¿Políticos llamando «a las armas» contra ciudadanos? No ha sido Trump: contra los provida, todo vale
"Este momento debe ser un llamado a las armas": con estas palabras, la alcaldesa de Chicago (Estados Unidos) Lori Lightfoot alentó nuevamente a la violencia a través de Twitter ante la posibilidad de que la Corte Suprema revoque Roe vs Wade.
Como hemos informado durante las últimas semanas desde Religión en Libertad, las posibilidades de que esto suceda se han incrementado desde que el portal Politico filtró el borrador redactado por el juez Alito y que presuntamente goza de una mayoría de apoyos que anularía el caso que legalizó el aborto en los Estados Unidos.
Desde entonces, iglesias y centros provida han sido atacados violentamente -una de las oficinas de Right Life fue incendiada con un cóctel molotov- y el ambiente de violencia se ha extendido por todo el país. En no pocos casos, alentado por las más altas instancias, como la vicepresidenta de los Estados Unidos, Kamala Harris.
Lori Lightfoot, alcaldesa demócrata de Chicago, ha sido otro de los cargos que más directamente han alentado estas prácticas, como hizo a través de un mensaje publicado en su cuenta de Twitter el pasado 9 de mayo.
"Un llamado a las armas"
“A mis amigos de la comunidad LGBTQ+: la Corte Suprema vendrá por nosotros. Este momento tiene que ser un llamado a las armas. No renunciaremos a nuestros derechos sin luchar, ¡luchar por la victoria!", escribió.
El alarde de violencia fue condenado de inmediato por no pocos estadounidenses, especialmente políticos y miembros de asociaciones provida.
“Es preocupante ver a políticos usar un lenguaje incendiario en un momento en el que jueces de la Corte Suprema necesitan seguridad adicional y las iglesias y los centros de embarazo están siendo atacados por el movimiento proabortista", denunció Ashley McGuire, de The Catholic Association.
A lo largo de las últimas semanas, al menos tres iglesias han sido atacadas por los activistas proaborto, lo que no ha amedrentado a los católicos y religiosos en su defensa de la vida.
"No podrán intimidarnos"
"Los esfuerzos para intimidar a los juristas y asustar a los defensores de la vida no prevalecerán, pero deben ser condenados", añadió McGuire.
"Es decepcionante ver que nuestras parroquias son objeto de vandalismo, pero no es del todo sorprendente. No sé qué esperan lograr los asaltantes, porque la Iglesia Católica ha tenido una postura inmutable contra el aborto durante 2000 años, y no nos dejaremos intimidar por estos actos", declaró Mark Haas, representante de la archidiócesis de Denver donde varios centros provida e iglesias han sido atacadas.
En el mismo sentido, se expresó el juez de la Corte Suprema Clarence Thomas. "No podrán intimidarnos", advirtió el pasado viernes.
Rodeada de polémica... incluso en la Iglesia
No es la primera ocasión que Lightfoot protagoniza ocasiones rodeadas de polémica: ha sido acusada de "racismo antiblanco", son conocidas sus malas relaciones con la policía y el mismo colectivo Black Lives Matters reniega de ella por no considerla suficientemente comprometida.
Una de las últimas ocasiones -recogida por Religión en Libertad- tuvo lugar el 19 de agosto de 2021, durante el funeral por la agente de policía católica Ella French, asesinada durante un control de carretera.
La alcaldesa, presente en la ceremonia presidida por el cardenal Blaise Cupich, se acercó a comulgar probablemente sin tener conocimiento que su condición de metodista, ser partidaria del aborto o el estar "casada" con otra mujer le impedía hacerlo.
Fue entonces cuando Cupich, en lugar de repartir la comunión como estaba previsto, se dirigió improvisadamente al capellán de la policía Dan Brandt para que lo hiciese él, segundos antes de que Lightfoot se pusiese frente al altar para recibir la Sagrada Forma. El capellán, sin poder reaccionar a tiempo, le administró la comunión ante la sorpresa de miles de personas que seguían la celebración en directo y por televisión.
"Estoy avergonzado"
"Soy culpable y estoy avergonzado", confesó el sacerdote a Catholic News Agency: "Es cierto que le di la comunión, pero ella era la primera. Yo no tenía que dar la Comunión, pero en el último segundo el cardenal Cupich me dijo: 'Voy a sentarme durante la Comunión, ocupa mi lugar'".
Brandt añade que la semana había sido agotadora, había dormido poco y le cogió por sorpresa: "Pero estoy poniendo excusas. Sí, ella vino y puse la Sagrada Forma en su mano. Fue como pensar '¿Qué he hecho?', pero ya era demasiado tarde. Pensé: '¡Dios mío, ten misericordia!'"
Pero el capellán policial está desconsolado: "Pido perdón por el escándalo que mi despiste haya producido. Ciertamente no fue intencionado y desearía haber estado atento. O que el cardenal hubiese dado la Comunión, porque mi intención era sentarme la espera del final de la misa y la procesión de salida".
De no haber cedido su puesto al capellán, Cupich -partidario de que los proabortistas accedan a la comunión- habría tenido que arrostrar las consecuencias de ser él quien decidiese dar de comulgar a la alcaldesa (objetivamente, una grave profanación) o desairarla y situarse justo en la posición de sus adversarios en el seno de la conferencia episcopal.
Ahora es Brandt quien carga con ese peso, del que, con honestidad, no quiere escapar: "No puedo disculparme lo suficiente ante cualquiera que esté ofendido por el hecho de que ella reibiera la Eucaristía. Es un fallo totalmente mío y lo reconozco. No fue deliberado y pido a sus lectores que tengan la misma piedad de mí que yo espero tenga el Señor".