Santa Honora de Brest, condesa y ermitaña.
Calumniada y dejada al juicio de Dios.
Santa Honora (Eleanor, Azenor) de Brest, condesa y ermitaña. 7 de diciembre.
Honora nació en 519 y fue hija de Leo, conde de Lesneven, Bretaña. Recibió una excelente educación, y desde niña mostró piedad, deseos de oración y recogimiento. Por ello a los 12 años floreció en ella los deseos de consagrar su virginidad a Cristo. Pero su familia ni quiso hablar de ello y dos años más tarde la comprometió con el primogénito del conde de Tréguier. Rindiéndose a ello y buscando siempre la voluntad divina, Honora se casó y con su marido se instalaron en el castillo Châtelaudren. Fueron muy felices los jóvenes, pues ambos eran buenos y piadosos, y socorrían con largueza a los pobres, oraban cuanto podían y no dejaban pasar el día sin hacer alguna buena obra.
Tres años después de la boda, murió la condesa madre de Honora, con gran tristeza de la misma. En menos de un año su padre se volvió a casar, esta vez con una mujer tan hermosa como malvada (a que parece Blancanieves). Celosa del amor que padre e hija se tenían, comenzó a intrigar sobre supuestas infidelidades de Honora con su marido, escribiéndole cartas a este. Le presentó por escrito falsos testigos y falsas pruebas que el hombre creyó. Recriminó su "infidelidad a Honora", pero aunque esta se defendió, fue encerrada en una torre con vistas a condenarla a muerte. Al saberlo su padre, reclamó para sí a la "mala hija", para salvarle la vida, prometiendo que la mantendría encerrada por siempre. Y la encerró en una de las torres, con la compasión de unos y el rechazo de otros. Desde una ventanita, la santa podía ver el cielo y el puerto. Siguió intrigando la madrastra, diciendo al marido de Honora que en realidad el padre no la tenía encerrada, sino que la mujer vivía a sus anchas, y que se preveía su huida a un país lejano. Entonces el marido exigió que fuera ahorcada de una vez, y con tanta insistencia, que no tuvo más remedio el conde Leo que preparar la ejecución. Pero he aquí que se descubrió que Honora estaba embarazada de cuatro meses, y la ley prohibía ajusticiar a las embarazadas. Como el marido insistía, la solución hallada entre los leguleyos, ya que no se le podía matar, fue hacer algo intermedio, así que Honora fue metida en un barril y arrojada al mar, a 10 millas de la costa. Si era inocente, Dios proveería, y si no, no la habían matado ellos.
Cinco meses estuvo Honora dentro del barril y flotando en el mar, sostenida por Dios. Cuando encalló en Irlanda, en Aberfraw, dio a luz a su hijo y fue hallada por los monjes del monasterio de Youghall. Se llevaron a la madre y al niño al monasterio, y llamaron al pequeño al niño Budoc (salvado de las aguas). Una vez que Honora estuvo repuesta, dedicó su vida a la oración y al trabajo en una ermita anexa al exterior del monasterio mientras su hijo era educado por los monjes.
Y pasaron 20 años. Durante esos años el marido de Honora se había arrepentido muchísimas veces, llorando la pérdida de su mujer y su hijo, pues no dudaba que se había equivocado. Y al cabo de los años lo comprobó cuando la madrastra enfermó y murió, pero antes confesó su maldad, y que solo había actuado movida por los celos. Al saberlo, el hombre arrepentido comenzó la búsqueda de Honora por todas las costas, esperando hallar la tumba de su mujer, si alguien la había enterrado. Desesperanzado llegó a Aberfraw, donde la historia de la mujer del barril y el niño era conocida. Corrió al monasterio y halló a Honora, que le recibió con amor, pues ya le había perdonado desde hacía años. El conde se quedó con su mujer y su hijo, que ya era monje, y pronto murió, siendo enterrado en el monasterio.
Poco después, fue golpeado por una grave enfermedad y Honora le cuidó hasta morir, en 543. Ahora Honora pudo finalmente dedicarse al servicio de Dios, tomó el velo monástico y se retiró a su ermita, hasta 522, cuando falleció y fue sepultada junto a su marido. Otras versiones dicen que regresó a su tierra natal y fundó un monasterio en la región de Cornualles. Una iglesia dedicada a su memoria tuvo en Languengar. Su hijo llegó a ser el célebre obispo
San Budoc (9 de diciembre), evangelizador de Dol.
Fuente:
-"Dix mille saints: dictionnaire hagiographique". A. SIGIER. 1991.
A 7 de diciembre además se celebra a Santa María Josefa Roselló, virgen fundadora.