Cuesta la quinta parte que en Occidente
El matrimonio homosexual dispara el número de vientres de alquiler en los países pobres
En la India ocultan a la madre que su hijo será para una pareja gay: «Son gente sin educación, no lo entenderían», dice fríamente el doctor.
El 26 de mayo, un reportaje de The Telegraph reveló que en el último año habían tenido lugar en la India 2000 nacimientos por vientre de alquiler, de los cuales la mitad (1000) provenían de "clientes" británicos. En el Reino Unidos, sin embargo, sólo tuvieron lugar 100 nacimientos.
El negocio de los vientres de alquiler se está moviendo aceleradamente hacia el Tercer Mundo. Supone un negocio de más de 200.000 millones de euros al año, y se basa en la diferencia de precio que cobran las madres: hacerlo en países pobres cuesta hasta una quinta parte que en Occidente. Algo que unos ven como una forma de explotación, y otros como una forma de ganar un dinero que sería imposible conseguir de otra manera.
Incremento de demandas de parejas gay
Cada vez es mayor además el número de reclamaciones que llegan de parejas homosexuales. Según el citado artículo, en la clínica The Birthplace of Joy, de Nueva Delhi, por ejemplo, el 100% de los clientes son extranjeros, y la mitad de ellos parejas homosexuales que acuden para realizar la operación de fecundación.
El experto en bioética Michael Cook, director de BioEdge, dio un paso más adelante para investigar esta cuestión. Y se dirigió a diversas clínicas de la India que ofrecen este servicio para preguntarles si esperan un auge de peticiones si en algunos países (como Francia) se legaliza el matrimonio homosexual.
"Absolutamente, sí", fue la contundente respuesta de la doctora Samundi Sankari, del Shrusti Fertility Research Center de Chennai, que cada vez recibe más demandas de Estados Unidos e Israel para todo lo que tiene que ver con tratamiento de la fertilidad. Y añadió: "La principal razón por la que los clientes vienen desde fuera de la India es el excelente cuidado personal, la experiencia y el ahorro. Los costes que pagan son una quinta parte de los que pagan por alquilar un vientre en Estados Unidos y Europa".
Por su parte, el doctor Samit Sekhar, del Kiran Infertility Centre, en Hyderabad, confiesa: "Tenemos un número considerable de personas gay que visitan nuestra clínica para utlizar los servicios de un óvulo donante". Y, lo que es más relevante: "Hemos visto un incremento en el número de parejas gay y hombres solos que vienen a nuestra clínica a medida que su unión pública va siendo legitimada en sus respectivos países".
Esto lo corroboran incluso clínicas norteamericanas. El doctor Jeffrey Steinberg, director de dos institutos de fertilidad en Los Ángeles y Las Vegas, lo ha estudiado y se lo explica a Cooke: "Cuando un país empieza a considerar la legalización del matrimonio gay, tenemos un incremento de consultas sobre lo que implica contratar un óvulo donante y el vientre de alquiler. Una tercera parte de las consultas siguen adelante con nuestros servicios incluso antes de que se apruebe la ley. Otro tercio nos dicen que esperarán a ver cómo se desarrolla la legislación. Y del otro tercio no volvemos a saber nada". Pero una vez legalizado el matrimonio homosexua, "un 40% firman enseguida".
Impresionante reportaje
Un reciente reportaje televisivo de The Wall Street Journal (puede verse más abajo) describía con toda crudeza estos procesos, relatando el caso de dos gays, Jocelyn -que será el padre biológico- y su compañero, que alquilan a una madre en la India: "Trato de estar tranquilo en un proceso que parece surrealista", admite Jocelyn.
Los médicos, afirma con toda frialdad el doctor Sekhar ante la cámara, no le dicen a la madre que su hijo irá con una pareja homosexual: "No lo entenderían, es un concepto extraño entre gente sin educación".
Y es que, obviamente, las mujeres que se someten a este proceso son extremadamente pobres, e incluso recurren a alquilar su útero y tener un hijo al que no volverán a ver, para alimentar a otros. Pero quitarle el niño a su madre no roba el sueño a los contratistas. Incluso en ocasiones los niños han quedado en un vacío legal, al no ser reconocida su nacionalidad en los países de origen de los clientes (homosexuales o heterosexuales).
A favor y en contra
Expertos en bioética recuerdan que las mujeres en la India no tienen la misma capacidad de decisión en Occidente, y por tanto es imposible saber si ofrecerse como vientre de alquiler es una idea suya o una exigencia de su marido por razones económicas.
Pero los dirigentes del negocio no lo ven de la misma forma. La doctora Nayna Patel, directora médica de la clínica Akanksha, dice que ha visto "cómo vivían antes y cómo viven ahora" las madres de alquiler, en referencia al dinero que cobran: "Ha cambiado sus vidas. Es muy transformador", elogia.
En la investigación de Michael Cook hubo una voz discrepante en torno a la influencia de la legalización del matrimonio homosexual. El doctor Shivani Sachdev, del Surrogate Center India, no cree que eso aumente el número de demandas: "Apoyaremos que el matrimonio entre personas del mismo sexo se apruebe en cualquier país, pero no creo que eso incremente nuestra clientela". La mitad de ella, sin embargo -desvela BioEdge-, son parejas gays
Pinche aquí para ver el extraordinariamente revelador reportaje de la televisión de The Wall Street Journal sobre esta práctica. Está en inglés, con subtítulos en español.
El negocio de los vientres de alquiler se está moviendo aceleradamente hacia el Tercer Mundo. Supone un negocio de más de 200.000 millones de euros al año, y se basa en la diferencia de precio que cobran las madres: hacerlo en países pobres cuesta hasta una quinta parte que en Occidente. Algo que unos ven como una forma de explotación, y otros como una forma de ganar un dinero que sería imposible conseguir de otra manera.
Incremento de demandas de parejas gay
Cada vez es mayor además el número de reclamaciones que llegan de parejas homosexuales. Según el citado artículo, en la clínica The Birthplace of Joy, de Nueva Delhi, por ejemplo, el 100% de los clientes son extranjeros, y la mitad de ellos parejas homosexuales que acuden para realizar la operación de fecundación.
El experto en bioética Michael Cook, director de BioEdge, dio un paso más adelante para investigar esta cuestión. Y se dirigió a diversas clínicas de la India que ofrecen este servicio para preguntarles si esperan un auge de peticiones si en algunos países (como Francia) se legaliza el matrimonio homosexual.
"Absolutamente, sí", fue la contundente respuesta de la doctora Samundi Sankari, del Shrusti Fertility Research Center de Chennai, que cada vez recibe más demandas de Estados Unidos e Israel para todo lo que tiene que ver con tratamiento de la fertilidad. Y añadió: "La principal razón por la que los clientes vienen desde fuera de la India es el excelente cuidado personal, la experiencia y el ahorro. Los costes que pagan son una quinta parte de los que pagan por alquilar un vientre en Estados Unidos y Europa".
Por su parte, el doctor Samit Sekhar, del Kiran Infertility Centre, en Hyderabad, confiesa: "Tenemos un número considerable de personas gay que visitan nuestra clínica para utlizar los servicios de un óvulo donante". Y, lo que es más relevante: "Hemos visto un incremento en el número de parejas gay y hombres solos que vienen a nuestra clínica a medida que su unión pública va siendo legitimada en sus respectivos países".
Esto lo corroboran incluso clínicas norteamericanas. El doctor Jeffrey Steinberg, director de dos institutos de fertilidad en Los Ángeles y Las Vegas, lo ha estudiado y se lo explica a Cooke: "Cuando un país empieza a considerar la legalización del matrimonio gay, tenemos un incremento de consultas sobre lo que implica contratar un óvulo donante y el vientre de alquiler. Una tercera parte de las consultas siguen adelante con nuestros servicios incluso antes de que se apruebe la ley. Otro tercio nos dicen que esperarán a ver cómo se desarrolla la legislación. Y del otro tercio no volvemos a saber nada". Pero una vez legalizado el matrimonio homosexua, "un 40% firman enseguida".
Impresionante reportaje
Un reciente reportaje televisivo de The Wall Street Journal (puede verse más abajo) describía con toda crudeza estos procesos, relatando el caso de dos gays, Jocelyn -que será el padre biológico- y su compañero, que alquilan a una madre en la India: "Trato de estar tranquilo en un proceso que parece surrealista", admite Jocelyn.
Los médicos, afirma con toda frialdad el doctor Sekhar ante la cámara, no le dicen a la madre que su hijo irá con una pareja homosexual: "No lo entenderían, es un concepto extraño entre gente sin educación".
Y es que, obviamente, las mujeres que se someten a este proceso son extremadamente pobres, e incluso recurren a alquilar su útero y tener un hijo al que no volverán a ver, para alimentar a otros. Pero quitarle el niño a su madre no roba el sueño a los contratistas. Incluso en ocasiones los niños han quedado en un vacío legal, al no ser reconocida su nacionalidad en los países de origen de los clientes (homosexuales o heterosexuales).
A favor y en contra
Expertos en bioética recuerdan que las mujeres en la India no tienen la misma capacidad de decisión en Occidente, y por tanto es imposible saber si ofrecerse como vientre de alquiler es una idea suya o una exigencia de su marido por razones económicas.
Pero los dirigentes del negocio no lo ven de la misma forma. La doctora Nayna Patel, directora médica de la clínica Akanksha, dice que ha visto "cómo vivían antes y cómo viven ahora" las madres de alquiler, en referencia al dinero que cobran: "Ha cambiado sus vidas. Es muy transformador", elogia.
En la investigación de Michael Cook hubo una voz discrepante en torno a la influencia de la legalización del matrimonio homosexual. El doctor Shivani Sachdev, del Surrogate Center India, no cree que eso aumente el número de demandas: "Apoyaremos que el matrimonio entre personas del mismo sexo se apruebe en cualquier país, pero no creo que eso incremente nuestra clientela". La mitad de ella, sin embargo -desvela BioEdge-, son parejas gays
Pinche aquí para ver el extraordinariamente revelador reportaje de la televisión de The Wall Street Journal sobre esta práctica. Está en inglés, con subtítulos en español.
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