Regina Coeli con Francisco
El Papa recuerda que aunque «Cristo ha vencido», cada hombre debe apropiarse de esa victoria
El papa Francisco rezó en este Lunes de Pascua con los miles de fieles y peregrinos reunidos en la plaza de San Pedro, la oración mariana del Regina Coeli, que sustituye el Ángelus en este tiempo pascual.
"Que la fuerza de la Resurrección de Cristo llegue a cada persona –especialmente a quien sufre– y a todas las situaciones más necesitadas de confianza y esperanza", expresó el Pontífice.
"Cristo ha vencido al mal de modo pleno y definitivo, pero nos corresponde a nosotros, a los hombres de todos los tiempos, acoger esta victoria en nuestra vida y en las realidades concretas de la historia y de la sociedad", quiso puntualizar.
"El bautismo que nos hace hijos de Dios, la Eucaristía que nos une a Cristo, deben convertirse en vida, es decir, traducirse en actitudes, comportamientos, gestos y elecciones. La gracia contenida en los sacramentos pascuales es un potencial de renovación enorme para la existencia personal, para la vida de las familias, para las relaciones sociales", declaró.
"Pero todo pasa a través del corazón humano: si yo me dejo alcanzar por la gracia de Cristo resucitado, si le permito que me cambie en ese aspecto mío que no es bueno, que puede hacerme mal a mí y a los demás, yo permito a la victoria de Cristo que se afirme en mi vida, que extienda su acción benéfica".
Y añadió: "¡Éste es el poder de la gracia! Sin la gracia no podemos hacer nada. Sin la gracia no podemos nada. Y con la gracia del Bautismo y de la Comunión eucarística puedo llegar a ser instrumento de la misericordia de Dios. De esa bella misericordia de Dios".
"Expresar en la vida el sacramento que hemos recibido: he aquí, queridos hermanos y hermanas, nuestro empeño cotidiano, pero diría también ¡nuestra alegría cotidiana! ¡La alegría de sentirse instrumentos de la gracia de Cristo, como sarmientos de la vid que es Él mismo, animados por la linfa de su Espíritu!"
E invitó a orar el Regina Coeli "para que el odio deje el lugar al amor, la mentira a la verdad, la venganza al perdón, la tristeza a la alegría”.
Después del rezo del Regina Coeli el Papa saludó a todos los peregrinos, deseó a cada uno que pasara serenamente este “Lunes del Ángel”, como se llma en Italia, y concluyó deseando “¡Buena Pascua a todos! ¡Buena Pascua a todos, y buen almuerzo!”.
"Que la fuerza de la Resurrección de Cristo llegue a cada persona –especialmente a quien sufre– y a todas las situaciones más necesitadas de confianza y esperanza", expresó el Pontífice.
"Cristo ha vencido al mal de modo pleno y definitivo, pero nos corresponde a nosotros, a los hombres de todos los tiempos, acoger esta victoria en nuestra vida y en las realidades concretas de la historia y de la sociedad", quiso puntualizar.
"El bautismo que nos hace hijos de Dios, la Eucaristía que nos une a Cristo, deben convertirse en vida, es decir, traducirse en actitudes, comportamientos, gestos y elecciones. La gracia contenida en los sacramentos pascuales es un potencial de renovación enorme para la existencia personal, para la vida de las familias, para las relaciones sociales", declaró.
"Pero todo pasa a través del corazón humano: si yo me dejo alcanzar por la gracia de Cristo resucitado, si le permito que me cambie en ese aspecto mío que no es bueno, que puede hacerme mal a mí y a los demás, yo permito a la victoria de Cristo que se afirme en mi vida, que extienda su acción benéfica".
Y añadió: "¡Éste es el poder de la gracia! Sin la gracia no podemos hacer nada. Sin la gracia no podemos nada. Y con la gracia del Bautismo y de la Comunión eucarística puedo llegar a ser instrumento de la misericordia de Dios. De esa bella misericordia de Dios".
"Expresar en la vida el sacramento que hemos recibido: he aquí, queridos hermanos y hermanas, nuestro empeño cotidiano, pero diría también ¡nuestra alegría cotidiana! ¡La alegría de sentirse instrumentos de la gracia de Cristo, como sarmientos de la vid que es Él mismo, animados por la linfa de su Espíritu!"
E invitó a orar el Regina Coeli "para que el odio deje el lugar al amor, la mentira a la verdad, la venganza al perdón, la tristeza a la alegría”.
Después del rezo del Regina Coeli el Papa saludó a todos los peregrinos, deseó a cada uno que pasara serenamente este “Lunes del Ángel”, como se llma en Italia, y concluyó deseando “¡Buena Pascua a todos! ¡Buena Pascua a todos, y buen almuerzo!”.
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