San Goulven de Léon, obispo.
San Goulven de Léon, obispo.
De un santo taumaturgo.
San Goulven de Léon, obispo. 1, 3, 4 de julio y 24 de noviembre (Todos los Santos Obispos de Léon).
Según su leyenda, sus padres eran británicos y se llamaban Glaudan y Gologuen. Sobre 540 cruzaron el mar y llegaron a Bringurust, en Bretaña. Allí le llegó a Gologuen el tiempo de dar a luz y nació nuestro santo, Goulven (también llamado Golchuenn, Gouzlien, Gulvain o Wolflin). Su padre fue en busca de agua a las casas de los lugareños para lavar al niño, pero todos se negaron a ofrecerle sus pozos, por lo cual el buen hombre hizo una oración y allí, junto a la recién parida brotó un manantial de aguas milagrosas.
Este portento hizo que el señor local, llamado Godian, se interesara en el niño y fuera su padrino en el bautismo. Luego se preocuparía de dar trabajo a sus padres y tener a Goulven cerca suyo. A los 10 años lo envió al monasterio de San Hervé (17 de junio) para que se formara en las letras y la religión, con la esperanza de hacerle un hombre de bien y nombrarle su heredero, ya que no tenía hijos. Pero, sin embargo, Goulven mostró inclinación por la vida religiosa y cuando se hizo un joven tomó el hábito monástico.
Siendo ya monje y presbítero, Goulven vivió como eremita cerca de la costa bretona. Se disciplinaba y oraba constantemente, trabajaba y leía. Era muy parco en su comer y procuraba siempre estar en soledad y aunque valló su ermita, los lugareños siempre hallaban como acercarse a él en busca de una palabra de consejo, oraciones o algún milagro, pues sanó a más de uno de sus dolencias. Incluso, como San Moisés (4 de septiembre), oró con los brazos abiertos cuando la población decidió enfrentar a los piratas que asolaban las costas. Obtuvieron la victoria y, además, los piratas devolvieron pacíficamente todo lo robado. Nadie dudó a quien debían aquella victoria portentosa. En agradecimiento, le regalaron un terreno fértil para que el santo fundara monasterio allí. Este recinto sería el origen de la ciudad de Goulven.
Otros milagros se cuentan, como que convirtió terrones de tierra en oro puro para fundir campanas, cálices y cruces. Y otro más extravagante aún: dos amigos habían planeado ir a Roma en peregrinación, pero uno de ellos murió. El otro fue adonde Goulven para pedirle consejo y este le dijo: "Si habíais planeado ir juntos a Roma, no hay nada más que hacer que llevarte el cuerpo de tu amigo en una bolsa". El joven obedeció y halló que la bolsa no pesaba más que una pluma, por lo que no le molestó para nada en el viaje. Y por si fuera poco, al llegar a la Ciudad Eterna, al abrir la bolsa, el muerto revivió.
En 570 murió San Pol de Léon (12 de marzo, 13 de marzo; Todos sus Santos Compañeros, y tercer domingo de julio, en Léon) y el pueblo eligió a nuestro santo como sucesor. Para huir del episcopado Goulven huyó a Roma, donde suplicó al papa que le eximiera de aceptar la elección, pero he aquí que los de Léon habían enviado una comitiva más rápida para convencer al papa de que le obligara a aceptar la sede. Y así lo hizo. La leyenda dice que este papa fue San Gregorio Magno (12 de marzo y 3 de septiembre, elección papal), pero faltarían al menos 20 años para que Gregorio fuera elegido papa.
Goulven fue obispo nada menos que 35 años, durante los cuales evangelizó toda la región, convirtiendo a muchos, fundando monasterios y haciendo muchos milagros. Al cabo de ese tiempo abandonó la sede y junto a su amigo San Maden (19 de julio) se fue a hacer vida eremítica. Varios lugares reclaman ser donde ambos santos se establecieron, y realmente pudo ser en todos o en algunos de ellos, pues los eremitas y predicadores itinerantes fueron comunes en aquellas épocas. Donde ciertamente sí que vivió fue en Châteaubourg, donde expiró dulcemente el 1 de julio de 616.
Sus reliquias se veneran en Rennes, en la catedral y en la abadía de San Melanio. Se le invoca contra las enfermedades del ganado, las fiebres y para la buena cosecha de las cerezas.
Fuente:
-"Dix mille saints: dictionnaire hagiographique". A. SIGIER. 1991.
A 1 de julio además se celebra a:
San Cybar de Angoulême, abad.
San Lunaire de Bretaña, abad.
La Preciosísima Sangre de Cristo.
San Simeón el Salo, loco por Cristo.