Domingo, 22 de diciembre de 2024

Religión en Libertad

San Félix de Cantalicio, hermano capuchino.

La humildad y la devoción mariana llevada a los límites del cielo.

Ramón Rabre

Imagen del santo venerada en Castellón.
Imagen del santo venerada en Castellón.

San Félix de Cantalicio, religioso capuchino. 18 de mayo.

Nació en 1513 en Cantalicio, población de la Umbría, tierra de santos donde las haya, de padres pobres y buenos cristianos. muy niño fue dedicado al pastoreo, tiempo que, como se lee de otros santos, aprovechaba para hacer sus oraciones, aprender de memoria en catecismo y rememorar las leyendas de santos que escucha, pues no sabe leer. Estas vidas de santos le lleva a aspirar a la radicalidad evangélica, como los penitentes de la Tebaida, y entiende que en los frailes capuchinos hallará lo que busca. Y allí se va, al convento de Ciudad Ducale, donde le ponen a prueba, presentándole un crucifijo, como norma de vida. Su respuesta: abrazarlo. Tomó el hábito en Áscoli, y fue enviado posteriormente a Roma como hermano limosnero.

Era muy penitente, siempre tenía la mirada en el cielo y el rosario en las manos. Ayunaba constantemente, dormía en unas tablas, comía lo que los hermanos dejaban. No hablaba sin necesidad y aunque tenía trato constante con personas adineradas, que le daban sus limosnas, jamás tomaba parte de sus reuniones, ni entraba a sus casas, ni aceptaba los criados de estos le ayudaran. Fue amigo de San Carlos Borromeo (4 de noviembre), al que daba algunos consejos, soo porque se lo pidieron, sobre la reforma eclesiástica llevada a cabo por el Borromeo. También fue amigo de San Felipe Neri (26 de mayo), con el que bromeaba emulando en los deseos de padecer por Cristo, deseándose uno a otro los más terribles tormentos y padecimientos para merecer ante Cristo.Y es que era un santo cariñoso, jovial, al que los niños querían, y siempre tenía para ellos estampas o regalillos, que aprovechaba para enseñarles la doctrina, cancioncillas piadosas, llevarles a una iglesia, etc. Varios portentos realizó, como sanar a un fraile moribundo, o descubrir una moneda que alguien había metido en la limosna, porque el morralillo que llevaba siempre, le pesaba inconmesurablemente, pues solo limosna de pan u otros alimentos aceptaba. Nunca dinero.

Era devotísimo de la Virgen María y en todas sus salidas limosneras visitaba alguna imagen suya, le componía coplas, adornaba sus altares, enseñaba a los demás a amarla. Y la Señora quiso premiárselo: en una ocasión en la que el santo estaba en oración, tuvo un éxtasis y una visión en la que la Madre de Dios bajaba del cielo y le entregaba al Santo Niño, para que el buen fraile pudiera venerarle y amarle, y esa, como dije antes es la escena del lienzo sobre el que preguntas.

En 1587 las fuerzas decidieron abandonarle, y poco a poco fue cayendo enfermo. En mayo de ese año tiene varios éxtasis en los que ve su próximo fin. El día 18 ve a Nuestra Señora, que viene a llevarlo al cielo, lo dice a los frailes, y dulcemente muere, sin agonizar ni padecer, a los 74 años. Sixto V, con el que también había tenido amistad, quiso beatificarlo, aunque lo haría Pablo V. en 1712 sería canonizado por Clemente XI. Es el primer santo de la orden franciscana capuchina. El primero de una serie de religiosos capuchinos no sacerdotes en alcanzar los altares.

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