San Heriberto de Colonia, obispo.
San Heriberto de Colonia, obispo. 16 y 30 (en Colonia, la traslación de las reliquias) de marzo y 31 de agosto.
Heriberto nació en Worms en el año 970, siendo hijo de Hugo y Gräfin, duques de esta ciudad. Estudió en la escuela de la catedral de Worms y en el monasterio benedictino de Gorza y, por su linaje fue nombrado rector de la catedral de Worms. En el 994 fue ordenado sacerdote y nombrado canciller del reino alemán en Italia por el emperador Otón III, del que fue gran amigo, consejero y compañero de sus viajes a Roma. En el 999, con 29 años, estando aún en Roma con el emperador, fue elegido arzobispo de Colonia (antes había rechazado, por humildad el arzobispado de Würzburg), por el pueblo, al morir el anterior obispo. El clero prefería a otro, pero se impuso la voluntad popular y el polémico Papa Silvestre II le impuso el palio arzobispal, siendo consagrado ya en Colonia, ese mismo año.
Realizó misiones diplomáticas, creó la diócesis de Bamberg y logró la pacificación de Luxemburgo. Se distinguió por su vida de estudio de la Sagrada Escritura, la oración, el celo pastoral y la especial atención a los pobres. En 1002 asistió al emperador en su lecho de muerte en Paternó y acompañó sus restos mortales a Alemania. En este viaje fue apresado por el nuevo emperador, Enrique II, porque Heriberto se había opuesto a apoyarle en su pretensión al trono, pero había acatado su reinado luego de su elección. Luego de profesar su obediencia fue liberado y sirvió fielmente a Enrique, aconsejándolo y sirviéndolo, hasta que, casi 20 años más tarde, este reconoció su error y le pidió perdón de rodillas, delante de todo el pueblo, (a tiempo, porque ese mismo año moriría Heriberto). Al morir, el santo obispo fue enterrado en la iglesia del monasterio de Deutz, a las afueras de Colonia, donde se veneran aún sus reliquias (yo he podido hacerlo con gran gozo).
Su proceso de canonización lo comenzó en 1073 el papa San Gregorio VII (25 de mayo), y su culto se aprobó en 1175, fijando su fiesta para el mismo día de su fallecimiento, el 16 de marzo. Fue oficialmente canonizado en 1626, por Urbano VIII. Es intercesor para obtener la lluvia y se le suele representar con una paloma, pues en una procesión penitencial contra la sequía y la peste consecuente, una volaba sobre él, protegiéndolo y anunciando el fin de la plaga.