Un ultraconservador excomulgado

Nunca había visto los programas del supuesto canal católico colombiano Teleamiga pero tras enterarme de la excomunión latae sententiae (es decir, automática) en la que incurrió su director José Galat por el pecado de cisma, comencé a ver algunos capítulos del programa “Un café con Galat”.
Sus programas toman algunos discursos del Papa y van diciendo por qué – según ellos – estos no están de acuerdo con la doctrina católica. Lo que logran muchas veces es confundir a los fieles y minimizar las palabras de un Papa, que ha llegado con un nuevo estilo a presentar el mismo mensaje que Jesús vino a darnos hace dos mil años.
Francisco ofrece discursos cortos y sencillos. Digeribles para cualquier cristiano “de a pie”. Así él busca hacer que tantos bautizados alejados se sientan interpelados por sus mensajes, y acogidos por la Iglesia a la que pertenecen y que tiene un mensaje lleno de esperanza, una buena noticia también para ellos.
Las imágenes del infierno con las que el canal Teleamiga presenta el mensaje del Papa son ofensivas y más si se trata del Vicario de Cristo.
La Conferencia Episcopal Colombiana ha actuado bien en llamarle la atención y en decir a los fieles que este canal no puede considerarse católico y que no deben apoyarlo. Lamentablemente la reacción de Galat, en lugar de pedir perdón por la confusión que pudo haber causado, fue más bien cerrada al decir que la elección del actual Papa fue producto de una mafia entre cardenales. Estas declaraciones evidenciaron que Galat no reconoce a Francisco como el sucesor inmediato del apóstol Pedro (el primer Papa) y por ello le hicieron quedar automáticamente por fuera de la comunión con la Iglesia.  
Pero el discurso de Francisco no va a cambiar por las críticas que le haga un ultraconservador bogotano.
En su exhortación apostólica Evangelii Gaudium el Papa critica a aquellos evangelizadores que “en el fondo sólo confían en sus propias fuerzas y se sienten superiores a otros por cumplir determinadas normas o por ser inquebrantablemente fieles a cierto estilo católico propio del pasado”. 
Más bien invita a los fieles a “ser audaces y creativos en esta tarea de repensar los objetivos, las estructuras, el estilo y los métodos evangelizadores de las propias comunidades”. Y estos métodos los propone sin descuidar el mensaje central del Evangelio, el mismo “ayer, hoy y siempre”. 
Como el buen pastor que dejó sus 99 ovejas para ir a buscar aquella perdida, Francisco tiene una gran preocupación por aquellas personas que, ya sea por una experiencia negativa o por dudas de fe, se han alejado de la Iglesia y se pierden del hermoso mensaje de salvación que esta porta. "Quiero lío en las calles, en los barrios… quiero parroquias en salida”, dijo en uno de sus discursos durante la Jornada Mundial de la Juventud de 2013 en Río de Janeiro. Sin embargo, el lío no puede consistir en hacer de la defensa de la fe una guerra doctrinal alejada del mensaje del Evangelio, sino más bien en consiste en buscar, como el Papa propone, nuevos métodos creativos que estén de acuerdo con la vocación misionera de la Iglesia.