¿Se puede superar?
Qué pasa cuando, antes o después del matrimonio, ellos se enteran de que ellas habían abortado
Theresa Bonopartis, con veinte años de experiencia en síndrome post aborto, ofrece tres consejos a quien se vea en esa situación.
Theresa Bonopartis ha dedicado veinte años a un programa de abordaje del síndrome post aborto, llamado Lumina, que le ha brindado la posibilidad de conocer cientos de casos como los que analiza en un reciente artículo en el National Catholic Register.
A saber: ¿debe decirse a la pareja, antes del matrimonio, que en el pasado se cometió un aborto? O ¿qué hacer cuando el cónyuge se entera años después de contraído el matrimonio?
"He sido testigo con frecuencia de la ansiedad de las personas con síndrome post aborto, que viven con miedo a ser descubiertas. Les aterroriza que un día sus esposos sepan del aborto que cometieron y dejen de amarlas. Este temor les impide abrirse del todo y darse a sí mismas completamente, y afecta a la intimidad de la pareja, tanto sexual como emocionalmente", dice Bonopartis.
Un caso de antes, un caso de después
Y cita dos de sus casos. Uno, el de un marido que le dejó por escrito sus impresiones: "Llevábamos dos años casados cuando descubrí ese pequeño secreto que había permanecido oculto. Recuerdo que me quedé un poco estupefacto. Bueno, bastante más que ´un poco´. Le dije: ´No importa´. Pero... ¡qué equivocado estaba! Porque nunca pensé que iba a importar tanto... Fue algo que sucedió antes de que nos conociésemos, pero influyó en nuestro matrimonio más que cualquier otra cosa".
Otro, el de un novio que recibió la confesión de su novia poco antes de contraer matrimonio... y que no sabe si al final lo contrajeron, aunque ella estuvo más de una hora entera hablando por teléfono con él para aconsejarle: "Estaba desesperado. Pensaba que no podría casarse con ella, aunque hacía tiempo que se había arrepentido y confesado de aquel error. Encontraba problemas en asumir que su futura esposa le había quitado la vida a su hijo. Se sentía traicionado, irritado y lleno de desconfianza. No se sentía capaz de superarlo".
Theresa explica que hay opiniones encontradas entre los expertos sobre si es mejor callarlo o decirlo: "Unos afirman que si no se cuenta, el matrimonio no se basa en la verdad. Otros aconsejan no despertar al león dormido".
Ella parece inclinarse por la primera opción, sobre todo porque cree que el león nunca está tan dormido como parece, "y afecta a muchos aspectos de la relación". Pero también sostiene que hay que estar muy seguro de que la pareja podrá acompañar a la mujer en el proceso de sanación de esa herida emocional no resuelta.
Tres consejos
En ese sentido, aporta tres consejos. Primero, recordar que el compromiso matrimonial es "en la prosperidad y en la adversidad, en la riqueza y en la pobreza, en la salud y en la enfermedad". Y que parte de esa "adversidad" son también nuestros pecados. La finalidad del compromiso es "aprender y crecer en el amor de Dios, confiando en que la otra persona siempre estará ahí para nosotros, inclusive cuando, por nuestra debilidad humana, caemos".
Segundo, plantearse lo que le dijo a ese joven novio: "Ella es hoy la misma persona a quien amabas ayer" antes de conocer su error pasado, "y considera que tu amor por ella es lo suficientemente grande para compartir esta pesada carga de su corazón". Además, las parejas con este problema no están solas: hay grupos que las ayudan a superar juntos ese síndrome y los dramas de todo tipo a los que conduce después.
Por último, el consejo principal, tal como lo verbalizó un hombre al que estaba ayudando como parte de su programa: "Ella todavía estaba intentando conectar su corazón y su cabeza con el perdón de Dios. Él rezó para que ella aceptase plenamente la misericordia de Dios, y le dijo: ´Estaba pensando no casarme contigo, pero luego pensé: si Dios te ha perdonado, ¿por qué yo no?´".
En resumen, Theresa Bonopartis explica que su experiencia con cientos de casos es positiva si se aplican estos principios. Tan positiva, que lo que parecía que podría hundir la relación, acaba haciéndola más sólida: "He visto a muchos hombres y mujeres unirse en la verdad después de revelarse el aborto. Les he visto afrontar juntos las consecuencias. Les he visto deseosos de aprender cómo funciona la dinámica personal del aborto para ayudar a recuperar a las personas a las que aman. Y, sobre todo, les he visto crecer juntos en el amor de Dios".
A saber: ¿debe decirse a la pareja, antes del matrimonio, que en el pasado se cometió un aborto? O ¿qué hacer cuando el cónyuge se entera años después de contraído el matrimonio?
"He sido testigo con frecuencia de la ansiedad de las personas con síndrome post aborto, que viven con miedo a ser descubiertas. Les aterroriza que un día sus esposos sepan del aborto que cometieron y dejen de amarlas. Este temor les impide abrirse del todo y darse a sí mismas completamente, y afecta a la intimidad de la pareja, tanto sexual como emocionalmente", dice Bonopartis.
Un caso de antes, un caso de después
Y cita dos de sus casos. Uno, el de un marido que le dejó por escrito sus impresiones: "Llevábamos dos años casados cuando descubrí ese pequeño secreto que había permanecido oculto. Recuerdo que me quedé un poco estupefacto. Bueno, bastante más que ´un poco´. Le dije: ´No importa´. Pero... ¡qué equivocado estaba! Porque nunca pensé que iba a importar tanto... Fue algo que sucedió antes de que nos conociésemos, pero influyó en nuestro matrimonio más que cualquier otra cosa".
Otro, el de un novio que recibió la confesión de su novia poco antes de contraer matrimonio... y que no sabe si al final lo contrajeron, aunque ella estuvo más de una hora entera hablando por teléfono con él para aconsejarle: "Estaba desesperado. Pensaba que no podría casarse con ella, aunque hacía tiempo que se había arrepentido y confesado de aquel error. Encontraba problemas en asumir que su futura esposa le había quitado la vida a su hijo. Se sentía traicionado, irritado y lleno de desconfianza. No se sentía capaz de superarlo".
Theresa explica que hay opiniones encontradas entre los expertos sobre si es mejor callarlo o decirlo: "Unos afirman que si no se cuenta, el matrimonio no se basa en la verdad. Otros aconsejan no despertar al león dormido".
Ella parece inclinarse por la primera opción, sobre todo porque cree que el león nunca está tan dormido como parece, "y afecta a muchos aspectos de la relación". Pero también sostiene que hay que estar muy seguro de que la pareja podrá acompañar a la mujer en el proceso de sanación de esa herida emocional no resuelta.
Tres consejos
En ese sentido, aporta tres consejos. Primero, recordar que el compromiso matrimonial es "en la prosperidad y en la adversidad, en la riqueza y en la pobreza, en la salud y en la enfermedad". Y que parte de esa "adversidad" son también nuestros pecados. La finalidad del compromiso es "aprender y crecer en el amor de Dios, confiando en que la otra persona siempre estará ahí para nosotros, inclusive cuando, por nuestra debilidad humana, caemos".
Segundo, plantearse lo que le dijo a ese joven novio: "Ella es hoy la misma persona a quien amabas ayer" antes de conocer su error pasado, "y considera que tu amor por ella es lo suficientemente grande para compartir esta pesada carga de su corazón". Además, las parejas con este problema no están solas: hay grupos que las ayudan a superar juntos ese síndrome y los dramas de todo tipo a los que conduce después.
Por último, el consejo principal, tal como lo verbalizó un hombre al que estaba ayudando como parte de su programa: "Ella todavía estaba intentando conectar su corazón y su cabeza con el perdón de Dios. Él rezó para que ella aceptase plenamente la misericordia de Dios, y le dijo: ´Estaba pensando no casarme contigo, pero luego pensé: si Dios te ha perdonado, ¿por qué yo no?´".
En resumen, Theresa Bonopartis explica que su experiencia con cientos de casos es positiva si se aplican estos principios. Tan positiva, que lo que parecía que podría hundir la relación, acaba haciéndola más sólida: "He visto a muchos hombres y mujeres unirse en la verdad después de revelarse el aborto. Les he visto afrontar juntos las consecuencias. Les he visto deseosos de aprender cómo funciona la dinámica personal del aborto para ayudar a recuperar a las personas a las que aman. Y, sobre todo, les he visto crecer juntos en el amor de Dios".
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