Jueves, 14 de noviembre de 2024

Religión en Libertad

Beato Juan Nepomuceno, presbítero fundador.

"Todo para bien de la humanidad, en Dios, por Dios y para Dios".

Ramón Rabre

Beato Juan Nepomuceno Zegrí y Moreno.
Beato Juan Nepomuceno Zegrí y Moreno.

Beato Juan Nepomuceno Zegrí y Moreno, presbítero fundador. 17 de marzo.

"Todo para bien de la humanidad, en Dios, por Dios y para Dios".

Nació Juan en Granada de España, a 11 de octubre de 1831. Sus padres se llamaron Antonio y Josefa, cristianos piadosos, caritativos y de excelente prestigio en la ciudad, sobre todo su padre, que era un médico de renombre tanto por su saber cómo por su entrega a los pobres. Fue educado en la piedad cristiana, integradora de los mejores valores sociales. En 1850, con 19 años, entró al seminario para estudiar la teología, donde destacó por su aplicación al estudio, buen comportamiento y sus dotes para la oratoria.

El 2 de junio de 1855 fue ordenado sacerdote en la catedral de Granada. La alegría de estos días se vio empañada por la muerte de su madre a los pocos días, a causa del cólera. Fue nombrado maestro del Colegio San Bartolomé y Santiago de Granada, a la par que continuaba sus estudios para doctorarse en teología, licenciarse en derecho civil y canónico, y terminar un bachillerato en Filosofía y Letras. Ese mismo año fue nombrado párroco de Huétor Santillán y de Loja, a la par que le nombraban responsable de la Cátedra de Psicología, Lógica y Ética del Instituto de Granada. Toda una cabeza privilegiada, llena de sabiduría, método y aplicación. Y aún más, pues en 1866 fue nombrado Predicador Supernumerario de la reina Isabel II, y en 1877, capellán de la Corte. En 1869 fue trasladado a la diócesis de Málaga, donde fue Provisor de la Diócesis, administrador de la Casa de Misericordia, Vice-rector del Seminario y canónigo de la catedral. Siempre interesado por la formación, la espiritualidad, la caridad con los pobres, el bien moral y material de la diócesis, se desvivía por el Evangelio. En la Casa de Misericordia penetró el mundo del dolor, del pecado y sobre todo, de las jóvenes que se perdían por falta de atención, caridad y formación.

Así, en 1878, funda las Hermanas Mercedarias de la Caridad, para la atención a las jóvenes en peligro. Su devoción a la Madre de Dios de la Merced le llevó a asociar su fundación a esta Venerable Orden mendicante. Las primeras religiosas tomaron el hábito en Granada, ese mismo año, aunque se establecieron en Málaga. Como muchas Congregaciones femeninas esta nació con la división, los apegos y los celos por medio (es este un fenómeno digno de estudio). Cinco de las primeras nueve religiosas abandonaron al fundador y volvieron a Granada tras el presbítero Diego Aparicio, que había sido amigo y colaborador de Juan Nepomuceno, para allí poner en marcha la fundación, obviando al fundador y las cuatro hermanas fieles. El santo fundador no protestó y así, en 1880 la casa de Granada queda como Casa Madre y noviciado.

Aún en 1888 le vinieron más pruebas cuando fue calumniado por una de las primeras religiosas, precisamente quien había sido su secretaria. Así que Roma, de quien esperaba la aprobación de las Constituciones, le destituye de toda dirección de su Obra apostólica. No actuó sola esta religiosa, sino que le influían otros presbíteros. De nuevo no protestó, sino que se apartó humildemente, a pesar de la injusticia. En 1896 León XIII reconoce el error y le rehabilita, pero ni el arzobispo de Granada, ni la mayoría de religiosas ven con buenos ojos su regreso. El Padre Juan Nepomuceno escribe a las religiosas declarando su inocencia y desentendiéndose de la Congregación, mientras se retira a una casa en Málaga. En 1901 la Congregación fue aprobada por Roma, pero nuestro beato no dijo una palabra. El 17 de marzo de 1905 murió solo, sin atención, a causa de la diabetes fortísima que padecía. En 1925 las Hermanas Mercedarias, una vez ya no existían las primeras religiosas, depuraron su historia y reconocieron el error cometido con el fundador.

Juan Nepomuceno Zegrí fue beatificado a 9 de noviembre de 2003.


Fuente:

-"Nuevo Año Cristiano". Tomo 3. Editorial Edibesa, 2001.

Comentarios
5€ Tu donativo es vital para mantener Religión en Libertad
10€ Gracias a tu donativo habrá personas que podrán conocer a Dios
50€ Con tu ayuda podremos llevar esperanza a las periferias digitales
Otra cantidad Tu donativo es vital para mantener Religión en Libertad
Tu donativo es vital para mantener Religión en Libertad
Si prefieres, contacta con nosotros en el 680 30 39 15 de lunes a viernes de 9:00h a 15:30h
Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter

¡No te pierdas las mejores historias de hoy!

Suscríbete GRATIS a nuestra newsletter diaria

REL te recomienda