Santa Margarita de Hungría, virgen dominica.
Santa Margarita de Hungría, princesa, virgen dominica. 18 de enero.
Fue hija de los reyes de Hungría Bela IV y María de Lascaris, princesa de Constantinopla. Antes de nacer la niña en 1242, sus padres la ofrecieron a Dios por la liberación de Hungría de los tártaros. En la primera batalla, Bela los venció y huyeron, dejando Hungría en paz. Poco tiempo después nació Margarita. A los dos años tuvo de institutriz a una buena mujer: Olimpia, una viuda que le dio mucho cariño. Los reyes, con dolor, pero firmes cumplieron cumplen la promesa y la confiaron a los tres años a las dominicas de Veszprem, un monasterio fundado hacía poco y donde se admitían niñas nobles para su educación. Era tanto el cariño que se tenían Margarita y Olimpia, que esta pidió ser admitida como religiosa para permanecer cerca de la niña y seguir educándola. Antes de los cinco años aprendió el Oficio Parvo de memoria. En una ocasión vio una Cruz y preguntó que cosa era aquella, y al saberlo dijo: “Señor, me entrego toda a ti”. A los cuatro años le dieron el hábito y a los cinco se puso ella misma un cilicio. Lloraba amargamente cuando la llamaban princesa, o le recordaba tenía sangre real. A los doce años hizo profesión solemne en manos del Beato Humberto (14 de julio) quinto General de la Orden. Sus padres, contentos de verla feliz en el monasterio, edificaron otro, con el fin de que fuera su superiora al tener la edad adecuada. A los veinte años se trasladó allí con otras religiosas, implantando una vida de rígida observancia.
Aun siendo religiosa, la pretendieron el Duque de Polonia, y los reyes de Bohemia y de Sicilia, prometiendo un pacto de paz y de alianza si estaba de acuerdo y a su vez, si se negaba, discordias y guerras. Ella se negó rotundamente diciendo “prefiero la muerte a traicionar la palabra dada a mi Señor”. y con nueva consagración se veló en manos del Arzobispo de Estrogenia el día de Pentecostés de 1261. Mucho tuvo que padecer por las peleas entre su padre y su hermano, que turbaban la paz del reino y trajeron la miseria al país. Escribió a ambos, denunció sus conductas, fue despreciada y amenazada por su hermano, pero con su paciencia y empeño, logró firmaran la paz en 1266. Tuvo los dones de profecía, discernimiento de espíritus, éxtasis, sometimiento de los elementos. Murió el 18 de enero de 1270, a la edad de 28 años, rezando el salmo "In te, Domine, speravi". Su cuerpo fue venerado hasta 1526 en su monasterio, en 1618 pasó al convento de las clarisas de Bratislava hasta 1782, en que fue suprimido las reliquias dispersadas y algunas perdidas. En 1922 los dominicos de Budapest recibieron las reliquias principales. En 1789 Pío VI confirmó el culto para toda la Orden dominica, y fue canonizada por Pío XII en 1943.
Su atributo característico es una corona de princesa en la mano o vuelta de revés, en el suelo o sobre un altar, gestos que señalan que despreció la realeza para consagrarse a Dios.
Fuentes:
-“Sacro Diario Dominicano”. FR. FRANCISCO VIDAL. O.P. Valencia, 1747.
-“Compendio histórico de las vidas de los Santos canonizados y beatificados del Sagrado Orden de Predicadores”. Fr. Manuel Amado. O.P. Madrid, 1829.