San Arsacio de Milán, obispo.
Del arrianismo a la verdadera fe.
San Arsacio de Milán, obispo. 12 de noviembre, 18 de mayo y 17 de junio (traslación de las reliquias).
Su leyenda cuenta que era funcionario del emperador San Teodosio I (17 de enero) en Milán y que cuando se convirtió al cristianismo, lo hizo en la herejía arriana. Pero por la predicación de San Ambrosio de Milán (4 y 5 de abril, muerte y entierro; 7 de diciembre, consagración episcopal) abandonó la herejía y profesó la recta fe católica. Se hizo discípulo suyo, renunció a todos sus bienes y rangos, para dedicarse al estudio del Evangelio y la oración. Logró la conversión de sus padres y familiares, y hasta a 1200 personas hizo abandonar el paganismo o la herejía. Fue elegido su sucesor luego de la muerte de Ambrosio el 4 de abril de 397, y la leyenda dice que en el momento de su elección se vio un ángel que le coronaba con una corona de oro.
Aparece también como protagonista de la Traslación las Reliquias de los Reyes Magos (23 de julio) desde Constantinopla a Milán, con la particularidad de que junto a tales reliquias habría estado nada menos que la serpiente de bronce hecha por San Moisés (4 de septiembre). Sin embargo, la tradición más conocida de dicha Traslación pone en este viaje al obispo San Eustorgio (6 de junio).
No fue obispo mucho tiempo, pues falleció en 399. En el siglo VIII el papa San Zacarías (15 de marzo) donó sus reliquias a los canónigos regulares de Ilmmünster, al sur de Alemania. En 1495 estos las llevaron consigo a Munich y las devolvieron a Ilmmünster en 1846, donde se veneran.
A 12 de noviembre además se celebra a San Livino de Gante, obispo y mártir.