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"Su confianza en Dios tocó el corazón de quienes acudían a él"

Francisco recuerda a Dom Guéranger en el 150 aniversario de su muerte por su defensa de la Iglesia

El Papa Francisco escribiendo.

El Papa Francisco ha escrito al Padre Dom Geoffroy Kemlin, Abad de Saint-Pierre de Solesmes, para recordar al fundador Dom Guéranger en el 150 aniversario de su muerte.imagen: Vatican Media.

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El Papa Francisco se ha dirigido este 30 de enero al Abad benedictino de Saint-Pierre de Solesmes y Presidente de la Congregación de Solesmes, el padre Geoffroy Kemlin, para celebrar el 150 aniversario de la muerte de Dom Prosper Guéranger, fundador de la abadía de Solesmes y fallecido en 1875.

En su mensaje, Francisco trasladaba al abad su “afectuosa cercanía”, también hacia quienes han comprometido su vida siguiendo a Guéranger o a quienes dan a conocer su vida y obra.

Remarcó cómo sus predecesores pusieron de relieve a lo largo de los pontificados las “diversas expresiones de su carisma para la edificación de toda la Iglesia”. Especialmente su papel como restaurador de la vida monástica benedictina en Francia, su ciencia litúrgica puesta al servicio del pueblo de Dios, su ardiente piedad hacia el Sagrado Corazón de Jesús y de la Virgen María, sus obras en favor de la definición del dogma de la Inmaculada Concepción y de la infalibilidad papal o sus escritos en defensa de la libertad de la Iglesia.

Francisco puso en valor a Guéranger también por su “fidelidad a la Santa Sede y al Sucesor de Pedro”.

“El redescubrimiento histórico, teológico y eclesiológico de la liturgia como lenguaje de la Iglesia y expresión de su fe estuvo en el centro de su obra, primero como sacerdote diocesano y luego como monje benedictino. Este redescubrimiento inspiró en particular sus publicaciones en favor del retorno de las diócesis de Francia a la unidad de la liturgia romana”, remarcó.

Otro de los aspectos que definieron el carisma de Dom Guéranger fue el de la “paternidad espiritual”, dedicando sus esfuerzos a ayudar a las almas en la búsqueda de Dios.

“Modelado por la Regla benedictina y la alabanza divina, su confianza en Dios tocó el corazón de los monjes que acudían a él, de las monjas que se beneficiaban de sus enseñanzas, de hombres y mujeres con responsabilidades en la Iglesia y la sociedad y especialmente los padres y madres de familia, los niños, los pequeños y los humildes que buscaban su consejo espiritual”, enumeró.

Todos ellos, ya fuese en tiempos de paz y adversidad, “todos encontraron en él el fortalecimiento o la renovación de su fe, el gusto por la oración y el amor a la Iglesia”.

“Que su ejemplo de docilidad al Espíritu Santo y de servicio inspire y guíe a muchos fieles en los caminos del Señor, `mansos y humildes de corazón´ (Mt 11,29). Ruego para que la obra del siervo de Dios Dom Guéranger siga produciendo frutos de santidad en todo el pueblo fiel, y siga siendo también un testimonio vivo de la fecundidad de la vida monástica, en el corazón de la Iglesia”, concluye Francisco.

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