La Parentela de Santa Ana.
La Parentela de Santa Ana.
La Parentela de Santa Ana. 26 de julio.
Hoy os trago un tema interesante y simpático al mismo tiempo: La Santa Parentela.
En Oriente la tradición cristiana contaba que Santos Joaquín y Ana (26 de julio) eran ancianos, ella estéril y que Dios le anunció que tendría una niña, que sería nuestra Madre, la Virgen Santisima, siendo esta su única hija. Occidente en un principio tomó esta tradición, pero en pleno siglo XV, Santa Coleta de Corbie (6 de marzo), abadesa y reformadora clarisa dijo haber tenido ciertas visiones sobre la vida de Santa Ana, su familia y “parentela”. En ella narraba nada menos que tres matrimonios de Santa Ana:
Matrimonio con San Joaquín. Hija: La Virgen María.
Matrimonio con San Cleofás (25 de septiembre y 30 de octubre), hermano de Joaquín. Hija: Santa María de Cleofás (9 y 24 de abril). En Oriente, sin embargo, la tradición hace a este Cleofás hermano de San José, y sus hijos, por tanto, primos del Señor.
Matrimonio con Solas (o Salom). Hija: Santa María Salomé. (9 de abril, 25 de mayo y 22 de octubre).
Sus tres hijas, a su vez, se casaron y tuvieron hijos:
María Cleofás casó San Alfeo (24 de abril), y tuvo cuatro hijos: Santiago el Menor (4 de enero, Iglesia Oriental, synaxis de los apóstoles; 4 de febrero, Iglesia Copta; 3, 11 y 25 de mayo; 30 de junio y 9 de octubre, Iglesia bizantina), San Judas Tadeo (19 de junio, Iglesia Oriental; y 28 de octubre), San José el Justo (30 de octubre), y San Simón de Jerusalén, obispo (27 de abril). Sin embargo, en Oriente, Santiago el Menor, Judas Tadeo, José el Justo y Simón aparecen como hijos del primer matrimonio de San José, junto a sus hermanas Lidia y Asia. Pero en otra tradición Simón es hermano de San José, aunque hijo de Cleofás. Y en una tercera versión, más moderna, Cleofás y Alfeo son el mismo, por lo que se llama a esta María "mujer de Cleofás"
María Salomé casó con San Zebedeo (25 de mayo), y tuvo dos hijos: Santiago el Mayor (4 de enero, Iglesia Oriental, synaxis de los apóstoles; 12, Iglesia Copta, y 30 de abril, Iglesia Oriental; 24 de mayo, invención de las reliquias; 30 de junio; 25 de julio; 15 de noviembre, Iglesia Griega; 28 de diciembre, Iglesia Armenia; 30 de diciembre, Traslación de las reliquias) y San Juan Evangelista (4 de enero, Iglesia Oriental, synaxis de los apóstoles; 6 de mayo, San Juan ante Portam Latinam; 8 de mayo y 26 de septiembre, Iglesia Oriental; 27 de diciembre).
La Virgen María casó con San José (23 de enero y 24 de marzo y 26 de noviembre, Desposorios con María; 19 de marzo, Natividad; 26 de marzo, Circuncisión; 27 de abril; San José Obrero, 1 de mayo; Presentación en el Templo; 19 de junio, Concepción; 20 de julio, muerte y Asunción, Iglesia Copta; y tercer miércoles de Pascua, El Patrocinio), y de la cual nació nuestro Señor Jesucristo.
Esta leyenda de la Parentela se desarrolló más como motivo iconográfico que devocional, porque como grupo no hubo una devoción ni festividad específica, mientras que a los artistas les permitía explotar su sentido de la estética y de la composición. El norte de Alemania y los Países Bajos fueron receptores del tema y lo representaron muchísimo. Mucho más antiguo en la devoción y el arte, y de orígenes bíblicos era el tema del árbol de Jesé, tan bellamente expuesto en muchas iglesias. La Parentela de María intentó ser un sustituto femenino del mismo pues Santa Ana era la protagonista y a su alrededor giraban las demás figuras, hasta que al crecer la devoción mariana, la Virgen María y el Niño Jesús ocuparon el centro de la escena. Como suele suceder, con el tiempo la cosa se complicó, ya pues no bastaban Santa Ana, sus tres maridos, sus tres hijas, sus tres yernos y sus siete nietos (nótese el simbolismo numérico. Sino que la genealogía se extendió, al añadir a:
Santos Hortolano y Emerenciana, padres de Santa Ana, (26 de febrero), con sus otras hijas, hermanas de Santa Ana:
Esmeria, casada con Eliud. Tuvo un hijo, Emiú, casado con Memelia, quienes tuvieron un hijo, identificado nada menos que con San Servacio de Tongeren, obispo (13 y 15, Todos los Santos Obispos de Maastricht, y 16 de mayo).
Esta leyenda de Emerenciana y Servacio fue ampliada y tenida por propia por los carmelitas, ya que Emerenciana habría vivido junto al Monte Carmelo y con estos religiosos tenía trato frecuente.
Por si fuera poco, se añadió a otro hermano de San Joaquín, llamado Jacob, del que la leyenda no dice esposa. Fue su hija Santa Isabel, casada con San Zacarías (ambos a 26 de septiembre y 5 de noviembre), quienes sabemos tuvieron un hijo: San Juan Bautista (24 de junio, Natividad; 29 de agosto, Degollación y Segunda Invención de la Cabeza; 23 de septiembre, Imposición del nombre; 24 de febrero, Primera Invención de la cabeza; 25 de mayo, Tercera Invención de la cabeza).
Nunca gozó esta leyenda estrafalaria de gran entusiasmo por parte de la autoridad de la Iglesia (afortunadamente), así que el Concilio de Trento acabó con ella de un plumazo y de manera tajante, aunque por razones artísticas algunos siguieran pintándola. Es por ello que muchos católicos romanos conocemos la tradición oriental, porque fue la que se retomó en el siglo XVII. Y, por cierto, el hecho de que Ana, o como se llamase la madre de Nuestra Señora, se casara más veces, nada quitaría a su santidad.