San Edmund Gennings, presbítero y compañeros mártires.
Sacerdote e inocente ante Dios.
San Edmund Gennings, presbítero y compañeros mártires. 10 de diciembre y 25 de octubre (Todos los Mártires de Inglaterra y Gales).
Nació en 1567, en Lichfield, en el seno de una familia convertida a la nueva Iglesia de Inglaterra, nacida de la traición a la fe católica del rey Enrique VIII. En 1580 tuvo una visión en la que veía a turbas armadas masacrar a personas inocentes, quienes subían al cielo como ráfagas de luz. Era una visión de los mártires católicos víctimas de los anglicanos.
Edmund era un niño muy inteligente y dócil, por lo cual un maestro de su localidad se encargó de educarle, obteniendo como pago los servicios de Edmund en una posada que tenía su hija. Como su madre viuda no podía costearle los estudios aceptó gustosamente. Muy pronto el niño Edmund destacó por su aplicación al estudio y sus notables resultados. Estando trabajando en esta posada le conoció un caballero apellidado Sherwood, quien estaba buscando un paje. El caballero se prendó de Edmund y logró que su madre se lo cediera a cambio de un generoso salario. Sherwood era católico, cosa peligrosa en aquellos tiempos, y al poco tiempo comenzó a hablarle a Edmund de la fe católica, logrando convertirle. Edmund sirvió a su amo con total lealtad, llegando incluso al riesgo de la vida sirviendo como enlace entre los católicos que vivían su fe escondida.
Cuando Sherwood se fue a Francia a estudiar para ser ordenado presbítero, con vistas a volver a Inglaterra a evangelizar, se llevó consigo a Edmund, y ambos estudiaron juntos. Edmund se formó en el seminario de Reims. Fue un seminarista ejemplar, piadoso, humilde y muy devoto de la Pasión de Cristo. A pesar de estar constantemente enfermo, no cejó nunca en el estudio, la caridad o las penitencias. Por esta misma causa de su mala salud, los formadores le enviaron de vuelta a Inglaterra aún antes de ser ordenado presbítero, quedando en el aire la posibilidad de ser sacerdote. Estando en el puerto de Le Havre, casi para embarcar, oró fervorosamente y recobró la salud por milagro, pudiendo regresar a Reims a terminar sus estudios. Finalmente, nuestro santo cumpliría su sueño y, previa dispensa de Roma por no tener aún 25 años, fue ordenado sacerdote en Soissons el 18 de marzo de 1590, junto a San Alejandro Rawlins (7 de abril), quien también sería martirizado.
Ese mismo año Edmund embarcó rumbo a Inglaterra junto a otros presbíteros que planeaban entrar a escondidas. El barco fue atacado por corsarios en Essex, pero casi por milagro logró escapar y recaló en Whitby. Allí fueron retenidos e interrogados, pero contaron que el barco había sido arrastrado por una tormenta desde Newcastle. Siendo libres, los presbíteros disfrazados dijeron misa escondidos y luego orar un rato, se despidieron entre abrazos, besos y lágrimas.
Edmund se dirigió a Londres en busca de su hermano Juan, a quien deseaba convertir a la fe católica. Mientras, se instaló en una posada donde era asistido por católicos ocultos. Su día a día era decir misa a escondidas en varios sitios, visitar enfermos, confesar, alentar a los que dudaban y lograr algunas conversiones. Luego de unos meses halló a su hermano, a quien descubrió era sacerdote. Este no le denunció, pero rehuyó de convertirse al catolicismo y de ayudar a su hermano. Ambos se separaron.
El 7 de noviembre de 1591 Edmund acordó con el sacerdote San Polydor Plasden (10 de diciembre), compañero de estudios en Reims, cantar misa juntos por ser la Octava de Todos los Santos. La misa sería en casa del profesor San Swithun Wells. También se hallaban allí San Eustace White, presbítero quien era converso del anglicanismo, y los seglares Beatos Brian Lacey y John Mason, y la Beata Sydney Hodgson (todos a 10 de diciembre). También estaría la señora Wells, esposa de Swithun Wells. Durante la celebración de la santa Misa, los anglicanos allanaron la casa y tomaron prisioneros a los presbíteros y seglares y los llevaron a Newgate. Swithun Wells, quien no se hallaba presente en la misa, al regresar a su casa y saber lo ocurrido, se presentó voluntariamente ante las autoridades y fue apresado.
El 10 de diciembre todos fueron ejecutados. Nuestro santo fue ahorcado junto a Wells en la puerta de la casa de este. Estando en el cadalso, el juez dijo a Edmund: "Gennings, confiesa tu crimen, tu traición papista y la reina sin duda te perdonará". A esto Edmund respondió: "No sé, querido hombre, en lo que podría haber yo insultado a mi amada reina. Pero si ese es el caso, me disculpo. Mas se siente ofendida sin fundamento, porque defiendo mi fe y religión. Porque soy sacerdote, y porque no quiero ir en contra de mi conciencia, entonces confío en que soy inocente ante Dios. ¿No fue San Pedro quien dijo: 'Debemos obedecer a Dios más que a los hombres'? No tengo intención de admitir errores donde no hay. Si regresar a Inglaterra como sacerdote, decir misa u oír confesiones es traición papista, entonces yo soy un traidor. Pero, por supuesto, yo tampoco lo creo. Por eso me declaro culpable de las cosas de las que se me acusa. No con un corazón arrepentido o triste, sino bajo protesta abierta y con alegría interior de haber podido hacer cosas tan buenas. Si Dios me diera la oportunidad, las volvería a hacer y las consideraría más valiosas que tener mil vidas".
Los demás mártires fueron ahorcados y despedazados en la célebre plaza de Tyburn, regada con la sangre de cientos de mártires. La señora Wells padeció prisión y finalmente falleció en la cárcel. En cuanto al hermano de Edmund, al poco tiempo se convirtió a la fe católica y llegaría a ser sacerdote. Él publicó la "vita" de Edmund en 1614 bajo el título de "La vida y muerte del Sr. Edmund Gennings, sacerdote, coronado con el martirio en Londres, el 10 de diciembre del año M.D.XCI".
El 8 de diciembre de 1929 Pío IX decretó el martirio de Edmundo, siendo beatificado el 15 de diciembre del mismo año. El papa Pablo VI lo canonizó junto a otros mártires de Inglaterra y Gales el 25 de octubre de 1970.
A 10 de diciembre además se celebra a: