Santa Aldegundis de Drongen, princesa y reclusa.
Vio por un momento, pero halló la luz para siempre.
Santa Aldegundis de Drongen, princesa y reclusa. 20 de junio y 26 de enero.
Aldegundis vivió en el siglo VII y fue hija del rey mártir San Basin (14 de julio). Este rey, luego de una visión, construyó en un claro del bosque un templo y monasterio dedicados a la Santísima Virgen, otra a San Juan Bautista y una tercera iglesia más al norte, dedicada al santo Apóstol San Pedro. En ellas se establecieron religiosos que constantemente alababan a Dios. Aldegundis era ciega de nacimiento y a los pocos años de la consagración de dichas iglesias, quiso ir el día de la Natividad de San Juan a su templo, así que tomó un caballo, que resultó ser el más salvaje. Apenas subió a él, el animal se tornó manso y la llevó a Lys, a la iglesia del Bautista. Entró la santa a la iglesia e inmediatamente comenzó a ver. Luego visitó las demás iglesias para dar gracias a Dios por el milagro, pero cuando entró en la de San Pedro, volvió a quedar ciega. Sólo recuperó definitivamente la visión cuando ofreció al Señor consagrarse toda para Él. Mandó construir una celdilla con una ventanita al altar de la iglesia de San Pedro y allí se encerró como reclusa hasta morir, en 650, con fama de santidad.
En el siglo XII el recinto se convirtió en monasterio premonstratense y las monjas cuidaron de su culto hasta el siglo XIX, cuando las reemplazaron los jesuitas.
A 20 de junio además se celebra a
Beato Habnit de Waldbug, confesor.
San Gobain, presbítero eremita y mártir.