San Thuribe obispo. Abogado de la vista.
Segundo obispo de Le Mans, al que la leyenda hace discípulo del Evangelista San Juan. Otro viaje en la "máquina del tiempo".
San Thuribe de Le Mans, obispo 16 de abril.
Era Thuribe, según la leyenda gala, de origen romano, vivió en el siglo II, y fue discípulo de San Juan Evangelista (27 de diciembre y 6 de mayo), quien le envió con San Julián de Le Mans (27 de enero) cuando este fue nombrado obispo de esta ciudad. En la Galia, Thuribe ayudó al santo obispo a extender el Evangelio, y cuando este murió, luego de 47 años de episcopado, le sucedió en la sede. Le costó bastante la evangelización, en varias ocasiones fue perseguido y castigado. Solo con su tesón y los prodigios que obraba, fue reduciendo el paganismo y llevando a los pueblos a la fe de Cristo: Sanó a una noble muy principal, con gran influencia en el pueblo, el cual, al saber la curación de la dama, abrazó a Cristo. En otra ocasión, al convertir a una noble llamada Sabina, su marido, Gaiano, arremetió contra su mujer, encerrándola en casa. Sabiéndolo Thuribe, oró a Dios y Gaiano quedó mudo y ciego. Este, desesperado, pidió a su mujer que el santo le sanara, prometiendo convertirse a Cristo. Ella fue, suplicó al santo y este devolvió la salud al pagano, que se hizo bautizar inmediatamente, y donó su casa al santo, para que se construyese una capilla. Además, Gaiano construyó una iglesia en honor de Santos Pedro y Pablo, en el que Thuribe estableció una comunidad de monjes. La iglesia y monasterio serían arrasados por los bárbaros en el siglo VII, hasta que San Calais (1 de julio) los reconstruyó, para ser derruidos de nuevo con los siglos.
Estando predicando en Asse-le-Bérenger, los habitantes le pidieron agua, pues la sequía les hacía enfermar, mataba los animales y las cosechas. El santo comenzó a orar y una fuente brotó delante de todos. Los paganos se convirtieron y los cristianos se afirmaron más en la fe. Esta fuente aún se conserva, con el nombre del santo. Allí se le invoca contra los males de la vista. Después de una corta, pero intensa vida de cinco años como pastor de sus fieles, sabiendo que la muerte se acercaba, Thuribe se retiró a la soledad junto al río Sarthe, para prepararse en oración y penitencia, como mismo había hecho su maestro San Julián. Allí estuvo hasta el 16 de abril, cuando entró en la gloria del cielo. Otra versión dice que murió de sufrimientos al ser perseguido hasta la muerte por Juillé, jefe de una aldea de romanos paganos, que no aceptaron su predicación y le apalearon y apedrearon. Por tal razón, en ocasiones se le llama “mártir”. Fue enterrado en la iglesia de Santos Pedro y Pablo, y una capilla, hoy en ruinas, fue erigida en su memoria en el sitio de su muerte, frente a la capilla de San Julián.
En el siglo XI ambas capillas tenían comunidades monásticas, donde se escribe la vida de San Julián, la diócesis y sus santos, reescribiendo y reinterpretando, fundiendo leyenda con historia. Y es que consta en el siglo V un obispo en Le Mans llamado así: Thuribe, al que ante la falta de datos históricos, la leyenda le hizo retroceder al siglo I. Ya hemos visto otros casos, especialmente en este artículo. En 835, San AIderic de Le Mans (7 de enero), le dedicó un altar en la catedral de San Julián y en 837 trasladó las reliquias de ambos santos a este altar, junto con las de todos los santos obispos de Le Mans. En la Revolución Francesa la cartedral fue asaltada y las reliquias profanadas y luego recogidas y depositadas con otras en una capilla lateral, sin que conste cuales son cuales.
Fuentes:
-"Vidas de los Santos". Alban Butler. REV. S. BARING-GOULD. 1916.
-"Dix mille saints: dictionnaire hagiographique". A. SIGIER. 1991.
-"France historique et monumentale". ABEL HUGO. 1837.
-http://preguntasantoral.blogspot.com.es/
Era Thuribe, según la leyenda gala, de origen romano, vivió en el siglo II, y fue discípulo de San Juan Evangelista (27 de diciembre y 6 de mayo), quien le envió con San Julián de Le Mans (27 de enero) cuando este fue nombrado obispo de esta ciudad. En la Galia, Thuribe ayudó al santo obispo a extender el Evangelio, y cuando este murió, luego de 47 años de episcopado, le sucedió en la sede. Le costó bastante la evangelización, en varias ocasiones fue perseguido y castigado. Solo con su tesón y los prodigios que obraba, fue reduciendo el paganismo y llevando a los pueblos a la fe de Cristo: Sanó a una noble muy principal, con gran influencia en el pueblo, el cual, al saber la curación de la dama, abrazó a Cristo. En otra ocasión, al convertir a una noble llamada Sabina, su marido, Gaiano, arremetió contra su mujer, encerrándola en casa. Sabiéndolo Thuribe, oró a Dios y Gaiano quedó mudo y ciego. Este, desesperado, pidió a su mujer que el santo le sanara, prometiendo convertirse a Cristo. Ella fue, suplicó al santo y este devolvió la salud al pagano, que se hizo bautizar inmediatamente, y donó su casa al santo, para que se construyese una capilla. Además, Gaiano construyó una iglesia en honor de Santos Pedro y Pablo, en el que Thuribe estableció una comunidad de monjes. La iglesia y monasterio serían arrasados por los bárbaros en el siglo VII, hasta que San Calais (1 de julio) los reconstruyó, para ser derruidos de nuevo con los siglos.
Estando predicando en Asse-le-Bérenger, los habitantes le pidieron agua, pues la sequía les hacía enfermar, mataba los animales y las cosechas. El santo comenzó a orar y una fuente brotó delante de todos. Los paganos se convirtieron y los cristianos se afirmaron más en la fe. Esta fuente aún se conserva, con el nombre del santo. Allí se le invoca contra los males de la vista. Después de una corta, pero intensa vida de cinco años como pastor de sus fieles, sabiendo que la muerte se acercaba, Thuribe se retiró a la soledad junto al río Sarthe, para prepararse en oración y penitencia, como mismo había hecho su maestro San Julián. Allí estuvo hasta el 16 de abril, cuando entró en la gloria del cielo. Otra versión dice que murió de sufrimientos al ser perseguido hasta la muerte por Juillé, jefe de una aldea de romanos paganos, que no aceptaron su predicación y le apalearon y apedrearon. Por tal razón, en ocasiones se le llama “mártir”. Fue enterrado en la iglesia de Santos Pedro y Pablo, y una capilla, hoy en ruinas, fue erigida en su memoria en el sitio de su muerte, frente a la capilla de San Julián.
En el siglo XI ambas capillas tenían comunidades monásticas, donde se escribe la vida de San Julián, la diócesis y sus santos, reescribiendo y reinterpretando, fundiendo leyenda con historia. Y es que consta en el siglo V un obispo en Le Mans llamado así: Thuribe, al que ante la falta de datos históricos, la leyenda le hizo retroceder al siglo I. Ya hemos visto otros casos, especialmente en este artículo. En 835, San AIderic de Le Mans (7 de enero), le dedicó un altar en la catedral de San Julián y en 837 trasladó las reliquias de ambos santos a este altar, junto con las de todos los santos obispos de Le Mans. En la Revolución Francesa la cartedral fue asaltada y las reliquias profanadas y luego recogidas y depositadas con otras en una capilla lateral, sin que conste cuales son cuales.
Fuentes:
-"Vidas de los Santos". Alban Butler. REV. S. BARING-GOULD. 1916.
-"Dix mille saints: dictionnaire hagiographique". A. SIGIER. 1991.
-"France historique et monumentale". ABEL HUGO. 1837.
-http://preguntasantoral.blogspot.com.es/
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