Santa Berta de Blangy, esposa y abadesa.
Del palacio al monasterio, del monasterio a la celda.
Santa Berta de Blangy, esposa y abadesa. 4 de julio.
Aunque sobre su persona existen datos fidedignos, como la fundación de monasterios, su sepulcro o reliquias, las noticias sobre esta santa no ofrecen mucha fiabilidad, al contener numerosos errores históricos. Su "vita", escrita por un desconocido monje, se ha atribuido a varios personajes, pero en realidad es un intento, burdo además, de rellenar lagunas con supuestas personas, lugares y momentos.
Su padre fue Rigoberto y servidores del rey Clodoveo II. En 642, gracias a los servicios prestados, este rey le otorgó el condado francés de Blangy. Su madre fue Ursana, una descendiente de los reyes San Ethelbert (24 de febrero) y Santa Bertha (1 y 4 de mayo), por lo cual también ostentaron el título de condes de Kent. A los veinte años, Bertha contrajo matrimonio con Sigfried, hermano de San Adalbald de Ostrevant (2 de febrero). Tuvieron cinco hijas llamadas Gertrudis, Deotila, Emma, Giesa, y Gesta, muriendo las dos últimas siendo aún bebés. Movida por su religiosidad profunda, se dio cuenta de que hacía falta fundar monasterios para la perfección religiosa de las mujeres.
Después de la muerte de su esposo, en 678, fundó el de Blangy, pero cuando estaba comenzando la Iglesia, la edificación se cayó, al no ser el sitio del agrado de Dios, el cual reveló a por medio de un ángel a un obrero cual debía ser el sitio perfecto. Y Bertha lo halló señalizado por unas enormes rocas, en medio de un hermoso bosque. Una vez terminada la iglesia y el claustro, mandó buscar a San Ravengar (16 de octubre) para que bendijera el recinto, acompañado de otros prelados (uno de los errores históricos, pues los citados no concuerdan en tiempo o lugar). Estaba el santo dispuesto a ello cuando de pronto notó que faltaba el hisopo para asperjar el agua bendita. Bertha pidió ayuda al Señor y de pronto apareció un vendedor ambulante que llevaba piezas de platería y le regaló un hisopo, al saber que se usaría para bendecir un monasterio. Mientras, Ravengar se había cansado de esperar y ya se regresaba enfadado por haber viajado de balde, cuando fue detenido por un ángel, que resultó ser el mismo vendedor, que le avisó que podía regresar, pues todo estaba dispuesto.
Una vez bendecido el monasterio, Bertha, Gertrudis y Deotila, tomaron el velo monástico, que las "crónicas" cuentan era de color azul, y se retiraron para llevar una vida alejada del mundanal ruido. Su hija Emma vivía con ellas, pero sin tomar el hábito monástico. No esperaban, sin embargo, que su retiro le sentara tan mal al noble Roger de Artois, que desde hacía tiempo atrás, pretendía a Gertrudis. Visitó al rey Thierry y le engañó diciéndole que Bertha le había dado la mano de su hija y ahora rompía el compromiso. El rey le dio permiso para obtener a la joven por la fuerza, y Roger se fue al monasterio requiriendo a Gertrudis como esposa. Bertha colocó su hija al lado del altar, al tiempo que entró Roger en la iglesia mientras las demás monjas cantaban el oficio de vírgenes. Al comenzar el canto, los cirios del altar se encendieron y alrededor de la joven se formó un círculo de fuego. Bertha dijo al pretencioso Roger: "¡Toma a una Esposa del cielo si te atreves!", y Roger salió intimidado. Al saber el milagro el rey Thierry, para evitar que algo así volviera a ocurrir puso el monasterio bajo su directa protección.
Se nos dice que Bertha además construyó tres iglesias en honor de los santos de su devoción: San Pedro (29 de junio; 1 de agosto, "Ad Víncula"; 18 de enero, cátedra en Antioquía; 22 de febrero, cátedra en Roma; y 18 de noviembre, la Dedicación), San Martín de Tours (11 de noviembre, sepultura; 4 de julio, ordenación episcopal; 5 de octubre, Iglesia Oriental; 12 de octubre, Iglesia bizantina; 12 de mayo, invención de las reliquias; 1 y 13 de diciembre, traslaciones) y San Audomar (9 de septiembre).
Bertha, con gran dolor entregó a su hija Emma a un tal Waraclin, rey de Thanet, del que no hay rastros en la historia. Emma se casó con ilusión, pero apenas comenzó su vida de casada, comprendió que no era tan feliz como en el claustro. Una de sus esclavas, una árabe, fascinó a su marido, que pronto la olvidó. Así, estando despreciada por el marido y humillada por la esclava, invocó a Dios, que reveló a Bertha la situación de su hija y mandó a por ella. Llegó el mensajero y Emma lloró y suplicó a su marido que la dejara partir. Embarcó rumbo a su tierra, pensando en tomar el velo, pero antes de llegar a tierra, la acometieron unas fiebres y falleció. Bertha lo supo antes que el barco llegara y salió en procesión con sus monjas a recibirla, con cirios encendidos. Fue enterrada en el monasterio, donde recibió culto como beata, igualmente que las otras hijas Deotila y Gertrudis.
Luego de años de gobierno, y estando establecida la observancia regular, Bertha renunció a ser abadesa en su hija Deotila y se emparedó en una pequeña celda con una ventana que daba a la iglesia y al altar. Allí murió en 725 Este estilo de vida de reclusas perpetuas fue bastante popular en la Edad Media, y tenemos el mejor ejemplo en Santa Wiborada (2 de mayo).
Fuente:
-"Vidas de los Santos". Volumen VII. Alban Butler. REV. S. BARING-GOULD. 1916.
A 4 de julio además se celebra a San Calais, abad.