San Blimont de St-Valéry, abad.
Desplazado, misionero y fundador.
Fue discípulo de San Walery (1 de abril) y junto a este fundó una comunidad monástica en Leuconay, donde imitaban la vida de los Padres del Desierto. Sobre 622 unas tribus germánicas se establecieron en la zona y expulsaron a los monjes por no querer adorar a sus dioses. Como el fundaodr ya había muerto, Blimont se puso al frente de la comunidad y los llevó a salvo a la costa bretona.
Vagaron algún tiempo como monjes predicadores hasta que, sabiendo del monasterio que San Columbano (23 de noviembre) había fundado en Bobbio, allá se fueron, para continuar la vida religiosa en común. Sobre 626 Blimont pidió permiso al abad, a la sazón San Attalo (10 de marzo), para regresar a Francia con sus monjes y fundar en Leuconay. Attalo les dio el permiso y los monjes francos volvieron a su tierra. Ocurrió que, según la leyenda, el mismo Jesucristo se presentó ante los paganos derribando sus ídolos, exigiendo aquel lugar para su culto. Entonces los idólatras huyeron despavoridos dejando el sitio libre. Blimont restauró el monasterio y construyó una nueva iglesia, a la cual el obispo San Berchond (1 de abril) trasladó las reliquias del fundador San Walery.
Blimont falleció sobre 660 y fue sucedido por San Raimbert (15 de septiembre).
A 3 de enero además se celebra a
Santos Theopento y Theonás, mártires.
San Gordio de Cesarea, centurión y mártir.