Santa Etheldreda de Ely, reina y abadesa.
Abogada contra los males de la tiroides.
Santa Etheldreda de Ely, reina y abadesa. 23 de junio y 17 de octubre.
Etheldreda nació a mediados del siglo VII y fue hija del rey Anna de East Anglia. Su padre, aunque no era cristiano, le dejó serlo, como a sus demás hijos. Desde niña Etheldreda quiso permanecer virgen para consagrarse a Cristo, pero cuando llegó a su adolescencia, su padre la casó con un noble anglo. El matrimonio duró muy poco, por la muerte del marido. Pensaba Etheldreda poder consagrar a Cristo su viudedad, pero al cabo de cinco años, razones de Estado (mandato divino dice la leyenda) la llevaron a casarse con Egfried, hijo de Oswy, rey de Northumbria. En 670 Egfried subió al trono y nuestra santa se convirtió en reina de Northumbria. Su generosidad y caridad pronto se hicieron notar para beneficio de los marginados y pobres del reino. Etheldreda era piadosa y caritativa, llegando a todos los que podía su acción benéfica. La leyenda dice que junto a su primer marido y el segundo guardó virginidad, pero probablemente sea solo un añadido posterior a su "vita".
Luego de un tiempo de casados, Egfried dejó que Etheldreda siguiera su vocación religiosa, y ella felizmente se fue al célebre monasterio de Coldingham, donde fue recibida por la abadesa Santa Ebba "la anciana" (23 de agosto), y donde pudo vivir entregada a Cristo en oración y penitencia. Pero por poco tiempo lo pudo hacer en paz, pues al cabo de un año de haber tomado el velo, su marido se arrepintió y se fue a por ella a Coldingham. Aconsejada por Ebba, Etheldreda huyó acompañada por las monjas Santas Sewenna y Sewera (3 de septiembre), y disfrazadas de campesinas. La leyenda dice que, llegando a Colberthead, Egfried y sus sirvientes casi les dan alcance, pero las tres mujeres atravesaron las aguas y detrás de ellas subió la marea de tal modo que los perseguidores tuvieron que detenerse. Siete días y sus noches duró la marea alta, de modo que las monjas pudieron poner mucha distancia por medio. Una roca con hendiduras se venera como el sitio donde las tres dejaron sus huellas para siempre.
Llegaron a Ely, donde con ayuda del noble local, Etheldreda construyó un monasterio del que fue elegida abadesa. A pesar de su origen real, Etheldreda siempre fue muy sencilla, hacía los peores trabajos y servía a todas. Se alimentaba muy poco, dormía menos, para poder orar más tiempo.a los 7 años de abadesa le salió un tumor en el cuello, del que fue operada sin éxito y con mucho dolor. Poco tiempo después otros tumores enormes y dolorosos aparecieron, deformándole el rostro. Cuando las hermanas le compadecían, ella les decía: "Recuerden, hermanas, fui una princesa con perlas y joyas que colgaban de mi cuello. Ahora son estos tumores y pústulas, joyas para Cristo". Así, entre dolores y gran paciencia, falleció en 679, dejando como sucesora a su hermana Santa Sexburga (6 de julio). Etheldreda fue sepultada en una sencilla caja de madera, sin nombre. En 696 se le quiso dar una sepultura más digna y se labró un sarcófago en una piedra de mármol. En la elevación de las reliquias, se vio el cuerpo incorrupto, y la mortaja olorosa.
Es abogada contra los tumores, los dolores de garganta, la tiroides, el bocio, el reumatismo y los males oculares. También es patrona de los fabricantes de pañuelos y bufandas, que en la Inglaterra medieval tenían grandes fiestas en su honor.
Fuente:
-"Sacred Britain. JUDY PIATKUS. London, 1997.
A 23 de junio además se celebra a
San Walter de Onhaye, presbítero y mártir.
San Siméón Estilita "el Joven".