Beato Mirón, abogado contra las migrañas.
Un oculto santo de los lejanos tiempos, poderoso intercesor.
Beato Mirón de San Juan de las Abadesas, C.R.S.A. 12 de septiembre y 5 de mayo (invención de las reliquias).
Vivió Mirón en el siglo XII. Nació en Tagamanent, Barcelona, y siendo niño un sacerdote se fijó en él para darle estudios y promoverle al sacerdocio. Ya siendo presbítero, como tenía trato con los benedictinos de Santa María de Ripoll, pasaba temporadas con estos y poco a poco comenzó a sentir ansias de una vida retirada en la soledad, la oración y la penitencia. Pidió a Dios le diera luces sobre donde poder vivir la vida monástica, y cuenta la leyenda que un día que se hallaba en un bosque, encontró un templo desconocido, y a un anciano a la puerta. Preguntóle Mirón que sitio era ese, a lo que el viejo le dijo que era el monasterio de San Juan de las Abadesas, de canónigos regulares de San Agustín, donde todos los que entraban lo hacían para hallar la salvación. Y desaparecieron el templo y el anciano. Hay que decir que este monasterio de San Juan de las Abadesas, fundado en 887 y ocupado por los Canónigos regulares de San Agustín en el siglo XI era lo suficientemente famoso como para que fuera ignoto a nuestro beato.
Así que Mirón se informó y se fue al monasterio citado, donde pidió el hábito de los canónigos regulares, que le admitieron a los pocos días. Desde el noviciado fue un ejemplar religioso, obediente, amante de la penitencia y la humildad. Ejemplificaba a los religiosos con su palabra y con sus virtudes, que eran admiradas por todos. Nunca se le oyó palabra ociosa, ni dejó de ayunar o ir al coro, por más enfermo que estuviera. En el oficio de limosnero era muy pródigo con los pobres, llegando a realizar algunos milagros de multiplicación de granos o pan. Finalmente, luego de una vida entregada a Cristo, murió el 12 de septiembre de 1161. Muy pronto su sepulcro se convirtió en meta de peregrinos, principalmente de los afectados por las migrañas. El 5 de mayo de 1345, las reliquias fueron elevadas y puestas en un bello sepulcro de mármol a la veneración pública, lo que puede considerarse una beatificación.
Fuente:
-"Año cristiano o Ejercicios devotos para todos los dias del año: Septiembre. P JEAN CROISSET. S.I. Barcelona, 1863.