A las puertas de un abortorio
Los rescatadores no pudieron salvar la vida del feto, pero sí evitar la culpa de la madre
En San Diego se presentó un caso poco frecuente: la muerte del feto ya se había producido.
A las puertas de un abortorio de San Diego (California, Estados Unidos), los rescatadores de Culture of Life Family Services [Servicios Familiares para la Cultura de la Vida], que informan a las madres de la realidad del aborto y consiguen convencer a algunas de no dar el fatal paso, se encontraron hace dos sábados con una circunstancia poco frecuente.
Dos rescatadoras se acercaron a una joven pareja que subía ya las escaleras de la clínica Family Planning Associates para un previsible aborto. Como hacen con otras madres y padres, les informaron de la realidad del embrión y el feto y de la mecánica del aborto, que muchos desconocen, o al menos no valoran en el momento de tomar esa decisión. Además esa clínica tiene un historial particularmente negro de intervenciones que acaban con problemas para la madre. Una mujer había tenido que ser hospitalizada recientemente tras abortar allí.
La chica comenzó a llorar y se abrazó a la consejera. Le explicó que tenía a esa clínica en mal concepto, pero que aquella mañana se había despertado muy angustiada por su propia salud, porque es diabética y tenía miedo al embarazo, de 11 semanas ya. Había decidido entonces acudir al centro.
Los militantes provida le explicaron que muchas mujeres dan un paso atrás en el último momento y luego se alegran de haber dejado nacer a su hijo, y le ofreció los servicios de su asociación para la vigilancia del embarazo. En concreto, una ecografía que podían hacer esa misma mañana.
Así lo hicieron, desplazándose a los servicios sanitarios de la organización. Pero había muy malas noticias: el niño había muerto ya, su corazón no latía. El aborto que ella iba a decidir se había producido por causas naturales.
Aunque consternada por el hecho, la chica agradeció a los rescatadores su intervención. De no ser por esa ecografía, habría vivido toda su vida con la culpa de haber eliminado de sus entrañas a su propio hijo o -caso de haberse descubierto el aborto natural en el abortorio- con la mala conciencia de haber decidido eliminarlo.
El caso aparece relatado en el habitual parte Noticias desde las trincheras de los resctadores de San Diego.
Dos rescatadoras se acercaron a una joven pareja que subía ya las escaleras de la clínica Family Planning Associates para un previsible aborto. Como hacen con otras madres y padres, les informaron de la realidad del embrión y el feto y de la mecánica del aborto, que muchos desconocen, o al menos no valoran en el momento de tomar esa decisión. Además esa clínica tiene un historial particularmente negro de intervenciones que acaban con problemas para la madre. Una mujer había tenido que ser hospitalizada recientemente tras abortar allí.
La chica comenzó a llorar y se abrazó a la consejera. Le explicó que tenía a esa clínica en mal concepto, pero que aquella mañana se había despertado muy angustiada por su propia salud, porque es diabética y tenía miedo al embarazo, de 11 semanas ya. Había decidido entonces acudir al centro.
Los militantes provida le explicaron que muchas mujeres dan un paso atrás en el último momento y luego se alegran de haber dejado nacer a su hijo, y le ofreció los servicios de su asociación para la vigilancia del embarazo. En concreto, una ecografía que podían hacer esa misma mañana.
Así lo hicieron, desplazándose a los servicios sanitarios de la organización. Pero había muy malas noticias: el niño había muerto ya, su corazón no latía. El aborto que ella iba a decidir se había producido por causas naturales.
Aunque consternada por el hecho, la chica agradeció a los rescatadores su intervención. De no ser por esa ecografía, habría vivido toda su vida con la culpa de haber eliminado de sus entrañas a su propio hijo o -caso de haberse descubierto el aborto natural en el abortorio- con la mala conciencia de haber decidido eliminarlo.
El caso aparece relatado en el habitual parte Noticias desde las trincheras de los resctadores de San Diego.
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