Jueves, 21 de noviembre de 2024

Religión en Libertad

Santa Afra de Ausburg, mártir.

De como se prostituyó a una virgen mártir.

Ramón Rabre

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Sepulcro de Santa Afra.
Sepulcro de Santa Afra.

Santa Afra de Ausburg, mártir. 5 y 7 (en Ausburg) de agosto.

La leyenda de Santa Afra consta de dos partes: La "Conversio" y la "Passio". Aunque la "passio" sea contada como una continuación de la "conversio", lo cierto es que se redactó anteriormente (data de entre los siglos VI-VII). La parte que trata de la conversión, interrogatorio y detalles del martirio de Afra, y sus compañeras es posterior y solo trata de rellenar el vacío de datos:

I. La "Passio".
Según esta, Afra vivía en Ausburg y de pagana se convirtió al cristianismo, pero fue apresada antes de recibir el bautismo, por lo que su martirio, por medio del fuego se convirtió en su “bautismo de sangre”. Fue atada a una estaca y expiró dulcemente mientras las llamas la consumían. Fue sepultada a las afueras de la ciudad, en el segundo hito; o sea, a dos millas de la ciudad. 

II. La "Conversio".
Vivía en Ausburg una joven dedicada al culto de Venus junto su madre llamada Hilaria, que había sido sacerdotisa de la diosa. Ambas tenían tres esclavas llamadas Eunomia, Eutropia y Digna. Era el inicio del siglo IV, en los tiempos de la persecución de Diocleciano, cuando llegaron a Ausburg el obispo San Narciso de Gerona (18 de marzo) y su diácono San Félix, que habían sido desterrados de España por cristianos. Se alojó Narciso en la casa de Hilaria, y al saber el oficio de Afra, le predicó de Cristo y le convirtió. A Afra y a las demás mujeres. Desde entonces llevaron una vida piadosa y cristiana, sosteniendo a Narciso, al que ayudaron a escapar. Pero la persecución llegó también a Ausburg y se presentó allí el juez Gayo, quien conociendo que la “famosa prostituta” Afra fuera llevada ante él. Estando Afra ante Gayo, se desarolló este diálogo:

Gayo: "Sacrifica a los dioses, pues te es mejor vivir a perecer por la tortura".
Afra: "Mis pecados, que he cometido en la ignorancia, son suficientes, ya sin añadir esto, que mandas que haga".
G: "Ve al capitolio y sacrifica".
A: "Cristo es mi capitolio, a quien tengo siempre delante de mis ojos, y a quien todos los días confieso mis faltas, y le ofrezo a mí misma como sacrificio voluntario".
G: "He oído que tú eres una cortesana. Sacrifica, pues no tienes de tu parte al dios de los cristianos".
A: "Mi Señor Jesucristo dijo que había bajado del cielo por los pecadores".
G: "Sacrifica, y recuperarás el amor de tus amantes, y se derramará su dinero en tu regazo".
A: "No recibiré su dinero del mal; rechazo ese dinero como la escoria".
G: "Tú no puedes ser cristiana, tú eres una ramera".
A: "Mi única pretensión al título de cristiana es por misericordia de Dios".
G: "¿Cómo sabes que Cristo te acepta?"
A: "En que me sostiene ante tu tribunal".
G: "Esas son fábulas, meras fábulas. ¡Sacrifica!"
A: "Cristo es mi salvación. ¿Quién si no,colgado en la cruz, prometió el paraíso al ladrón arrepentido?".
G: "No discutiré más contigo; sacrifica, y termina con esta locura, o tendré que torturarte y quemarte viva".
A: "Que sufra el cuerpo que ha pecado".

Entonces el juez la condenó a muerte; y Afra fue arrastrada hasta una isla en el río Lech, donde la desnudaron y la ataron a una estaca. Mientras, Afra, levantando los ojos al cielo, oró: "Señor Jesucristo, Dios Todopoderoso, que viniste para llamar a los pecadores y no a los justos, al arrepentimiento; recibe en esta hora la penitencia de mi pasión, y por este fuego temporal, preparado para consumir mi cuerpo, ¡sálvame de fuego eterno que consume el cuerpo y el alma juntamente!". Las llamas envolvieron a la mártir, que aún tuvo tiempo para suplicar a Cristo: "Te doy gracias, Señor Jesucristo, que me has considerado digna de sufrir por tu Nombre, que diste tu cuerpo sobre la cruz como víctima por todo el mundo, el justo por los injustos, el bueno por el malo, el bendito por el maldito, el dulce por lo amargo, el limpio por el pecador manchado por el mal. A Ti ofrezco mi sacrificio, que vives y reinas con el Padre y el Espíritu Santo, Dios a través de siglos de los siglos, Amén". Y expiró entre las llamas.

Cuando la hoguera se apagó Digna, Eumonia, y Eutropia tomaron el cuerpo y lo enterraron en una sepultura a las afueras de la ciudad. Pero cuando Gayo lo supo mandó apresarlas también. Hallaron los soldados a Hilaria y las tres esclavas rezando ante la tumba de Afra, apilaron maderas en torno a la cripta y la quemaron, muriendo las cuatro mártires dentro. Todo esto habría ocurrido sobre el año 304.

Crítica.
En realidad la "Conversio", posterior como dije, no llama prostituta a Afra, sino que dice que Hilaria era sacerdotisa de Venus y que había consagrado al culto de la diosa a la niña. Y este culto a la diosa se desarrollaba celebrando la prostitución sagrada: Es decir, que el hombre que poseía a la sacerdotisa en realidad pretendía tener sexo con la diosa. Puede parecernos algo raro, pero esta relación sexual era un rito religioso y no prostitución como solemos entender, aunque mediara una ofrenda pencuniaria. Pero sin embargo, la Passio, que es más antigua, no dice nada de su condición ni su oficio. Y no solo esto lo calla, sino la mayoría de martirologios y breviarios de Ausburg. Hasta su sepultura la llama "virgen y mártir". Y es que no es sino hasta el siglo XII, cuando surge la "Conversio", que el término "prostituta" aparece en la leyenda de Afra.

Butler apunta a que el nombre (o sobrenombre) "Afra" puede deberse a su origen africano, y fuera hija de algún importante militar romano, que solían trasladarse con su familia adonde les destinaran. No sería un caso raro, sabido de tempranos asentamientos romanos (África del Norte era territorio romano) en Augusta (la actual Ausburg) y en otras zonas de Europa. Un caso parecido sería el de Santa Verena (1 de septiembre), de quien se dice igualmente se trasladó desde Egipto tras la Legión Tebana.

Culto y reliquias.
El culto a Santa Afra es tan antiguo como su martirio, y la introducción de su nombre en el martirologio pseudojeronimiano, del siglo IV, lo prueba. Sus reliquias se han venerado desde entonces. En el siglo X Afra se apareció al obispo San Ulric (4 de julio) para pedirle "inventara" sus reliquias (es decir, las levantara o pusiera en veneración). Desde entonces el culto y la iconografía de ambos santos han ido de la mano. Ambos se veneran en la misma cripta de la iglesia de Santa Afra.


Fuentes:
-"Vidas de los Santos". Tomo IX. Alban Butler. REV. S. BARING-GOULD. 1916.
-"Año cristiano o Ejercicios devotos para todos los dias del año: Agosto. P JEAN CROISSET. S.I. Barcelona, 1864.
-"Diccionario de los Santos" C. LEONARDI, A. RICCARDI y G. ZIARRI. Madrid, 2000.
-“Las Verdaderas actas de los mártires”. Tomo Tercero. THIERRY RUINART. Madrid, 1786.
 

A 5 de agosto además se celebra a San Abel de Reims, obispo.

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