Un matrimonio sin tiempo que perder
En la pandemia, ancianos y con cáncer, se hacen católicos: «Me convenció una misa pregrabada en TV»
El matrimonio Sargeant, Richard (72 años) y Lynnette (71 años) han sido recibidos en la plena comunión con la Iglesia Católica en una ceremonia especialmente autorizada a pesar del confinamiento por el arzobispo de Brisbane (Australia), Mark Coleridge.
Richard Sargeant tiene cáncer de garganta, lucha contra el cáncer hace 5 años y no tiene ganas de perder mucho el tiempo ni demorar las cosas serias.
La ceremonia fue íntima, casi sin testigos, el pasado 21 de abril en la parroquia de Saint Patrick en Beenleigh. Pero para ellos significó un cambio interior especial. Tenían previsto hacerlo en Pascua, pero los confinamientos por coronavirus obligaron a cambiarlo todo. Pese a la ceremonia sin gente, declaran que "estamos felices de hacerlo así, más que felices".
Una conexión católica, una enfermedad seria...
Ellos siempre se consideraron cristianos "a su manera". Pero su hija se casó con un católico y sus nietos iban siendo educados en la fe católica, la misa dominical... y ellos, como abuelos, empezaron a pasar más tiempo con esta familia y sus actividades parroquiales, explican en el Catholic Leader.
A Richard Sargeant le diagnosticaron el cáncer de garganta hace 5 años. Ha necesitado radioterapia y cirugía. Perdió el apetito, mucho peso y masa corporal. Su esposa señala que en los últimos meses "ha ido cuesta abajo rápido".
Comparando misas y servicios religiosos por televisión
Hace 11 meses el matrimonio tomó la decisión de hacerse católicos. El detonante para decidirse fue comparar la misa por televisión con otros servicios televisivos de congregaciones protestantes carismáticas.
En una grave caída, Lynnete se había roto el hombro, la pelvis y el hueso ilíaco en la cadera. En casa, sin poder moverse mucho, el matrimonio empezó a ver servicios religiosos por televisión de distintas denominaciones. Lo hicieron durante meses. Y les gustó la "Misa para Ti en Casa" del Channel 10 australiano, que es muy breve y pregrabada.
"Lo que me gusta de ella [la misa], por encima de las iglesias evangélicas, es que tiene estructura, tiene paz, hay suavidad y hay tradición", resume Richard, muy concreto.
"Tiene reglas estipuladas que llevan todas a Dios", añade.
Raíces católicas de Lynnette
Lynnette dice que su padre era católico pero que él murió cuando ella tenía 4 años. Lynnette en los últimos años acudió en bastantes ocasiones a una iglesia baptista. "Me gusta su música, pero allí no encuentras la quietud que hay en la misa", señala.
La abuela de Lynnette, que era católica, fue para ella un buen ejemplo y precedente. "Yo solía ayudarla en su iglesita de Lismore; ella preparaba la misa y todo para el sacerdote, y yo iba con ella", recuerda de sus infancia.
Primera comunión... y no más mientras haya cuarentena
Así, el 21 de abril Richard Sargeant comulgaba por primera vez, con 72 años. "Fue algo muy sereno", dice. Hacer la ceremonia casi sin gente -estaban con ellos dos parroquianos que les han acompañado en su periodo de catequesis- ayudó a dar esa tranquilidad y serenidad.
Han comulgado y están alegres... pero ya no pueden volver a comulgar hasta que acaben las cuarentenas y vuelva el culto público (excepto que por razones médicas lo pidan).
Piensan que en junio podrían ir a misa en el templo: ¡serían católicos que van a misa, por fin! "La vemos por televisión, pero no es lo mismo", dicen.