ReL entrevista a esta madre de 18 hijos, que habla de fe, sufrimiento y de su familia
Rosa Pich: «Chema ya está dando guerra en el cielo con un derroche de gracias sobre mucha gente»
Ha pasado ya una semana desde que falleciera Chema Postigo, padre de la conocida familia Postigo-Pich, que con sus 18 hijos llenó páginas de periódico y minutos de televisión con su testimonio como familia. Su muerte fue un acontecimiento y miles de personas provenientes de toda España y de países de todos los continentes viajaron a Barcelona para su funeral
Tras estos días tan duros, la familia lo primero que quiso hacer fue ponerse a los pies de la Virgen y acudieron al Santuario de Torreciudad. Ahora empieza de nuevo el día a día, pero Chema ya está dando mucha guerra desde el cielo. Su viuda, Rosa Pich cuenta a Religión en Libertad las gracias que están recibiendo muchas personas y aprovecha para hablar de Dios y de la obra que ha hecho en su familia:
- ¿Cómo han vivido tanto usted como sus hijos estos días?
- Cuando supimos que era un cáncer y había metástasis, Chema se lo fue diciendo a los niños asegurándoles que Dios es muy bueno. Mis hijos al verle se le saltaban las lágrimas y aun mi marido no había dicho nada pero ellos comprendieron que era un momento especial en el que papá les iba a dar una noticia.
Dios que nos quiere mucho como Padre permitió que de recién casados la primera hija naciera con una cardiopatía congénita muy severa. El segundo se murió cuando tenía año y medio y a los cuatro meses enterrábamos a una niña de dos días. En cuatro meses enterramos a dos hijos. Y hace apenas cuatro años moría Carmineta con 23 años en una operación de marcapasos. Hoy nadie muere por una operación de marcapasos.
Y ahora le tocaba a papá. Entonces empezaron todos a llorar, todos rojos, con impotencia y uno hijo mío, Gabi, el de 17 años, dijo que iba a buscar un cubo para que derramaran ahí sus lagrimas.
Y una amiga mía que sabía que era el momento de darles la compró cruasanes de chocolate y normales. Y los niños decían en Cuaresma no podían tomar chocolate. Pero les dijimos que ese día nos íbamos a saltar la mortificación familiar de Cuaresma. Y mientras lloraban iban comiendo. Son unos niños tragones y además nunca hay cruasanes en casa. Y esa amiga con cariño salió a comprar muchos cruasanes.
Al funeral que se celebró en la basílica de Santa María del Mar de Barcelona acudieron más de 4.000 personas
- ¿Qué os ha parecido la enorme reacción que se ha producido tras la muerte de su marido?
- Nos ha sorprendido, la verdad. Pensábamos hacer el funeral en la parroquia. Pero cambiamos de idea al ver tantos seguidores pues en esa semana he tenido más de 2,5 millones de visitas en la cuenta de Instagram del libro que escribimos Cómo ser feliz con 1, 2, 3...hijos, libro traducido en 15 idiomas. (Puede adquirir el libro pinchando AQUÍ).
Mi marido era una persona con muchísimos amigos, cuando le conocí vivía en Madrid. Y él se ha desvivido por sus amigos. Todos los que han escrito estos días son personas que le conocían, que le habían tratado y decían que era su amigo, su mejor amigo. Tenía muchos mejores amigos.
Hemos viajado por todo el mundo para dar testimonio de familia cristiana y de fe vivida. La gente no quiere un bla bla bla, filosofías de cómo educar, sino que nos preguntaban, “cómo lo hacéis” o “cómo teníamos hijos tan serviciales” porque me han venido padres con su niño enfermo diciendo que mi hijo le había llevado los deberes. Bajaba en una estación de tren diferente para llevarle los deberes. Y eran niños de 10 años. Les hemos enseñado que la vida es servicio y sé es más feliz cuanto más sirve.
-¿Seguirá Chema dando tanta guerra desde el cielo como antes aquí en la tierra?
- Está dando más. Cantidad de gente me está diciendo que tenían un problemón y que se ha solucionado Está haciendo un derroche de gracias. Gente que ha rezado se lo está devolviendo en pequeños o grandes favores.
Chema era una persona del mundo, que ha hecho tanto bien a tanta gente y eso ahora está saliendo. Haciendo bien desde lo escondido, desde su casa, desde su ordenador trabajando, dando testimonio de familia cristiana. Está dando mucha guerra y está saliendo en muchos más medios, que era lo que él no quería, pues prefería pasar desapercibido.
-¿Es consciente de que la muerte de Chema se ha convertido en una obra evangelizadora que ha trascendido a la prensa y a los medios generalistas?
- Estábamos contentos pero no por salir en los medios. Hace tiempo cuando nos localizó la BBC empezó la gente a llamarnos y ver como vivíamos. Nadie es profeta en su tierra y nos grababan más en el extranjero.
Cuando nos dijeron de hacer el funeral vimos que la parroquia iba a quedarse pequeña. Sabíamos que vendría gente de todo el mundo, tenemos amigos por todo el mundo. Mi marido ha hecho mucho bien, dando mucho testimonio. En los últimos cuatro meses que se encontraba bien estuvimos en seis países en tres continentes dando testimonio de familia cristiana, en Corea, China, Bielorrusia, Portugal, Roma, Costa de Marfil…
Tras enterrar al padre, toda la familia acudió al santuario de Torreciudad para ponerse a los pies de la Virgen
Y pensamos en hacerlo en una iglesia grande, nos sabia mal que la gente se quedara fuera. Queríamos la Sagrada Familia pero no podía ser. Y pensamos en Santa María del Mar. Para mí fue un detalle del Señor porque me encanta el mar, a mi marido no tanto. Y al final te hemos hecho el entierro en Santa María del Mar (risas). Vino gente de Hong Kong, Beijing, Londres…solo para el funeral y para estar un momento a nuestro lado acompañándonos.
Queríamos una cosa más íntima pero vimos que papá no es nuestro, pertenece a la sociedad, es un testimonio vivido en lo escondido, en el día a día. Vivimos en un piso, en una calle en Barcelona, pero mi marido ya no nos pertenecía aunque esto pasó desde que empezamos el libro cuando me decía que estábamos perdiendo la intimidad de la familia, con como vivíamos, como nos despertábamos. A él no le gustaban los medios y yo le decía que lo que no salía en la tele no existe. Y no puede ser que lo que salga en la tele sean temas de morbo, asesinatos, violaciones. Y es que hay familias normales, con su día a día normal que intentan hacer las cosas bien.
Gracias a una fe vivida hemos podido soportar estos momentos tan duros. No hace ni cinco años que murió nuestra hija Carmen, la mayor. Mi hijo Perico ha pasado de ser el cuarto a ser el primero y a ser el pater de familia. Mi marido se vio en una situación así cuando se quedó huérfano de padre. Es el séptimo de catorce pero tuvo que sacar la familia adelante.
La gente nos pregunta: ‘Rosa, ¿cómo estáis?’ Pues con mucha paz, hemos llorado mucho, se nos ha secado el lagrimal pero sabemos por la fe y por la comunión de los santos que nos estamos sosteniendo en la oración de tanta gente.
- La muerte de tres hijos, ahora la de su marido…En su familia saben lo que es sufrir. ¿Qué sentido tiene este sufrimiento? ¿De verdad es redentor?
- El sufrimiento es un misterio, tenemos que profundizar más. Ahora estamos en Cuaresma, estamos meditando cada día. No entiendes, la gente se rebela. Como un amigo nuestro cuando le comentamos que era un tumor con metástasis, decía, ‘qué putada que putada, no puede ser, otra vez a vosotros, otra vez esta cruz, no entiendo nada’. Se rebelaba y decía, ‘no, no, no, no puedo soportarlo’.
Humanamente nos rebelamos, no entendemos. Nuestra mente es limitada, la gente piensa que el hombre lo puede todo y lo entiende todo. Pero somos tan poca cosa y no podemos entender los planes del Señor. Hay tanta gente rezando por nosotros. No pasaron ni quince días desde que entramos al hospital hasta que murió y la gente nos decía que cómo ha podido pasar esto con tanta gente rezando.
Del cielo caía una cuerda en la que los del cielo tiraban desde arriba y nosotros de abajo, pero al final han ganado los del cielo. No entendemos pero aceptamos. Y vemos tanto bien que está haciendo a tantas personas, lo veo en todos los mensajes que nos mandan y no me ha dado tiempo a verlos todos...Gente que nos dice que no practicaba y que ha vuelto al ver esta situación tan límite, y al ver que sonreímos en las fotos. Es un testimonio pero no es algo que haya surgido de repente. Es la fe, pero es una fe que la hemos vivido y madurado. Yo vengo de una familia cristiana, de una familia de 16 hermanos, mi marido de una de 14.
- ¿Qué armas han utilizado en su familia para vivir esto así?
- Hemos intentado vivir cada día, como con el rezo del Rosario en familia, que es el recordatorio que hemos dado en el funeral en Barcelona y este viernes en Madrid. Hemos encargado 5.000 rosarios y hemos vuelto a encargar otros 5.000 para Madrid y el que los fabrica dice que no tienen en stock. ¿Cómo puede ser? La gente no reza el Rosario.
La Virgen siempre que se ha aparecido habla de rezar el Rosario en familia. Ya sea en Fátima, en Guadalupe, en Lourdes, o ahora en Medjugorje. Siempre la Virgen está diciendo lo mismo: ‘rezad el Rosario’.
De hecho, cuando escribí el primero post tras diagnosticarnos el cáncer con metástasis, lo primero que dijimos era que teníamos que rezar el Rosario en familia. Ella está contenta y está feliz cuando rezamos.
Siempre rezábamos en familia aunque los bebés fueran recién nacidos, y aprovechábamos cuando les tocaba dar el pecho y allí estábamos todos juntos. A lo mejor uno llegaba tarde, otro estaba haciendo un trabajo, otro se cansaba pero tienen el recuerdo de rezar el Rosario en familia todos juntos.
- Leyendo testimonios de personas que conocían a Chema, todos coincidían en su cercanía, su ayuda, disponibilidad y su participación en numerosas iniciativas. Con tantos hijos, ¿cómo sacaban el tiempo?
- Mi marido para sus amigos se desvivía. Yo le decía que estaba cansado y además tenía muchos dolores de espalda, una úlcera crónica, siempre el dolor ha estado con él, pero él por sus amigos se desvivía. Era profesor de orientación familiar en España y el mundo entero, había estado dando cursos en Brasil, China y Moscú, ayudando a padres a ser mejores padres. Y pasaban por Barcelona y nos preguntaban si podían venir a nuestra casa, y donde comen 15, comen 20 o 25. Hemos tenido siempre la puerta abierta, no hacemos menú especial, tocase macarrones o sopa. Venían a estar con nosotros y convivir con nuestra familia.
- ¿Qué ha supuesto la fe en vuestro matrimonio y en la vida de Chema?
- La fe es todo, es un regalo, es un don. Cuando venia gente a casa pues por aquí han pasado budistas o protestantes que nos llamaban porque querían conocernos, les invitábamos a rezar el Rosario y a la cena. El Rosario era a las 8 y la cena a las 8.30. Han pasado incluso masones por casa. Ha pasado todo tipo de familias de distintas condiciones sociales, creencias. ‘Queremos ver cómo vivís’, nos decían. Y les dejábamos venir y ver cómo rezamos el Rosario en familia.
En la mesa tenemos tres normas: servir a derecha e izquierda, coger lo peor para ti, por ejemplo si hay un huevo frito hay que coger ese que la yema está explotada; y el tercer es hacer un pequeño sacrificio. Somos personas cristianas que nos santificamos en el día a día.
La fe siempre ha formado parte de nosotros, la hemos ido trabajando en el día a día y a través de las dificultades y también a través de las risas y las juergas vividas. Es una fe vivida cada día.
A los niños les decimos que hay que ir a misa cada día y gracias a Dios en el colegio pueden ir a misa. Es lo mejor que podemos hacer en el día. En verano cuando no están en el colegio les decimos que tienen que ir a misa y algunos dicen que por qué. Y les comentamos que si con 24 horas que tiene un día no pueden dedicar 20 minutos al Señor y comulgar.
A parte les decíamos que el demonio está muy cerca, hay droga, sexo, violencia, y nosotros tenemos que crear un muro basado en la oración para que aquí en casa no entre rezando el Rosario diario y yendo a misa todos juntos. Es verdad que llega la adolescencia y uno se rebela y no quiere rezar pero es como el sarampión y cuando acaba la adolescencia vuelven porque es el sitio donde agarrarte y que te da la fuerza.
- Usted es madre de muchos 18 hijos y seguramente muchas parejas que no tienen hijos hayan leído estos días sobre su familia. ¿Qué les diría a estas familias que no tienen hijos por miedo y que sólo ven impedimentos?
-Cuando doy alguna conferencia o mi testimonio les digo que la maternidad es muy corta. Solo hasta los 40 o 45 años como mucho. Hoy en día la gente se casa tarde. En España la natalidad no solo ha bajado sino que somos menos personas. No nacen niños y los viejos se mueren.
Amigas mías me dicen que se arrepienten sólo de una cosa, de no haber sido más generosas en la época en la que eran más jóvenes y podían tener más niños. Les diría que no tengan miedo, que un hijo es un regalo para siempre, para siempre, para siempre. Y los que no puedan tener hijos, pues que adopten. Lo que no podemos es hacer cosas raras porque un hijo es un regalo, es un don de Dios.
Yo digo también que cuando los médicos nos aconsejaron no tener más hijos porque decían que se iban morir, yo decía que nadie tiene derecho a meterse en la cama de papá y mamá. Es una decisión totalmente particular. Los que tú y tu marido no tengáis no los va a tener nadie. Y un hijo para siempre con las alegrías que te van a dar. El problema más grave no es ni el dinero, ni la fatiga, ni la falta de comida sino la soledad.
Gente que ha sido un poco egoistilla, no voy a juzgar a nadie, y ahora se encuentra sola y a lo mejor tiene dinero, casas pero esto no se compra con nada. Yo les animaría a que dieran un sí a la vida.
Tras estos días tan duros, la familia lo primero que quiso hacer fue ponerse a los pies de la Virgen y acudieron al Santuario de Torreciudad. Ahora empieza de nuevo el día a día, pero Chema ya está dando mucha guerra desde el cielo. Su viuda, Rosa Pich cuenta a Religión en Libertad las gracias que están recibiendo muchas personas y aprovecha para hablar de Dios y de la obra que ha hecho en su familia:
- ¿Cómo han vivido tanto usted como sus hijos estos días?
- Cuando supimos que era un cáncer y había metástasis, Chema se lo fue diciendo a los niños asegurándoles que Dios es muy bueno. Mis hijos al verle se le saltaban las lágrimas y aun mi marido no había dicho nada pero ellos comprendieron que era un momento especial en el que papá les iba a dar una noticia.
Dios que nos quiere mucho como Padre permitió que de recién casados la primera hija naciera con una cardiopatía congénita muy severa. El segundo se murió cuando tenía año y medio y a los cuatro meses enterrábamos a una niña de dos días. En cuatro meses enterramos a dos hijos. Y hace apenas cuatro años moría Carmineta con 23 años en una operación de marcapasos. Hoy nadie muere por una operación de marcapasos.
Y ahora le tocaba a papá. Entonces empezaron todos a llorar, todos rojos, con impotencia y uno hijo mío, Gabi, el de 17 años, dijo que iba a buscar un cubo para que derramaran ahí sus lagrimas.
Y una amiga mía que sabía que era el momento de darles la compró cruasanes de chocolate y normales. Y los niños decían en Cuaresma no podían tomar chocolate. Pero les dijimos que ese día nos íbamos a saltar la mortificación familiar de Cuaresma. Y mientras lloraban iban comiendo. Son unos niños tragones y además nunca hay cruasanes en casa. Y esa amiga con cariño salió a comprar muchos cruasanes.
Al funeral que se celebró en la basílica de Santa María del Mar de Barcelona acudieron más de 4.000 personas
- ¿Qué os ha parecido la enorme reacción que se ha producido tras la muerte de su marido?
- Nos ha sorprendido, la verdad. Pensábamos hacer el funeral en la parroquia. Pero cambiamos de idea al ver tantos seguidores pues en esa semana he tenido más de 2,5 millones de visitas en la cuenta de Instagram del libro que escribimos Cómo ser feliz con 1, 2, 3...hijos, libro traducido en 15 idiomas. (Puede adquirir el libro pinchando AQUÍ).
Mi marido era una persona con muchísimos amigos, cuando le conocí vivía en Madrid. Y él se ha desvivido por sus amigos. Todos los que han escrito estos días son personas que le conocían, que le habían tratado y decían que era su amigo, su mejor amigo. Tenía muchos mejores amigos.
Hemos viajado por todo el mundo para dar testimonio de familia cristiana y de fe vivida. La gente no quiere un bla bla bla, filosofías de cómo educar, sino que nos preguntaban, “cómo lo hacéis” o “cómo teníamos hijos tan serviciales” porque me han venido padres con su niño enfermo diciendo que mi hijo le había llevado los deberes. Bajaba en una estación de tren diferente para llevarle los deberes. Y eran niños de 10 años. Les hemos enseñado que la vida es servicio y sé es más feliz cuanto más sirve.
-¿Seguirá Chema dando tanta guerra desde el cielo como antes aquí en la tierra?
- Está dando más. Cantidad de gente me está diciendo que tenían un problemón y que se ha solucionado Está haciendo un derroche de gracias. Gente que ha rezado se lo está devolviendo en pequeños o grandes favores.
Chema era una persona del mundo, que ha hecho tanto bien a tanta gente y eso ahora está saliendo. Haciendo bien desde lo escondido, desde su casa, desde su ordenador trabajando, dando testimonio de familia cristiana. Está dando mucha guerra y está saliendo en muchos más medios, que era lo que él no quería, pues prefería pasar desapercibido.
-¿Es consciente de que la muerte de Chema se ha convertido en una obra evangelizadora que ha trascendido a la prensa y a los medios generalistas?
- Estábamos contentos pero no por salir en los medios. Hace tiempo cuando nos localizó la BBC empezó la gente a llamarnos y ver como vivíamos. Nadie es profeta en su tierra y nos grababan más en el extranjero.
Cuando nos dijeron de hacer el funeral vimos que la parroquia iba a quedarse pequeña. Sabíamos que vendría gente de todo el mundo, tenemos amigos por todo el mundo. Mi marido ha hecho mucho bien, dando mucho testimonio. En los últimos cuatro meses que se encontraba bien estuvimos en seis países en tres continentes dando testimonio de familia cristiana, en Corea, China, Bielorrusia, Portugal, Roma, Costa de Marfil…
Tras enterrar al padre, toda la familia acudió al santuario de Torreciudad para ponerse a los pies de la Virgen
Y pensamos en hacerlo en una iglesia grande, nos sabia mal que la gente se quedara fuera. Queríamos la Sagrada Familia pero no podía ser. Y pensamos en Santa María del Mar. Para mí fue un detalle del Señor porque me encanta el mar, a mi marido no tanto. Y al final te hemos hecho el entierro en Santa María del Mar (risas). Vino gente de Hong Kong, Beijing, Londres…solo para el funeral y para estar un momento a nuestro lado acompañándonos.
Queríamos una cosa más íntima pero vimos que papá no es nuestro, pertenece a la sociedad, es un testimonio vivido en lo escondido, en el día a día. Vivimos en un piso, en una calle en Barcelona, pero mi marido ya no nos pertenecía aunque esto pasó desde que empezamos el libro cuando me decía que estábamos perdiendo la intimidad de la familia, con como vivíamos, como nos despertábamos. A él no le gustaban los medios y yo le decía que lo que no salía en la tele no existe. Y no puede ser que lo que salga en la tele sean temas de morbo, asesinatos, violaciones. Y es que hay familias normales, con su día a día normal que intentan hacer las cosas bien.
Gracias a una fe vivida hemos podido soportar estos momentos tan duros. No hace ni cinco años que murió nuestra hija Carmen, la mayor. Mi hijo Perico ha pasado de ser el cuarto a ser el primero y a ser el pater de familia. Mi marido se vio en una situación así cuando se quedó huérfano de padre. Es el séptimo de catorce pero tuvo que sacar la familia adelante.
La gente nos pregunta: ‘Rosa, ¿cómo estáis?’ Pues con mucha paz, hemos llorado mucho, se nos ha secado el lagrimal pero sabemos por la fe y por la comunión de los santos que nos estamos sosteniendo en la oración de tanta gente.
- La muerte de tres hijos, ahora la de su marido…En su familia saben lo que es sufrir. ¿Qué sentido tiene este sufrimiento? ¿De verdad es redentor?
- El sufrimiento es un misterio, tenemos que profundizar más. Ahora estamos en Cuaresma, estamos meditando cada día. No entiendes, la gente se rebela. Como un amigo nuestro cuando le comentamos que era un tumor con metástasis, decía, ‘qué putada que putada, no puede ser, otra vez a vosotros, otra vez esta cruz, no entiendo nada’. Se rebelaba y decía, ‘no, no, no, no puedo soportarlo’.
Humanamente nos rebelamos, no entendemos. Nuestra mente es limitada, la gente piensa que el hombre lo puede todo y lo entiende todo. Pero somos tan poca cosa y no podemos entender los planes del Señor. Hay tanta gente rezando por nosotros. No pasaron ni quince días desde que entramos al hospital hasta que murió y la gente nos decía que cómo ha podido pasar esto con tanta gente rezando.
Del cielo caía una cuerda en la que los del cielo tiraban desde arriba y nosotros de abajo, pero al final han ganado los del cielo. No entendemos pero aceptamos. Y vemos tanto bien que está haciendo a tantas personas, lo veo en todos los mensajes que nos mandan y no me ha dado tiempo a verlos todos...Gente que nos dice que no practicaba y que ha vuelto al ver esta situación tan límite, y al ver que sonreímos en las fotos. Es un testimonio pero no es algo que haya surgido de repente. Es la fe, pero es una fe que la hemos vivido y madurado. Yo vengo de una familia cristiana, de una familia de 16 hermanos, mi marido de una de 14.
- ¿Qué armas han utilizado en su familia para vivir esto así?
- Hemos intentado vivir cada día, como con el rezo del Rosario en familia, que es el recordatorio que hemos dado en el funeral en Barcelona y este viernes en Madrid. Hemos encargado 5.000 rosarios y hemos vuelto a encargar otros 5.000 para Madrid y el que los fabrica dice que no tienen en stock. ¿Cómo puede ser? La gente no reza el Rosario.
La Virgen siempre que se ha aparecido habla de rezar el Rosario en familia. Ya sea en Fátima, en Guadalupe, en Lourdes, o ahora en Medjugorje. Siempre la Virgen está diciendo lo mismo: ‘rezad el Rosario’.
De hecho, cuando escribí el primero post tras diagnosticarnos el cáncer con metástasis, lo primero que dijimos era que teníamos que rezar el Rosario en familia. Ella está contenta y está feliz cuando rezamos.
Siempre rezábamos en familia aunque los bebés fueran recién nacidos, y aprovechábamos cuando les tocaba dar el pecho y allí estábamos todos juntos. A lo mejor uno llegaba tarde, otro estaba haciendo un trabajo, otro se cansaba pero tienen el recuerdo de rezar el Rosario en familia todos juntos.
- Leyendo testimonios de personas que conocían a Chema, todos coincidían en su cercanía, su ayuda, disponibilidad y su participación en numerosas iniciativas. Con tantos hijos, ¿cómo sacaban el tiempo?
- Mi marido para sus amigos se desvivía. Yo le decía que estaba cansado y además tenía muchos dolores de espalda, una úlcera crónica, siempre el dolor ha estado con él, pero él por sus amigos se desvivía. Era profesor de orientación familiar en España y el mundo entero, había estado dando cursos en Brasil, China y Moscú, ayudando a padres a ser mejores padres. Y pasaban por Barcelona y nos preguntaban si podían venir a nuestra casa, y donde comen 15, comen 20 o 25. Hemos tenido siempre la puerta abierta, no hacemos menú especial, tocase macarrones o sopa. Venían a estar con nosotros y convivir con nuestra familia.
- ¿Qué ha supuesto la fe en vuestro matrimonio y en la vida de Chema?
- La fe es todo, es un regalo, es un don. Cuando venia gente a casa pues por aquí han pasado budistas o protestantes que nos llamaban porque querían conocernos, les invitábamos a rezar el Rosario y a la cena. El Rosario era a las 8 y la cena a las 8.30. Han pasado incluso masones por casa. Ha pasado todo tipo de familias de distintas condiciones sociales, creencias. ‘Queremos ver cómo vivís’, nos decían. Y les dejábamos venir y ver cómo rezamos el Rosario en familia.
En la mesa tenemos tres normas: servir a derecha e izquierda, coger lo peor para ti, por ejemplo si hay un huevo frito hay que coger ese que la yema está explotada; y el tercer es hacer un pequeño sacrificio. Somos personas cristianas que nos santificamos en el día a día.
La fe siempre ha formado parte de nosotros, la hemos ido trabajando en el día a día y a través de las dificultades y también a través de las risas y las juergas vividas. Es una fe vivida cada día.
A los niños les decimos que hay que ir a misa cada día y gracias a Dios en el colegio pueden ir a misa. Es lo mejor que podemos hacer en el día. En verano cuando no están en el colegio les decimos que tienen que ir a misa y algunos dicen que por qué. Y les comentamos que si con 24 horas que tiene un día no pueden dedicar 20 minutos al Señor y comulgar.
A parte les decíamos que el demonio está muy cerca, hay droga, sexo, violencia, y nosotros tenemos que crear un muro basado en la oración para que aquí en casa no entre rezando el Rosario diario y yendo a misa todos juntos. Es verdad que llega la adolescencia y uno se rebela y no quiere rezar pero es como el sarampión y cuando acaba la adolescencia vuelven porque es el sitio donde agarrarte y que te da la fuerza.
- Usted es madre de muchos 18 hijos y seguramente muchas parejas que no tienen hijos hayan leído estos días sobre su familia. ¿Qué les diría a estas familias que no tienen hijos por miedo y que sólo ven impedimentos?
-Cuando doy alguna conferencia o mi testimonio les digo que la maternidad es muy corta. Solo hasta los 40 o 45 años como mucho. Hoy en día la gente se casa tarde. En España la natalidad no solo ha bajado sino que somos menos personas. No nacen niños y los viejos se mueren.
Amigas mías me dicen que se arrepienten sólo de una cosa, de no haber sido más generosas en la época en la que eran más jóvenes y podían tener más niños. Les diría que no tengan miedo, que un hijo es un regalo para siempre, para siempre, para siempre. Y los que no puedan tener hijos, pues que adopten. Lo que no podemos es hacer cosas raras porque un hijo es un regalo, es un don de Dios.
Yo digo también que cuando los médicos nos aconsejaron no tener más hijos porque decían que se iban morir, yo decía que nadie tiene derecho a meterse en la cama de papá y mamá. Es una decisión totalmente particular. Los que tú y tu marido no tengáis no los va a tener nadie. Y un hijo para siempre con las alegrías que te van a dar. El problema más grave no es ni el dinero, ni la fatiga, ni la falta de comida sino la soledad.
Gente que ha sido un poco egoistilla, no voy a juzgar a nadie, y ahora se encuentra sola y a lo mejor tiene dinero, casas pero esto no se compra con nada. Yo les animaría a que dieran un sí a la vida.
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