Santa Elfleda de Whitby, princesa y abadesa.
En el monasterio y en el mundo.
Fue hija de Oswy de Northumbria, y en 655. Cuando nació, su padre, quien había sufrido constantemente los ataques de Penda, el feroz rey pagano de Mercia, hizo una promesa a Dios de ofrecerle su pequeña hija. También prometió a Cristo dar a la Iglesia numerosos bienes para fundar monasterios si lograba vencer a Penda. Así, luego de trece años de pérdidas ante Penda, Oswy armó un pequeño ejército y con todo en su contra plantó batalla en Leeds, resultando vencedor. Penda, quien había asesinado a San Osvaldo (5 de agosto), pereció asesinado y su ejército fue derrotado.
Tampoco hay que pensar que Oswy era un piadoso rey, recordemos que llegó al reinado gracias a asesinar a San Oswin (20 de agosto y 11 de marzo, invención de las reliquias), el hijo de San Osvaldo.
Oswy cumplió su promesa y donó doce haciendas para que se construyeran doce recintos monásticos en su reino. En uno de estos monasterios tomaría el velo la propia hermana de Oswy, Santa Ebba "la anciana" (23 de agosto). En cuanto a su hija Elfleda, la confió al cuidado de Santa Hilda (17 de noviembre) en 658, cuando Hilda fundó su monasterio de Whitby. Allí creció la niña, en medio de una profunda piedad y cultura. Los monasterios ingleses eran pródigos en enseñar a las monjas, no solo labores, sino artes y ciencias, música, teología, ect. Y en todas estas disciplinas se formó Elfleda, quien sucedió a Hilda al frente de la abadía cuando esta murió en 680, teniendo Elfleda solamente 25 años.
A pesar de estar apartada del mundo por su consagración, Elfleda tuvo una activa vida política y de influencia en asuntos de Iglesia. Fue gran amiga de San Cuthbert (20 de marzo y 4 de septiembre, traslación de las reliquias), aunque este en más de una ocasión le llamó la atención por ocuparse demasiado de los asuntos del reino, como la sucesión de su hermano Egfrid, quien finalmente no reinaría mucho. También estuvo inmersa en el asunto del destierro de San Wilfrith de York (24 de abril y 12 de octubre, traslación de las reliquias). Este había persistido en la introducción del rito romano en la iglesia de Inglaterra, por lo cual había sido depuesto de su sede por el hermano de Elfleda, el rey Alhfrith y el arzobispo San Teodoro de Canterbury (19 de septiembre) para poner a San Bosa (9 de marzo) en su lugar. Wilfrith tuvo el apoyo del papa San Agatón (10 de enero) y pudo volver a su sede, aunque no pudo tomar posesión hasta 687, cuando Bosa se retiró humildemente a Whitby. Teodoro logró que Alhfrith y Elfleda no hicieran más guerra a Wilfrith, teniendo en cuenta que ya era un anciano y no daría más problemas.
Pero no fue así, pues Wilfrith no calló ante las intromisiones reales en las cuestiones eclesiásticas. En 691, cuando quisieron dividirle la diócesis, reclamó ante el papa, por lo que fue encarcelado y expulsado. Sin embargo, en 705, cuando Alhfrith murió y Eadwulf asumió la corona de Northumbria, pero fue destronado y Elfleda logró que el hijo de Alhfrith, llamado Osred, de ocho años de edad, fuera coronado rey. Pero he aquí que los consejeros del pequeño eran partidarios de Wilfrith, quien de pronto se vio dueño de la situación. De hecho, cuando Eadwulf se enfrentó a los partidarios de Osred, Wilfrith hizo al joven prometer que si ganaba y era coronado rey, terminaría con la cuestión litúrgica y disciplinar, acatando el rito romano.
Y ganaron, así que se dispuso todo para celebrar un Sínodo General para hacer firme la obediencia romana. Elfleda estuvo allí, del lado de Wilfrith, a quien se enfrentaban numerosos obispos y abades. Elfleda, en un gesto determinante, juró que su hermano en su lecho de muerte ya estaba dispuesto a cumplir las sentencias de la Iglesia Romana. Su prestigio no permitió a ningún prelado oponerse y todos quedaron reconciliados y Wilfrith entronizado sin oposiciones.
Elfleda murió en 716, siendo venerada por sus monjas, monjes y fieles.
Fuentes:
-"Vidas de los Santos". Tomo II. Alban Butler. REV. S. BARING-GOULD. 1916.
A 8 de febrero además se celebra a
Beata Jacoba de Settisoli, viuda.
San Esteban de Grandmont, abad.