que el Código Civil considerará como matrimonio "la unión permanente entre dos personas de igual o distinto sexo" y elimina de su articulado las palabras "hombre y mujer" para sustituirlas por "cónyuges".
La norma uruguaya incluye modificaciones del Código Civil, que dará libertad a las parejas del mismo sexo para elegir libremente el orden de los apellidos de sus hijos y que permitirá la adopción a los matrimonios homosexuales.
El país "más progre" de Hispanoamérica
Uruguay es reconocido por ser uno de los países más "progresistas" del mundo: fue de los primeros en aprobar el divorcio libre sin causa, ya a principios de siglo eliminó la Semana Santa sustituyéndola por una laica "Semana del Turismo" (también lo intentó con Navidades y Reyes pero no lo consiguió) y ha implantado en 2012 el aborto que frenó con su veto el presidente izquierdista (pero médico) Tabaré Vázquez, aunque miles de ciudadanos han reunido firmas para llevar el aborto a referéndum, cambiar la ley y frenar esta práctica en el país.
En la actualidad el matrimonio homosexual es legal en España, Holanda, Bélgica, Canadá, Sudáfrica, Noruega, Suecia, Portugal, Islandia y Dinamarca.
Uruguay sería el tercer país en el continente americano después de Canadá y Argentina en permitir el matrimonio homosexual en todo su territorio.
La complementariedad hombre-mujer
La Iglesia Católica en Uruguay, no especialmente potente, pidió a los legisladores actuar "a conciencia" y rechazar el proyecto. En la Misa de Pascua el domingo el arzobispo de Montevideo, Nicolás Cotugno, recordó el plan divino sobre la complementariedad del ser humano: "Dios ha hecho al hombre a su imagen y semejanza y dice el Génesis que macho y hembra los creó", por tanto "todo lo que se aparta" de este principio, la Iglesia "no puede aceptarlo", agregó.
Así, el Senado del país más laico de Sudamérica ratifica lo que ya estableció la Cámara de los Diputados en diciembre, con 81 votos a favor sobre un total de 87, bajo el impulso del presidente José Mújica, antiguo guerrillero tupamaro (un grupo violento armado de extrema izquierda que practicaba secuestros y asesinatos "selectivos" entre 1968 y 1972).
Solo queda una última ratificación de la Cámara de Diputados y Uruguay habrá redefinido el matrimonio para que no importe el género de los contrayentes (pero sí el número, nadie explica por qué).
Zerolo exportó técnica gay a Uruguay
La conexiones del matrimonio homosexual en Uruguay con la ideología gay española son claras.
En septiembre de 2011, el activista homosexual y político socialista Pedro Zerolo, concejal entonces del Ayuntamiento de Madrid y secretario de Movimientos Sociales del PSOE, visitó Uruguay para marcar las líneas a seguir, reuniéndose con Sebastián Sabini, legislador del Frente Amplio uruguayo y con Silvia Augsburguer, diputada del Partido Socialista Argentino, una de las principales artífices de la aprobación del matrimonio en Argentina.
El proceso legal empezó cuando la Justicia uruguaya reconoció el matrimonio celebrado en 2010 en España entre un uruguayo y un español, aunque posteriormente la fiscalía apeló el fallo. Era un paso para que la España de Zapatero exportase el matrimonio gay a Hispanoamérica. El lobby del homosexualismo político "Colectivo Ovejas Negras" diseñó el proyecto uruguayo.
La derecha uruguaya no defendió la familia
La derecha uruguaya se ha mostrado tan relativista y laicista como la izquierda. El proyecto contó con los votos a favor de todo el oficialista Frente Amplio, mayoritario en la cámara, tal y como se preveía, además de siete legisladores de los opositores Partido Nacional y Partido Colorado.
El presidente del "conservador" Partido Nacional, Luis Alberto Heber, señaló que los integrantes de su bloque tenían libertad de voto porque el suyo "no es un partido que acepte los dictados de la Iglesia".
Incoherencia "liberal"
Durante el debate, el senador nacionalista Jorge Larrañaga justificó su voto a favor porque como "hombre liberal" no podía permitirse "regular un acto tan íntimo" como el amor entre dos personas (pero no explicó por qué le parece bien que el Estado regule que sean solo dos y no tres o cuatro o uno solo los miembros de un matrimonio). "El Estado no debe prohibir ni cercenar la autonomía de la voluntad de sus ciudadanos", añadió... aunque limita las edades y número de contrayentes, los derechos que aporta el matrimonio, etc...
La redefinición del matrimonio
El primer artículo del proyecto señala que el instituto del matrimonio «implicará la unión de dos contrayentes, cualquiera sea la identidad de género u orientación sexual de estos, en los mismos términos, con iguales efectos y formas de disolución que establece hasta el presente el Código Civil».
La norma, denominada Ley de Matrimonio Igualitario, señala expresamente que el Código Civil considerará como matrimonio "la unión permanente entre dos personas de igual o distinto sexo" y elimina de su articulado las palabras "hombre y mujer" para sustituirlas por "cónyuges".
La norma uruguaya incluye modificaciones del Código Civil, que dará libertad a las parejas del mismo sexo para elegir libremente el orden de los apellidos de sus hijos y que permitirá la adopción a los matrimonios homosexuales.
El país "más progre" de Hispanoamérica
Uruguay es reconocido por ser uno de los países más "progresistas" del mundo: fue de los primeros en aprobar el divorcio libre sin causa, ya a principios de siglo eliminó la Semana Santa sustituyéndola por una laica "Semana del Turismo" (también lo intentó con Navidades y Reyes pero no lo consiguió) y ha implantado en 2012 el aborto que frenó con su veto el presidente izquierdista (pero médico) Tabaré Vázquez, aunque miles de ciudadanos han reunido firmas para llevar el aborto a referéndum, cambiar la ley y frenar esta práctica en el país.
En la actualidad el matrimonio homosexual es legal en España, Holanda, Bélgica, Canadá, Sudáfrica, Noruega, Suecia, Portugal, Islandia y Dinamarca.
Uruguay sería el tercer país en el continente americano después de Canadá y Argentina en permitir el matrimonio homosexual en todo su territorio.
La complementariedad hombre-mujer
La Iglesia Católica en Uruguay, no especialmente potente, pidió a los legisladores actuar "a conciencia" y rechazar el proyecto. En la Misa de Pascua el domingo el arzobispo de Montevideo, Nicolás Cotugno, recordó el plan divino sobre la complementariedad del ser humano: "Dios ha hecho al hombre a su imagen y semejanza y dice el Génesis que macho y hembra los creó", por tanto "todo lo que se aparta" de este principio, la Iglesia "no puede aceptarlo", agregó.
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