Santa Silvia Rufina de Egipto, reclusa.
Ni carro ni agua, solo penitencia.
Santa Silvia Rufina de Egipto, reclusa. 3 de noviembre.
Esta santa y sabia virgen era hija de Rufino, gobernador de Jerusalén en nombre del imperio. Nació a mediados del siglo IV y fue educada como pocas mujeres en su tiempo. Su padre, cual otra Santa Bárbara (4 de diciembre), le procuró maestros que le enseñaran artes, ciencias, música y cuanto saber había. La diferencia es que Rufino era cristiano y no prohibió a su hija la profesión de la fe. Aún joven se retiró a la vida eremítica, dedicándose a la oración y el estudio, mientras practicaba duras penitencias y austeridades.
Sobre ella nos ha llegado una anécdota que cuenta que, siendo anciana, fue a Egipto en una peregrinación con su primo Jovino, un joven y culto diácono. Al llegar a Pelusio había un calor sofocante, por lo que Jovino buscó una fuente bajo la sombra y se lavó pies, manos y rostro para refrescarse. Luego compró una piel de animal y se tendió a la sombra para descansar. Cuando Silvia lo vio le dijo: "Sesenta años tengo y nunca he dado a mi cuerpo tal regalo, ni he lavado mis pies ni mi cuerpo, ni siquiera en la enfermedad. Nunca dormí en cama suave ni viajé en carro ¡Y he aquí un hombre tan joven y que da tales comodidades a su cuerpo estando dedicado al Señor!"
Y nada más podemos decir, salvo que según San Epifanio (12 de mayo), que fue contemporáneo suyo, Silvia falleció en el año 400, solo 3 años antes que el mismo santo.
Fuente:
-"Compendio cronológico de la Historia eclesiástica". Tomo I. RP. BALTAZAR ZAPATA Y MERINO. Madrid, 1791.
A 3 de noviembre además se celebra a Santa Ida de Toggenburg, reclusa.